Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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43. BAILE DE MARDI GRAS

En cuanto entré hube de admitir que los sureños sabían organizar bailes de máscaras. La chabacanería que desbordaba Bourbon Street nada tenía que ver con la atmósfera de aquel salón, que combinaba la suntuosidad de las antiguas cortes centroeuropeas con la exquisitez veneciana. Entre crujidos de seda, fui saludando con inclinaciones de cabeza a aquellos rostros tatuados de macramé y encajes hasta que él me clavó su mirada. Tenía ojos azul hielo bajo la filigrana marfil que simulaba una estilizada calavera. Su acento francés arrulló mis oídos mientras bailaba entre sus brazos. Pronto nos retiramos a la habitación que me habían asignado y nuestros labios deshilaron la noche entre suspiros.

Cuando desperté él ya no estaba. Mi anfitriona me recibió con sonrisa conocedora aunque discreta. Tras desayunar ofreció mostrarme la casa y, desganada, me dejé llevar de estancia a estancia. Sólo me interesó la biblioteca, presidida por retratos de familia. De pronto unos ojos azul hielo congelaron mi sangre. Mi anfitriona me susurró al oído: “Es Philippe Gourvennec, mi ancestro más antiguo. Murió el Mardi Gras de 1786, pero dicen que regresa al baile cada año, y pasa la noche con una joven que nunca sobrevive al Miércoles de Ceniza”.

42 Responses

  1. A cada paso que caminamos por esa mansión que has levantado con palabras nos involucramos más en tu historia y nos quedamos helados como si unos ojos azul hielo nos hubiesen mirado con ese final tan apocalíptico. Muy bueno.

    1. Ana Fúster

      Me alegro de que te haya sorprendido el final, desde luego apocalíptico para la protagonista. Gracias por el comentario y un saludo.

  2. Eva García

    Jo ‘que suerte’ ha tenido la moza…Me gusta la leyenda y la fluidez del relato en contrasta con todos esos adornos, mobiliario, trajes y máscaras, que imagino elaboradísimos y cuasibarrocos. Suerte y un abrazo Ana.

    1. Ana Fúster

      Yo también tenía en mente algo muy suntuoso, una gran mansión en una hacienda sureña en la que se preservase la herencia francesa de una época aún barroca. Me gusta haber podido transmitírtelo. Gracias por el comentario y un beso.

  3. ¿Te puedes creer que me he puesto a investigar si existió Philippe Gourvennec y he acabado resgitrándome en una página de genealogías de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días?
    Lo que consiguen tus relatos, Ana, no lo consigue nadie.

    1. Ana Fúster

      Fernando, espero que lo que dices sea fruto de tu sentido del humor y que no lo hayas hecho en realidad… Si existió el Philippe en cuestión no quiero saberlo, no sea que venga a visitarme por haberlo rescatado del anonimato. Besos y a ver cuando te pasar por la tertulia de los jueves cerveceros.

    1. Ana Fúster

      Es lo que pasa cuando una se junta con personajes así aunque sea por accidente. Seguro que el antepasado en cuestión debe de ser un fantasma que anda purgando sus pecados por haber sido un esclavista de tomo y lomo, porque para haber conseguido esa mansión en aquella época seguro que explotó de mala manera a mucha gente. Saludos y gracias por tu comentario.

  4. Ana Fúster

    Tú lo has dicho, este mes no me ha salido un micro, ni un relato, ni un nosequé: es un cuento cuento. La verdad es que he disfrutado imaginando la ambientación, así que me alegro de que te haya parecido lograda. Muchas gracias y un beso.

  5. Amélie

    A tu protagonista se le congelaría la sangre definitivamente pues ya era Miércoles de Ceniza que sigue a Mardi Gras (martes de carnaval). Bien escogido el título para un lugar como La louisiane Française.
    Un saludo, Ana.

    1. Ana Fúster

      Sí, pero acababa de desayunar, así que aún le quedaba Miércoles de Ceniza por delante para disfrutar de la información que acababan de darle… La expresión Mardi Gras siempre la he oído asociada al carnaval de Nueva Orleans. Curiosamente los americanos anglófonos llaman a ese martes Fat Tuesday, supongo que traducción del francés. Muchas gracias por tu comentario y un beso.

  6. Ana Fúster

    El relato de Ana Tomás me ha parecido excelente. En cuanto al mío, repito que es sólo un cuento sin más pretensión que entretener. Si te ha hecho soñar aunque sea un segundo me doy por más que satisfecha. Muchas gracias por tu comentario. So long, Mr Pérez.

