Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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36º Microscopio : El palpitar de una guerrera

Nuestro microscopio sigue sobre ruedas y tocando corazoncitos, aquí tenéis una nueva entrega.

Gina nos trae al hombre de la moto de Edith Piaf (ya cabe tanta gente en la moto??)

 

El palpitar de una guerrera

Me dijeron que todo había salido muy bien. Ahora podía llevar la vida de una joven normal. Y así fue.

Volví al colegio y empecé a practicar los deportes y a odiar las ciencias exactas. Mis gustos y mis amigos pasaron a ser otros. Mis padres me parecieron tan protectores, tan sosos… David, el novio poeta que tanto me hacía soñar, se convirtió en un  insípido que solo me hablaba de lo azul que era el mar, y poco más.

Me enamoré con furia de Jerónimo, un bravo motero que a más de uno hacía besar el fango. Estaba entusiasmada con su comportamiento extremado y su lenguaje barriobajero. Una tarde en que iba fundida a su espalda a una velocidad de miedo, mi motero me susurró al oído:

––Me fascinas, te late el corazón con idéntico ritmo que el de mi Marieta muerta.

 

y nos da color Eva García

36_moto

 

Letra_X

¡Buenos y microscópicos días! Me dispongo a armarme de lente y bisturí para practicarle a este relato una disección que  ríete tú de aquello tan feo que les hicisteis a las ranas en el cole. Espero que ayude a mi desconocido autor y entretenga a los adictos a las vísceras narrativas. ¡Allá vamos!

GRAMÁTICA, SINTAXIS.

Correcta. No veo faltas ortográficas ni sintácticas(+). Quizás podría quejarme de la excesiva sencillez desde el punto de vista gramatical (-), porque la mayoría de las oraciones se ligan por coordinación/partícula “que”. No estaría de más utilizar otras fórmulas para demostrar que conocemos las numerosas posibilidades que nos ofrece nuestro querido idioma a la hora de enlazar proposiciones/ideas y descubrir matices más concretos en su relación. Un aunque, un porque, un sin embargo. Qué bonitos los conectores.

PERSONAJES Y VOCABULARIO.

He unido estos dos aspectos porque los considero muy relacionados en este relato. El autor ha escogido dos buenos personajes para un micro: una niña bien y un motero. Perfectos porque no suelen aparecer en el género (originalidad +) y están lo suficientemente estereotipados para tener una personalidad propia… ¡sin necesidad de que gastemos palabras! Estupenda elección. (+)

Pero ooooooooooh hemos dejado pasar una gran oportunidad por culpa del léxico (-). No les pertenece. No soy yo fanátic@ de la adecuación del lenguaje al personaje y me gusta hasta que la rompan para conseguir determinados efectos, pero es que aquí esa falta de coherencia lingüística no suma nada. Con la de palabras relacionadas con la jerga de estas dos tribus que teníamos para remarcar el contraste o aportar un poco de ironía: los papás “viejunos”, el novio “peñazo”… Las mismas palabras hubieran bastado para descubrir la transformación de la protagonista  (“mis amigos pasaron a ser colegas”, por ej) y ahí tendríamos un buen juego. Pero se escogen expresiones muy extrañas, como “practicar los deportes, enamorarse con furia, bravo motero, besar el fango”, que suenan muy artificiales y nadie diría. Y ese “Me fascinas”, pues no. Si el motero es violento, pongámonos violentos: “Atropellaría a mis viejos por ti”. Pongámonos ochenteros: “Me molas mucho, nena”. Pongámonos metalingüísticos: “Me rompes el chasis, me apuras las marchas, me das gasolina, voy a rebufo contigo”. Pongámonos como queramos, pero no nos pongamos como un cantante de boleros.

REFERENCIAS CULTURALES.

Con los motivos nos pasa como con las palabras: no hemos aprovechado el inmenso caudal de referencias que nos pueden ofrecer dos personajes así. Los estereotipos molan mucho más cuando los abordamos desde la ironía. Y aquí hablamos de “matemáticas, ciencias exactas, novios poetas”, cuando podríamos hablar del vocalista de una boy band, del paso de la flauta travesera al guitarreo eléctrico o de los capuchinos calentitos en Baqueira frente a las birras en Pingüinos. Necesitamos más decadencia y más mitomanía. Más HUMOR.

LA HISTORIA.

Lo primero que sería bueno eliminar es esa incoherencia narrativa que supone que una trasplantada de corazón pueda hacer una “vida normal” y “practicar los deportes” como si le hubieran cambiado de peinado. Son operaciones delicadas.

