Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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ABR133. EL CONVITE, de Ignacio Rubio Arese

Sólo a las jóvenes de más renombre las invitaron al convite que dispuso Sir Edwin Sigrid en la mansión del Cerro Rojo, con motivo del decimoquinto aniversario de su primogénita.
Habían recalado en Dulltown meses atrás, apenas sin equipaje. Pagaron sin regateos el precio de la vieja casa. Días después, se instalaron en ella con asfixiante hermetismo. A la muchacha apenas la veíamos bajar al pueblo, siempre huidiza, silenciosa. Mantenía invisibles los dientes tras un amasijo de metales.
Una mañana, se extendió el murmullo: el caballero repartía invitaciones al cumpleaños de su heredera. Recuerdo a todas las jóvenes asomadas al balcón, ebrias de esperanza. Por desgracia, el privilegio correspondió tan solo a las más pudientes: a las muchachas rollizas con vestiditos de tul. Recuerdo el amargor del desaire, las pataletas rabiosas, las lágrimas picoteándome los pómulos enjutos.
Lo cierto es que nunca más volvimos a ver con vida a aquellas que penetraron en la mansión; que los gendarmes persiguieron sin suerte a los dos fugitivos; que, finalmente, el Concejo decretó derribar la casa de fatídica memoria. Y es que nadie en Dulltown sospechaba lo que en verdad escondían aquellos hierros monstruosos: la dentadura de ogresa de la terrible miss Sigrid.

27 Responses

    1. kistila

      no se me había ocurrido pensar que la crisis podía tener algo que ver con un cuento digno de Haussmann…
      pero como en algún comentario propones leerlo de otro modo vuelvo a leerlo extrapolando…

      se me ocurre comparar la jovencita con las grúas de la construcción y sus fauces temibles…
      ¿ quizás para derribar la mansión cachumbrosa para construir ahí unos chales?…
      se me ocurre pensar a ciertos constructores desaprensivos que han recolectado primeras entregas de dinero y luego se escabulleron…

  1. Anonymous

    Bueno, bueno… esto es un cuento de terror!!!!

    Me ha gustado, mantiene la intriga y la tensión con buen ritmo; resulta chocante esa voz en primera y segunda persona, al principio, imprime más misterio, y a la vez cercanía y complicidad con el lector.

    Los «hierros monstruosos» me han hecho dudar de la época en la que sitúas la historia

    Te lo has currado mucho, Nacho… pero veo un «fallito»… (soy una sacafaltas culopollo, ja, jaaa), yo no pondría Concejo en un texto ambientado en un lugar llamado Dulltown, para mí estos apellidos entroncan más con los pueblos raíz sajona (británicos), sino condado o alguna otra denominación administrativa más de aquellas tierras de la Pérfida Albión. AUnque puede que esté equivocada y concejo, sinónimo de ayuntamiento (council) se pueda aplicar a cualquier «pueblo» se esté donde se esté.
    Es por criticar algo… la envidia me corroe, je, je… Y «gendarme» también me chirría, es que yo lo relaciono con Francia… pero… no sé…
    «Axfisiante hermetismo», «lágrimas picoteándome los pómulos enjutos»… jo… cómo se te ocurren esas imágenes tan… tan… ves??? La envidia otra vez no me deja hablar… ja, jaaaa!!!

    El final… redondo… qué miedo me dan ahora las chavalitas con sus aparatos en la boca… ayyy…

    Enhorabuena, Nacho!!!

    Te deseo muuuucha suerte!!

