Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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84. Vuela (Juan Antonio Vázquez)

Los veranos en el pueblo eran aburridos. A aquella montaña donde mis abuelos tenían su masía –apartada de todo– deberían haberla llamado Tedio. Mi madre se esforzaba en complacer nuestros ratos de asueto entre idas y venidas y cada tarde, aprovechando que el sol desfallecía hacia el horizonte por detrás del campanario abandonado arrojando su luz a nuestra espalda, tendía una sábana e improvisaba un teatro. Allí dejábamos de ser nosotros y nos transformábamos en sombras: la de un príncipe, un monstruo, la de un mosquetero despistado… Recuerdo un día que mi hermano irrumpió en nuestro juego representando una horda de vikingos que arrasaron la campiña donde nuestra hermana y yo simulábamos ser expedicionarios en busca del Dorado. De nada sirvió gritar. Huimos despavoridos colina abajo entretanto aquellos bárbaros marchaban destruyendo chozas imaginarias que momentos antes no estaban jactándose de avanzar a tierra quemada. El disgusto y la preocupación de mis padres cuando cayó la noche y no nos encontraban contrastaba con el semblante risueño de mi yaya: que sonreía y esperaba. Al día siguiente, mientras todo el vecindario buscaba, alzó sus temblorosas manos arrugadas hacia el embozo y proyectando una maravillosa águila chinesca nos trajo de vuelta a casa.

5 Responses

  1. María Sergia Martín (towanda)

    Hola, Juan Antonio.
    Una fantasía hermosísima la que describes. Ese águila final es un cierre de los tuyos.
    Besabrazos elevados a potencias infinitas, que hacía mucho que no te leía.

  2. Juan Antonio Vázquez

    Hola Towanda…. perdido me hallo. Suerte de esta casa que siempre me acoge con los brazos abiertos y de vosotros que sois la mejor compañía. Me alegro mucho por tus éxitos y sigue siendo un placer (aunque en silencio) seguir leyéndoos. Mil besos de colores y un abrazo constrictor para que no te me escapes. 🙂

  3. Salvador Esteve

    Con el calor del estío, casi se me pasa tu precioso relato, Juan Antonio. Fantasía, imaginación e inocencia sobrevuelan este texto lleno de magia. Abrazos.

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