Pero vayamos al centro del relato, que se mueve alrededor de dos ejes temáticos: A.- En una chica trasplantada comienza a operarse un cambio de personalidad que (sospechamos) se debe al corazón de la muerta, una tal Marieta. B.- La chica descubre que su nuevo novio (un motero) fue en el pasado el novio de Marieta. Con la última frase el lector puede imaginar que ese Jerónimo propició el deceso, y esta capacidad de sugerir me resulta lo más atractivo (+).

Pero creo que los dos ejes A y B en los que se mueve el relato no resultan lo suficientemente originales o sorprendentes para sostener la tensión narrativa que necesita un micro.(-) Podrían funcionar en un relato corto, pero en un micro necesitamos más tensión, o en su defecto, una mayor originalidad en la idea. Que la protagonista, por ejemplo, llevada por una fuerza interior desconocida, pidiera más y más velocidad a Jerónimo al llegar a la curva en la que se mató Marieta (+tensión). O, poniéndonos en modo surrealista-romántico-motero, que el corazón trasplantado fuera artificial y en su fabricación interviniera una pieza de desecho de una vieja Harley (+originalidad). No sé, pero más.

Del título y otros aspectos hablarán mis compañeros, que ya me he extendido suficiente. En resumen: un relato que se queda en “correcto” al desaprovechar las estupendas posibilidades expresivas y temáticas de las que disponía en su concepción. Vamos en tercera. Pero si subimos un par de marchas a lo mejor hacemos la pole…

 

Letra_Y

(-) Desde mi punto de vista, el texto carece de una narración correcta desde el inicio, lo que hace que su lectura se vea entorpecida y no resulte atractiva para el lector. Leo un microrrelato plano y sin la tensión narrativa que, ya a juzgar simplemente por el título, promete tener.

(-) «Me dijeron que todo había salido muy bien. Ahora podía llevar la vida de una joven normal. Y así fue»

Como lector/a, al leer este fragmento inicial, intuyo que la joven, «antes de lo que sucediera», no era una persona normal y, al seguir leyendo el texto, me doy cuenta de que en realidad, lo que el autor o autora quiere expresar es que la joven «podría llevar una vida normal». Para mí, la diferencia entre ambas cuestiones es obvia, y si no se expresa correctamente, puede llevar a confundir al lector. Son licencias que un autor no se debe permitir, pues lo que está en su mente no está en la mente del lector.

Por otro lado, el verbo «Poder» está mal conjugado. El texto dice: «Ahora podía llevar…», utilizando el pretérito imperfecto, cuando lo correcto sería expresarlo en modo condicional: «Ahora podría», mejorando, siempre desde mi punto de vista, aún más, si pusiera «A partir de ahora podría…» o «Por fin podría…»- Quizá el autor/a  ha tratado de economizar palabras o caracteres por el motivo que fuera.

(-) En el segundo párrafo, considero que los verbos utilizados no favorecen el estilo de la narración. Yo cambiaría el verbo «volver» ( «Volví al colegio») por el verbo «regresar», y el verbo «empezar» ( «…empecé a practicar los deportes» ) por el verbo «comenzar».

Por otro lado, cuando dice » —empecé a practicar LOS deportes», parece que se deja algo en el tintero al utilizar el pronombre «los»: ¿qué deportes?, me pregunto. Lo correcto, ya que no se especifica ni se hace referencia a ninguno en concreto, sería decir «Empecé a practicar deporte».  Y sigue diciendo: «Mis gustos y mis amigos PASARON a ser otros»; ¿no fluiría mejor el texto si dijera simplemente «Mis gustos y amigos cambiaron?». Se evitaría, además, el exceso del posesivo «mi», que abunda en este fragmento de forma innecesaria y redundante.

(-) «Mis padres me parecieron tan protectores, tan sosos… »

Esta expresión es mejorable; bastaría quitar el adverbio «tan», o al menos uno de los dos que aparecen,  y los puntos suspensivos, que dejan, en este caso, la duda de si no se sabe completar la afirmación y se tira del socorrido, pero peligroso, uso de los puntos suspensivos.

Valga como ejemplo: «Mis padres comenzaron a parecerme protectores y sosos». Y aún así, los adjetivos utilizados no me convencen. Yo dejaría sólo uno de ellos, y me inclinaría por «protectores», con el adverbio «demasiado-» precediéndolo.

(-) «David, el novio poeta que tanto me hacía soñar, se convirtió en un insípido que solo me hablaba de lo azul que era el mar y poco más»-

Para empezar, la expresión «…que tanto me hacía soñar» la cambiaría por «…que tanto me había hecho soñar», pues, aunque se está refiriendo a  un tiempo  pasado, queda más de manifiesto si en lugar de utilizar el pretérito imperfecto se utiliza el pretérito perfecto. Pienso que además, es la forma correcta.

Por otro lado, el adjetivo «insípido», sinónimo de «soso» y por lo tanto repetitivo ( los padres también son «sosos»), lo cambiaría por «aburrido», «anodino», o cualquier otro.