    Besooos!
    Marta

    1. Anonymous

      Fe de erratas del comentario: «primera persona del singular y del plural», quería decir… uséase: «Yo» «nosotros»… qué mal me explico…
      La ogresa… envidiesa…

    2. Anonymous

      Como siempre, poniendo el dedo en la llaga, Marta, muy muy atinados tus comentarios, buscándole las cosquillas al texto, como debe hacer todo buen lector 🙂
      Lo de los dientes, he exagerado con conciencia de causa el tema de la aparatosidad metálica para generar ocultación, y tb para asegurarme que sí, que desde muy antiguo se utilizaban ciertas prótesis correctoras (por ahí no me pillas, ja ja ja).
      Palabras como «concejo» (sí, tiré de «Council») y «gendarmes», intentaban recrear eso, una atmósfera anterior al siglo XX, pero ahora mismo NO puedo afirmar que ambas instituciones perteneciesen a ese mundo anglosajón en el que ubico la historia, todo sería ponerse a explorar más, je je, que para eso soy historiador… 🙂
      Respecto al papel del NARRADOR, bueno, aquí he intentado jugar mi baza más importante y novedosa: ¿quién nos dice que debemos fiarnos plenamente de TODAS sus palabras? Teóricamente, juega el rol de informante externo objetivo, una mezcla entre narrador-cámara y narrador-testigo. Por ahí va un poco la clave de una lectura más profunda, más macabra aún, si quieres, del texto… 🙂

      Muchos besos de Ogro a Ogresa 🙂
      NACHO

  2. Anonymous

    Muchas gracias por tus palabras, Ana.
    Te sugiero, como mera opinión personal, ya que el texto que has leido es tuyo, y de nadie más,
    que le des otra vuelta de tuerca y pruebes a NO creerte todo lo que cuenta la narradara «supuestamente objetiva».
    ¿Seguiría saliendo tan bien parada? 😉
    No digo que sea la lectura correcta, simplemente, lo dejo caer, ya que yo sí que le busqué y rebusqué matices más connotativos…
    Un abrazo.
    NACHO

  3. Calamanda Nevado

    NACHO, a los grandes banquetes suelen asistir personajes grandes; no solo lo son por su capacidad intelectual o sus actos benefactores, también sabemos a lo que se dedican algunos grandes imprescindibles en los actos mundanos. Buen ritmo y final en tu relato. Saludos y suerte.

  4. Anonymous

    Gracias, Calamanda. En aquella época, «grandes» era, además, absolutamente literal, a diferencia de la anorexia imperante hoy día como símbolo de belleza…
    Un abrazo
    NACHO

  5. Anonymous

    No, no, Ana, no he dicho que interpretases mal el relato. La cuestión es que intenté deliberadamente dejar abierta la posible ambigüedad con respecto al papel que juega en la historia la narradora. Si esconde más información de la que cuenta o no… 🙂
    otro abrazo
    NACHO

  6. Lo de Dulltown me recuerda a esos pueblos donde pasan cosas y nunca se sabe quién ha sido. Es un relato de mezclas, o así me parece. Aleas edades, voz del narrador, metes una ogresa. Lo reeleré, más adelante, Nacho.
    Un abrazo.

  7. Anonymous

    Mezclas, misterio/horror teñido de ambigüedad…
    por ahí van los tiros, Susana, una alegría tenerte siempre por aquí!
    Un abrazo
    NACHO

  8. Sotirios

    Nacho, siembre aborrecía, detestaba y huía de genero te terror. Lo últimos meses algo está cambiando en mí cada vez me gusta más es como alguien apoderó mi cuerpo y mi espíritu. Estoy distinguiendo que el género del terror da más posibilidades a un escritor a pulir su imaginación. Excelente relatos con buen lenguaje, fantásticas descripciones y con un desenlace digno de un gran escritor. Un fuerte abrazo maestro, Sotirios. (El mes que viene intentaré poner pincelitos de terror en mi cuento)

  9. Anonymous

    Sotirios, yo siempre he sido muy muy miedoso, detestaba igualmente las historias de terror aunque, al mismo tiempo, las pedía a gritos por dentro. Ahora debo de estar purgando todos esos temores gracias a las historias, ja ja, te animo a que tú también explores dentro del género, como bien dices, amplia el horizonte imaginativo de cualquier escritor…
    Fuerte abrazo, deseando leer tu nuevo relato con pinceladas oscuras 🙂
    NACHO

  10. Me ha gustado mucho de principio a fin. Y lo he leído varias veces. Después de leer algunos comentarios me he despistado y creí no haberlo entendido. De todos modos me gustan especialmente los relatos que dan la posibilidad de tomar varias direcciones. No me gustan demasiado cuadriculados.

