Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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100. El HILO INVISIBLE, María Sergia Martín (towanda)

Un hombre, mapeado de cicatrices, aguarda a que la voluntaria le sirva café con un terrón de azúcar moreno. Detesta esas bolsas donde lo guardan blanco y desmenuzado. Aunque le ponen cuatro galletas, solo comerá tres. Una rosa corona el ojal de su gabán. La olisquea, balbuceando palabras confusas, mientras se arrulla al cobijo de una sintonía radiofónica que suena de fondo. Conserva un retrato en sepia de una muchacha. En el revés reza “para Adrián”. Por eso decidieron llamarle así. Dicen que lo encontraron una tarde en la estación, ovillado bajo una herrumbre de niebla que nadie supo desenmarañar. Pero de eso hace ya varios lustros.

A tía Antoñina le gusta madrugar. Cada mañana, antes de que toquen las ocho en el reloj parroquial, se toma un café con su terroncito de azúcar moreno y tres pastas de la tahona. Los paisanos dicen que sonroja sus labios y sombrea sus ojos de bruma; que abre el balcón, coloca allí su mecedora, una rosa fresca y enciende su radio. Dicen en el pueblo que sigue esperando el regreso de su esposo y que la melodía viajera del viejo aparato será el hilo invisible que le ayude a encontrar el camino.

67 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Un par de almas gemelas y dos vidas paralelas que, por definición, no llegan a cruzarse. El hombre, convertido en vagabundo, ha perdido el norte en todos los sentidos, aunque aún conserva alguna luz en forma de detalle, lástima que no sepa interpretar porqué come exactamente tres galletas, ni más ni menos, usa azúcar moreno y una rosa. En alguna parte alguien le espera, lo hará siempre, aferrada al hilo invisible que brota de una radio, al que se aferra sin perder la esperanza.
    Un relato fantástico, que merece toda la visibilidad, con momentos para enmarcar, como esa «herrumbre de niebla» que «nadie supo desenmarañar».
    Un abrazo, Towanda. Suerte

    1. Hola, Ángel.
      Otra vez te felicito por ese párroco forofo del fútbol. ¡Hombres!
      Muchísimas gracias por tu disección, me encanta y no tengo nada que añadir a tus palabras.
      Gracias.
      Un abrazo grandísimo.

  2. ¡Ay, qué historia tan preciosa para celebrar el día de la radio, Ssn Vslentín y lo maravillosa escritora que eres! Este lo veo ya sobre papel en nuestro libro de 2016. He disfrutado un montón leyéndote. Besos, Towanda.

    1. Hola, Rafa.

      Towi vuelve al ataquerrrr!! Jajajaja.
      A ver si puedo sacarle un poco más de tiempo a la vida y no me desaparezco tantos meses.
      Un abrazo gradísimo y graaaaaacias.

  3. Towanda ha sido un placer encontrarte después de tanto tiempo y volver a estas páginas, una gran alegría.
    Tu relato es una delicia, aunque triste y dolorosa esa nostalgia de eso dos seres que parecen cortados por la misma tijera.
    Mucha suerte guapa.

    1. Hola, Nani.
      También es un placer volver (aunque sea a ratos) por esta casa que es, un poquito, de todos.
      Gracias por tu comentario y muchos besos de vuelta para ti.

  4. María José Viz Blanco

    Me ha encantado cómo ambientas el relato, Towanda. Es el escuchar una melodía en la radio tiene tal poder que dos ancianos, ya con una vida a cuestas, sientan, al escucharla, que son jóvenes y están cerca, el uno del otro. ¡Bravo! Por cierto, me encanta la frase:»sombrea sus ojos de bruma».

    1. Hola, María José.

      Muchísimas gracias. Son dos seres perdidos en el pasado a los que deseo que vuelvan a encontrarse algún día. Quién sabe si los hilos invisibles de la radio lo logren.
      Un abrazo enorme.

  5. Reve Llyn

    Towanda, hay que ver de que manera hilvanas las dos historias. Te diría de rodó, que me gusta ese discurrir paralelo entre los dos párrafos, los detallitos que hacen la historia más dulce, el título que encaja a la perfección… pero me quedo sin plabras ante tu estupendo hacer. Felicidades por el relato.

    1. Hola, Reve.
      Son esos detalles, los más pequeñitos, esas filias o esas fobias que tenemos hacia algunas cosas las que nos hacen diferentes y las que nos unen a nuestros seres queridos.
      Muchísimas gracias, bonita.
      Besazos.

  6. Hola Wandy, cuanto bueno saber que vuelves a las andadas escribiendo textos preciosos como este que nos brindas a todos, ese hilo que une a tu protagonista era su asidero para seguir la búsqueda.
    Un besote grande y bienvenida de nuevo al mundo de los microrrelatos.