Tampoco veo acertada la expresión «…se convirtió», pues nos lleva a situar la acción en un tiempo inmediato, y se supone -aunque suponer no siempre es buen negocio, claro está-, que desde que a la joven la trasplantaron de corazón hasta que regresó al colegio, pasó un tiempo que quedaría manifestado si el autor  hubiera escrito: «…se había convertido».

(-) «Una tarde en que iba fundida a su espalda…». Pienso que a esta frase le falta un artículo, y que sería más correcto decir «Una tarde en la que iba fundida a su espalda…».

(-) «Me fascinas, te late el corazón con idéntico ritmo que el de mi Marieta muerta».

Después de «Me fascinas», no estaría de más un punto y coma. Pienso que, además, el cierre del relato quedaría mejor con una frase final  más corta, algo así como: «Me fascinas; el corazón te late al mismo ritmo que el de mi difunta Marieta».

(=) La idea del texto me parece buena, pero queda eclipsada por los fallos que he señalado anteriormente y que me parecen importantes. No está logrado el desarrollo, a mi parecer.

(-) El título tampoco me ha gustado. Demasiado explícito para un texto que considero, debido a su redacción, confuso.

 

Letra_Z

Voy a dividir el comentario en dos partes: una dedicada al contenido y estructura del texto y la otra más centrada en el léxico y la sintaxis.

Contenido:

(= )El argumento del relato se basa totalmente en el efecto de la sorpresa final, que de algún modo se sugiere en el título.

El relato está estructurado en cuatro párrafos, escuetos y con una función expresiva muy concreta.

El primero cuenta, con las palabras justas, el hecho generador, dando a entender que se trata de una operación, pero sin entrar en detalles que estropearían el desarrollo posterior.

En el segundo párrafo, la narradora cuenta los cambios que esa misteriosa operación genera en su vida.

En el tercero pasa a narrar el hecho en que desembocan esos cambios: un nuevo novio.

Por fin, en la última frase viene el desenlace, que el lector tiene que interpretar para entender todo lo anterior.

(+) El modo de estructurar el relato es funcional y eficaz. Se consigue dar los mínimos datos que permitan la comprensión de la historia, pero sin desvelar nada que reste el interés por el final.

(-) El jugar todo el éxito del relato a la carta de la sorpresa final produce una cierta sensación de artificiosidad, de as en la manga. Esa frase repentina del motorista, suena bastante falsa y teatral. Primero por las palabras elegidas, como veremos en el análisis de los recursos expresivos, y segundo porque no es creíble que un motorista reconozca el latido de su anterior novia.

Expresión:

(=) El relato está escrito utilizado frases cortas y funcionales, lo que le confiere un ritmo muy marcado, como de crónica o declaración judicial. Ese clima de narración en primera persona se rompe con la introducción abrupta del otro personaje en la frase final.

(+) Buena construcción sintáctica de las frases, con puntuación funcional y eficaz.

(+) Coherencia en los tiempos verbales: pretéritos simples, marcando el aspecto perfectivo de acción acabada, en los tres primeros párrafos, para acabar con el tiempo presente del diálogo final.

(-) El léxico elegido no siempre me parece el más adecuado. Hay combinaciones de palabras que me suenan tópicas, como “bravo motero”, “besar el fango”, “lenguajes barriobajero”, “fundida a su espalda” o “velocidad de miedo”. Puede que casen con el tono general de sobriedad del texto, pero no me las imagino en el vocabulario coloquial de una joven.

(-) En cuanto a la última frase, atribuible al motero, me rechina aún más: “me fascinas”, “idéntico ritmo”, no me pegan. Y lo de “mi Marieta muerta” lo encuentro también falso. Es como si hubiera que introducir el dato de que ella ha muerto y se pusiera ahí sin venir muy a cuento. Exagerando un poco, me pegaría más un diálogo del tipo: “Oye, tronca, ¿sabes que tu corazón me suena igualito que el de aquella novia mía que palmó?”.

(-) En cuanto al título, también me parece mejorable. Es demasiado descriptivo, le falta garra y capacidad de crear inquietud, como correspondería a un texto basado en el suspense. Preferiría algo más vago, como “Dentro de mí”, o un simple “Pálpito”, por ejemplo.

En definitiva, la idea del relato me parece buena. La estructura del mismo es eficaz y se nota muy pensada y pulida. Lo que no acaba de convencerme es el vocabulario de los personajes, que convierten al relato en algo demasiado académico y estereotipado.

 

 

8 Responses

  1. Hoy empiezo por el final: música e imagen geniales.

    Ahora, antes de leer ni una letra de los comentarios previos, voy con el texto: me ha gustado, por lo que dice y, sobre todo, por lo que no dice y se ve.