    Me encanta «las lágrimas picoteándome los pómulos enjutos»

    Suerte! Saludos

  11. Anonymous

    Hola Beatriz!!
    Muchas gracias por pasarte por aquí, por tus comentarios!!
    NO es un texto unidireccional, ni tampoco en plan super super complejo. Se puede leer la historia macabra, tal y como se cuenta, o bien, sugiero, se puede, simplemente, dudar de que todo lo que cuenta la narradora sea cierto; que no se esté guardando ella nada; que no tenga algo que ver, ya que domina tanta información…
    Un abrazo!
    NACHO

    1. Anonymous

      Ja ja ja, Susana. Igual es que ese otro giro que sugiero NO está bien planteado, y no hay que darle más vueltas, pues cada lector recibe del texto algo concreto y personal. Intentar explicar otras visiones es como aclarar un chiste…
      Gracias por tomártelo tan en serio, de veras!!
      Un fuerte abrazo
      NACHO

  12. Anonymous

    Hola Nacho, coincido con Susana. Me gusta mucho el relato pero no le encuentro esa segunda línea de de la que hablas. Me quedo con ese final tan macabro y sugerente.
    Suerte y un saludo.

    Félix Valiente

    1. Anonymous

      Hola, Felix, gracias por pasarte por aquí!
      Te digo entonces lo mismo que a Susana: quédate con esa primera lectura truculenta. La otra NO ha debido quedar muy bien planteada, veo 🙂
      Un abrazo
      NACHO RUBIO

    2. Anonymous

      Hola, Felix, gracias por pasarte por aquí!
      Quédate con esa primera lectura. La otra, probablemente no la he trabajado tan bien como querría. O que solo las mentes más perversas (como la mía) se imaginan otras segundas lecturas… 🙂
      Un abrazo
      NACHO

  13. Nacho, al igual que Félix y Susana no encuentro la segunda lectura, lo cual no disminuye la calidad del relato para nada. Me ha gustado la ironía del nombrecito de Dulltown. Que te vaya muy bien este mes. Un abrazo.

  14. Anonymous

    Je je, Ana, creo que voy a borrar todos los comentarios de posibles segundas lecturas para no liar más al personal 🙂
    Me alegro de que te haya gustado, anyway:)
    Un abrazo
    NACHO

  15. Me ha gustado el relato Nacho, pero tengo una duda: ¿lo de invitar solo a las jóvenes tiene que ver con las «inclinaciones» de la ogresa también? Me llama la atención esa celebración de los quince años, una edad tardía para iniciarse en algo en esas época de caballeros, aunque quizás lo haces a propósito. Y me parece muy apropiado lo del Cerro Rojo, ese guiño a la sangre que se va a derramar me gusta mucho.
    Buen relato.

    Abrazos, un par.

  16. Anonymous

    Sí, Paloma, tiene que ver con sus inclinaciones: no solo lo más tiernecito y jugoso, sino también el futuro más selecto, la cream de la cream de aquella micro-sociedad. Los quince años son un mero pretexto (del caballero) para organizar aquel convite.
    Aunque, repito, NO hay por qué creerse al pie de la letra todo lo que cuenta la narradora. No digo que mienta alevosamente (quizás lo hace), sino porque, tal vez, la mientan a ella, no domina toda la información «real», y quizás, Miss Sigrid tiene ya 17-20-24 años…
    Fuerte abrazo también para ti!
    NACHO

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