ABR142. EL CEREBRO DEL ROBO, de Maria del Carmen Calafat
Siempre fue más ambicioso que yo, ruin y peligroso como un áspid. Secuestrar a Elena fue un golpe maestro y obligarme a cargar con la perpetua le permite destrozarme la vida y quedarse con el botín. Dos cosas apetecibles para una mente como la suya, obsesionada con un odio enfermizo hacia mí; el hermano perfecto, como él me llamaba, el inteligente. Aunque reconozco con orgullo que el robo fue una obra de arte, él también ha jugado bien sus cartas; sí señor, conoce mis debilidades y sabe que siempre cumplo mi palabra. El pacto, aunque me pese, es muy claro: a cambio de dejar libre a mi mujer, yo debo decirle donde he escondido mi parte del dinero y confesar el robo. En estos momentos debe estar desenterrando las cajas del jardín. Y yo, como buen caballero, aquí estoy, declarándome culpable y enseñando a la policía a los verdaderos cerebros del robo: Martin y Elena besándose, en una foto tomada hace unos días al volver del trabajo antes de hora. Un pacto es un pacto. Y por cierto, en ningún momento he pactado no negociar con la policía, ni revelar donde está la parte de Martin que me quedé.
Quien ríe el último… Je je.
Buena historia Maria.
Suerte, un abrazo.
Muchas gracias Miguel. Es la primera vez que participo y me gusta mucho esta página.
Encantada de conocerte.
Carmen