  7. José Ángel

    Un relato escrito con maestría y fiel a tu estilo Ana.
    Estoy seguro de que llegarás muy alto este mes.

    Un saludo y mucha suerte.

    1. Ana Fúster

      Es sólo un «cuento cuento», como le decía a Paloma. Espero que lo hayas disfrutado. Gracias por tu comentario y tus buenos deseos, aunque ya está fuera de concurso. Un saludo.

    1. Ana Fúster

      ¿Pero cómo puedes decir que los fantasmas no existen precisamente tú, CybrGHOST? Sí, seguro que la invitada habría tachado el segundo párrafo y se habría quedado un ratito más en la cama… Gracias por el comentario y un saludo.

  8. Mel

    Jopé con la anfitriona, invitando a la peña cada año para que el tatara-abuelo fantasmal y majara pasase un buen rato y zas!! otra al bote (de Caronte). Cómo te gusta la ambientación sureña no¿?. Mira otra fiesta de este mes donde casi que me disculpais, a menos que me jures que los ojos azules son de Paul Newman (de joven claro)

    1. Ana Fúster

      A la familia hay que tratarla bien, aunque sea un tatatatarabuelo fantasmal y cachondillo. La ambientación sureña se la puse por salirme un poco del tópico veneciano, y porque nada mejor que Nueva Orleans para combinar el exceso de la fiesta con un asunto de fantasmas. Tuve la suerte de hacer un viaje allí hace ya bastantes años y es la ciudad más bonita y evocadora que he conocido. Y, por cierto, la única que he visto con tiendas de vudú, donde puedes comprar muñequitos e ingredientes extraños para hechicerías. Sí, aquella zona me dejó huella. Besote, Mel.

      1. Mel

        Bueno pues me apuntaré esa zona para otro de mis viajes, lo malo es que tendré que vivir como 100 años para ir a todos los sitios que me llaman la atención. Lo de las tiendas curiosas me chifla!!!, en Amsterdam hay cada una de lo más curiosas vendiendo canabis y condones, y en brujas encontré una chocolatería-sexy que vendía unas figuritas de lo más sugerentes (a tamaño real -y aumentado-
        Abrazos

  9. Salvador Esteve

    Ana, un relato perfectamente ambientado. Tiene un día para deshacer la maldición. Inquietante y perverso. Abrazos.

    1. Ana Fúster

      Lo terrible del asunto es saber que te quedan menos de 24 horas de vida y no puedes hacer nada por evitarlo. En fin, espero que al menos la noche que pasó con el fantasma mereciese la pena 😉 Gracias por comentar, un saludo.

  10. Ángel Saiz Mora

    Sorprendente final, a la vez que inquietante. Metida en la boca del lobo, atada a un destino sin remedio que ella no conocía, llevada por una atracción fatal, entre todas, la elegida. Buen ambiente que deja sensación de escalofríos en el cuerpo, y no porque el relato sea frío. Suerte y un saludo.

    1. Ana Fúster

      Me alegro de que te haya gustado. Los bailes de máscaras tipo veneciano -que yo sólo he visto en las películas, jamás he asistido a uno- me resultan inquietantes y con un punto terrorífico, quizá de ahí la idea. Muchas gracias por tu comentario.

  11. Eduardo Iáñez

    Estoy con Ángel: inquietante, sobre todo, de principio a fin. El narrador va desvelando, en ese ambiente sureño cuya embriaguez casi nos envuelve también a nosotros, la terrible verdad de un ambiente mágico y enervante. Solo echo de menos –aunque imposible, no cabía en este relato– la música de jazz. Lo dejaremos para otro, ¿no Ana?
    Un saludo.

    1. Ana Fúster

      Pues como le decía a Ángel también, entre mis impresiones de Nueva Orleáns, que supongo falseadas en buena medida por el tiempo y las incontables películas que la tienen como escenario (ahora mismo me viene a la cabeza «El corazón de Angel»), y lo inquietantes que me resultan esas máscaras, el cuento estaba servido. Me encanta el jazz, alguna cosilla tengo escrita. Saludos y gracias por el comentario.

  12. Esther Gomez

    Me ha gustado mucho el relato te atrapa de principio a fin, me gusto mucho la frase»nuestrosd labios deshilaron la noche entres suspiros».
    Felicidades y suerte
    Un beso

  13. Esperanza Tirado Jiménez

    He buscado al tal Philippe, pero las fotos de Google no lo sacan tan guapo, elegante y misterioso como me lo he imaginado.
    Me ha encantado pasearme entre los asistentes al baile por esa suntuosa y un poco decadente (no sé si es esa la palabra correcta) mansión con leyenda.
    Enhorabuena. Y Suerte.

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