Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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50. EL GUARDIÁN

Contar cada segundo, anular todo pensamiento, deseo y sueño. Ese ha sido su amparo: a lo que ha dedicado los días y las noches. Y su destino es perder el juicio atrapado en ese cuerpo petrificado, abandonarse y desaparecer.

Su corazón, sus venas, sus ojos se deshacen. Se convertirá en arena y llegará el fin. Su cuerpo se desintegra arrastrado por un soplo cálido de viento, lejos, hacia el mar.

Pero el primer latido del corazón retumba dentro de él como un seísmo. Un dolor intenso, insoportable.

Siente el calor del sol y la lluvia en su piel, una alegría histérica por volver a la vida. Pánico al tomar conciencia de lo que está sucediendo. Un miedo infinito.

Hoy es el día. Es consciente de que con solo una orden sus piernas abandonarán esa fría quietud. No tiene prisa. Ahora lo sabe. Antes de blandir su espada, disfruta de ese instante eterno.

Atardece. El sol inunda la mar, y la ciudad se estremece al escuchar el grito olvidado por los siglos de los siglos del ángel guardián sobre el cementerio.

8 Responses

  1. Vernay Juillet

    Volver a la vida, tomar de nuevo conciencia, despertar … y antes de blandir una espada o, sencillamente, de levantarse de la cama y ponerse las zapatillas, ese «miedo infinito»… ¡enhorabuena!

  2. Jesús Garabato Rodríguez

    Hola, Mila. Bienvenida a ENTC. Nos dejas una sugerente y muy bien escrita historia. Casi agracedecemos (yo, al menos) no estar cerca de ese cementerio y de ese ángel ¿exterminador? Buscando en internet encuentro el ángel guardián del cementerio de Comillas (pueblo en el que, por suerte, sí que he estado, pero no, por desgracia, en ese camposanto). Releyendo tu relato puedo ver y escuchar a ese angel, o su representación, despertándose vengativo allá en lo alto. Qué dios nos coja confesados. Me ha gustado. Saludos y suerte.

  3. Martín Zurita

    Hola, Mila.
    Ya que el buen Jesús, un ángel, no lo dudes, te ha dado la bienvenida (lo hace siempre con los nuevos, qué claro lleva él la cuenta), hablemos de otro ángel, el de tu texto. Qué bien se paladean y sientan esos primeros comentarios, sobre todo al primer texto de uno. Pues bien, tu primer texto tiene una gran atmósfera y textura. Vas tejiendo la peripecia en la que ese ser va cobrando vida paulatinamente, con el desenvolvimiento del día, de la tarde, de los siglos, entre la alegría y el miedo (no me gusta lo que veo, Piojo, como en la película El crack, hasta que, por la noche, cuando mueren las oficinas, como en la canción, adquiere carta de naturaleza, plena vitalidad, empadronamiento, y grita el ángel custodio de las sombras cementeriales. Me gustan las interpretaciones precedentes, la de Jesús, expansiva, hacia lo exterminador, y la de Vernay, más todavía y muy sagaz y metafórica, típicamente aplicable a cada uno de nosotros. Tu texto da juego, mi muy enhorabuena y un beso. Bienvenida, pues.

  4. Ángel Saiz Mora

    Al igual que le ha sucedido a Jesús, también se me ha venido a la cabeza esa estatua soberbia, que a nadie deja indiferente, en el cementerio de Comillas. El ángel que ha guardado el camposanto, tras tantos años aprisionado dentro de la rigidez pétrea, cobra vida. Desde sus inicios hasta este final, describes su sentir con un detalle que roza la filigrana, que casi nos hace ponernos en su lugar.
    Un relato lleno de fuerza, con un personaje lleno de personalidad.
    Bienvenida, Mila, un saludo y suerte

  5. Un texto que no deja indiferente, Una imagen que se relaciona con lo conocido (y coincido con algunos compañeros: el Ángel custodio de Comillas). Y me encanta el soplo de vida que le das, y lo imagino a punto de extender sus alas.
    Por todo esto (y más), mi enhorabuena, Mila.

  6. Isabel

    Como piedra no queda más futuro que la erosión hasta convertirse en polvo.Uno asume su destino.
    De repente sentir el inicio de la metamorfosis, el inicio de la vida y con ello volver a sentir, tanto las caricias como el dolor.
    y, entonces, libre, el movimiento sólo depende de su voluntad.
    Ese grito final, escalofriante.

    ¡FELIZ AÑO 2018!

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