    Solo le pongo un pero: me chirrían un poquito algunas repeticiones: eses tres “mis” tan próximos, demasiados “que” en la misma oración, “tan”, tan”… “tanto”. A lo mejor son recursos literarios que yo no veo. Lo demás lo firmaría encantada.

  2. En la primera lectura he tenido problemas para entender qué había salido bien, luego no puedo imaginar qué tipo de operación la han realizado para que cambie la personalidad. El desarrollo del relato es muy plano, cambia costumbres y amigos, se hace mala. El final no entiendo a cuenta de qué viene, en fin un relato que me quedo un poco fuera, hay más información oculta. Ese final extraño que hace referencia a la Marieta muerta me hace pensar (y tratar de entender) que tiene la clave: se trata de que le han puesto el corazón de Marieta y ha heredado sus sentimientos. Vale. Exige que el lector piense, y eso está bien.
    De la música y la ilustración pues eso, que admiro la capacidades de estas mujeres para ilustrar y musicar.

  3. María Rojas

    Gracias mil a las chicas organizadoras por su gentileza, a X, Y y Z por dejarme el corazón desmigajado, a Eva por la bella ilustración de ese palpitar sangrante, a Gina por la buena música y a los comentaristas por el buen ánimo.
    Me sentí en una mesa de autopsia, con la fortuna de poder volver a colocar los órganos en su sitio.
    Me sirvieron muchos las correcciones. Quité palabras, mejoré el comienzo y léxico. Conservé el título y el final quedó así:
    ––¡Qué joda tan hijueputa!, a esta hembra le late el corazón con idéntico ritmo que el de mi Marieta muerta.
    Hasta pronto.

  4. Hola María, has sido muy valiente dejando tu texto en la mesa de disección. Siempre se aprenden cosas de la mirada de los demás: a veces son cosas impepinables y valiosas y otras simples opiniones divergentes, pero también ten en cuenta que, otras veces, seguir adelante con tu propia intención es lo que hace que conserves tu identidad y tu estilo. Es difícil delimitar estas cosas, pero creo que en esos casos, consulta al corazón. Si transformas todo tu texto según todo lo que opinen los demás, al final deja de ser tuyo. A mi me ha pasado, pero con el tiempo, aprendes a discernir lo realmente valioso de tu porpuesta y de las ajenas. Y entonces la mezla es explosiva 🙂 Un placer haber puesto imagen a tu guerrera. Besos.

  5. ¡Hola, María!

    Soy la friki X. Me gustaba mucho el punto de partida de tu relato, pero como me gusta tirarme a lo loco hubiera hecho con eso una cosa diferente. Por eso me animé a escribir una crítica acentuando el lado irónico y mitomaníaco del asunto, sin que esto signifique que hubiera resultado un relato mejor (de seguir mis consejos) para el común de la población.

    Es muy cierto lo que dice Eva: uno debe escuchar las opiniones, y luego seguir su voz propia. Yo creo que las opiniones, como la mía o como las otras, también son muy opinables. Como desconfío bastante de los críticos, he procurado dar un punto de vista distinto sobre tu tema introduciendo el factor humorístico, pero no pienso (sinceramente) que sea del agrado de cualquier lector ese cambio. De hecho, esperaba más polémica : ).

    Solo es una visión, un lector 0 bastante friki que te ha tocado. Haberlos haylos. Espero que te haya sacado una sonrisa aunque solo haya sido pensando «¡que locura, ni de broma escribo yo esto que me sugiere!». Y ojalá un poquito útil, pues de visiones muy distintas aprendemos aunque sea solo a mirar las cosas desde un lado distinto al que estamos acostumbrados. Aunque sea para rechazar ese lado.

    jaja me están gustando mucho los «finales alternativos». Se las trae el relato. ¡Un abrazo y enhorabuena por superar la vergüenza de presentarte, decirte que yo también la he tenido que superar para escribir la crítica!
    (en el próximo haré el papel de profesor de la Complutense) Besos!

  6. Cristina Requejo

    Bueno, pues ya que termina el baile de máscaras, me quito yo también la mía. Soy Y, y sólo quiero añadir , María, que hay que ser muy valiente para dejar un texto bajo el microscopio. Chapeau.
    Gracias también a Mel por haberme invitado a participar en esta sección.
    Un beso grande.

  7. Bueno, María y demás contertulias, pues ya que solo quedo yo, ahí voy. Yo hice el papel de Z. Si te han servido de algo mis sugerencias me alegro. Por supuesto que son solo eso, meros puntos de vista. Cada uno sabe qué quiere contar y en qué tono. He pasado también por el papel de «víctima» y sé lo que se siente, aunque creo que es más difícil hacer de «verdugo». Un modo de hablar, por supuesto. Aquí todos somos aprendices con ganas de mejorar constantemente. Recibe un saludo.

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