    1. Hola, Puri.

      Saco y araño tiempo de donde puedo y la verdad es que no es mucho. Me encantaría disponer de más horas para ir leyendo y comentando a tantos y tantos amigos que tengo por aquí, pero… no me es fácil.
      Mucha gracias por pasarte, comentar y darme esa cariñosa bienvenida.
      Muaaaaak.

  7. Ana Fúster

    El micro tiene imágenes vestidas de forma deslumbrante: «mapeado de cicatrices»,»se arrulla al cobijo de una sintonía radiofónica», «ovillado bajo una herrumbre de niebla que nadie supo desenmarañar», «sombrea sus ojos de bruma». La historia, quizá por ese «dicen en el pueblo», me ha recordado a la Penélope de Serrat.
    Al margen del relato, me alegra mucho verte otra vez por aquí, quiero pensar que es muy buena señal. Suerte y un abrazo grande.

    1. Hola, Ana.

      Pues ahora que lo dices, tienes razón con lo de la Penélope de Serrat.
      ¡Vaya comentario tan inmenso! Me ha recargado las pilas desde que lo leí.
      Sobre lo de volver a verme por aquí, sí es una buena señal, aunque parece que estoy metida en un bucle oscuro y cuando creo que veo la luz vuelven otra vez las sombras.
      Me he propuesto pasarme por ENTC al menos cada dos días, a ver si lo consigo.
      Muchísimas gracias, Ana.
      Un abrazo grande.

  8. Ton Pedraz

    Los relatos de María Sergia acostumbran a ser de mis favoritos. Nunca te dejan indiferente, rebosan hermosura, y tienen «un algo» que te susurra muy bajito al oído: «léeme otra vez, otra,..».
    Cómo me ha gustado ese hilván que nos dejas.
    Suerte,
    Ton.

  9. Oh, bonita y triste historia de ancianos que se han perdido. ¿Quién sabe lo que ocurre en sus mentes? Quizás lo que has escrito. Qué triste es perder la memoria, y los seres queridos. Sin duda esos hilos existen. Suerte con tu relato a dos planos.

    1. Hola, Ximens.

      Muchas veces, cuando me fijo en las personas que viven en la calle, me imagino cómo habrían sido sus vidas antes de terminar sin un techo. En muchas ocasiones pienso que en su vida anterior no eran tan diferentes a ninguno de nosotros y, quién sabe por qué juegos del destino, ahora no tienen nada.
      En fin, gracias y muchos besos.

  10. Hola, Ana.
    Gracias por el soneto y por tu comentario.
    Me alegra mucho que te haya gustado la historia de estos dos viejecitos que están separados, pero unidos por hilos invisibles.
    Besos, guapa.

  11. ¡Qué maravilla de relato Towanda! Toda esa información prendida en los pliegues de tus palabras para que el lector la capte y se emocione como a mí me ha pasado. ¡Felicidades! Todo un placer leerte.

  12. Bonito, triste, tierno… y poéticamemte contado.
    Precioso.
    (yo también quiero que se reencuentren, quizá si las voluntarias envían un mensaje a la radio sobre la foto y la dedicatòria… quien sabe)
    Un beso.

    1. Hola, M.Carme.
      Yo deseo que ese hilo conductor les ayude a encontrarse.
      Qué gran idea la de la voluntaria… Me apunto al reencuentro de esas dos almas que continúan incompletas por esas ausencias.
      Muchísimas gracias por comentar.
      Un abrazo enorme.

  13. Hola Towandita, te dije que no te emplearas a fondo y no me has hecho caso.
    Bueno mañana te comento en persona, porque he tenido un déjà vu.
    Aquí te digo que en tu línea de excelencia, nunca defraudas.
    Un besazo.

    1. Hola, Buendía.
      Pero si te he hecho caso. Siempre te lo hago…
      Al final, no sé nada de tu déjá vu. Ya me contarás.
      Gracias por acercarte a comentar.
      Besazos.

  14. Ah, la magia de la radio en este caso mantiene unidos a estos dos corazones errantes.
    Ojalá que tiren de se hilo y terminen por encontrarse y ojalá nos regales muchos más relatos, Towanda.
    Saludos cordiales

    1. Hola, Carles.

      Me uno a tu deseo porque esta pareja se encuentre. Si es que, en el fondo, todos somos unos románticos.
      Muchas gracias por venir y alentarme el espíritu.
      Un abrazo grandísimo.

  15. Aún siendo la radio el nexo que los une en la niebla del recuerdo, ellos guardan detalles tan sutiles y románticos.
    Hermoso, da placer releerlo.
    Un abrazo y suerte.

    1. Hola, Moli.
      Así es. La radio como nexo de unión, o ese modo de tomar el café, el tipo de azúcar o la cantidad exacta de galletas…
      Una persona que tiene herida la mente y otra que no desfallece en encontrarlo.
      Gracias, Moli.
      Abrazos.

  16. Towanda, preciosa, otro micro joyita que me ha recordado a Penélope… («dicen en el pueblo»)
    Me alegro leerte de nuevo… y con un micro así ni te cuento.
    Un besote grande, grande.

    1. Hola, Rosy.

      Ya me recordó Ana lo de Penélope y es cierto.
      Yo me alegro mucho de poder estar aquí, aunque sea a ratos muertos.
      Era algo necesario y sacaré todo el tiempo que pueda.
      Un besazo grandísimo y muchas gracias.

  17. Si la calidad de la escritura fuera un maratón y se midiera por kilómetros, usted llega a la meta cuando muchos aún estamos en la salida. Qué bien escribe y qué capacidad para imaginar historias; este microrrelato es la prueba, muy bueno. No le deseo suerte, el talento no la necesita.
    Saludos Towanda.

    1. Beto, siempre tan amable y tan exagerado.
      No sé qué decirte salvo que me alegro que te haya gustado.
      Un abrazo muy grande con éxitos que son los que también te deseo yo a ti.

  18. Pablo Núñez

    Towanda, que relato tan bien amueblado. Dos nexos de unión para dos vidas separadas por los accidentes de la memoria o los avatares de la vida: el azúcar moreno, y las tres galletas.
    Tú forma de retratarlo con palabras me ha parecido sublime.
    Una gran historia.
    ¡Enhorabuena! Me ha encantado.
    Un beso.

    1. Hola, Pablo.

      Los accidentes de la memoria, como bien dices, que rompen la vida de las personas. Un hombre que no recuerda dónde está su casa, ni su mundo, pero que sabe que junto a esos pequeños detalles (las galletas, el azúcar moreno…) se encuentra bien.
      Gracísimas por tu amabilidad.
      Un abrazo enorme.

  19. Salvador Esteve

    Triste, melancólico, quiero pensar esperanzador. Genial, Towanda. Ese azúcar moreno ha servido para endulzar de emoción nuestra imaginación. Abrazos.

    1. Hola, Salvador.

      Yo también les veo esperanza, lo deseo con todas mis fuerzas. Quizá el reencuentro esté próximo.
      Un abrazo muy grande y muchas gracias por tus palabras.

  20. Enrique Mochón Romera

    Adrián y Antoñina; dos mitades de un mismo fruto separadas por nieblas y brumas, pero unidas aún por el amor y ese hilo de ondas que espero que tarde o temprano las una.
    Alta literatura la tuya, Towanda. Un relato bellísimo plagado de detalles tan hermosos como significativos, y en el que nada aparece de forma gratuita.
    Enhorabuena y mucha suerte. ¡Nos leemos!
    Un abrazo.

    1. Hola, Enrique.

      Y tu comentario, una delicia.
      Espero que el amor profundo dé visibilidad a ese hilo y consigan reunirse muy pronto con una bvonita música de fondo.
      Gracias, gracias.
      Un abrazo gigantesco.

  21. Mª Belén Mateos

    Preciosa historia de dos mundos, dos vidas, dos destinos y una onda de radio que conecta en sus corazones. Costumbres y poesía se encuentra en este relato que llenas de vida con tus acertadas palabras. Es un lujo leerte y tenerte de nuevo.
    Me encanta cada linea. Felicidades por ello.
    Un beso especial y grande Towi.

  22. Preciosas historias que se hilvanan con esos bordados de frases que te sacas de la pluma. Towi, eres grande, reguapa. Besos como soles. Suerte no, deja un poco a los demás, anda. 😛

  23. Tu relato destila una sensibilidad exquisita. Un hilo con el que nos enredas y ya nadie podrá desenredarnos (ni querrá hacerlo). Preciosa historia, magnífica escritura.
    Felicidades

    1. Hola, Anna.

      Guau, ¡gracias!
      Esos hilos, en ocasiones, imperceptibles a los que se aferran las personas cuando pierden el rumbo me llaman mucho la atención.
      Un beso muy grande y ¿nos vemos el sábado?

  24. Hola Towanda. Este mes no he podido comentaroa a todos por discrepancias irreconciliables con el poco tiempo del que he dispuesto por temas de trabajo, pero no quería dejar pasar el tuyo sin decirte que me parece un relato estupendo y que me ha encantado. Muy de ese universo tuyo que tanto me gusta. Un abrazo. 🙂

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