Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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AGO129. FIESTAS PATRONALES DE VILLARRUBIA. AGOSTO 1957, de Rosa Molina

Don Carmelo acarició su casulla nueva. Era azul marino, como cielo profundo, bordada con la misma seda del manto de la virgen. Ambos estrenarían indumentaria. Ambos irradiarían santidad. Tantas almas recuperadas justificaban el gasto.
Mientras se vestía para la misa, recordó su particular cruzada: sin mujeres jóvenes disponibles, los hombres, desesperados, acondicionaron la cuadra del Pancracio como burdel. Inmediatamente él se impuso la tarea de enmendar a aquellas ovejas estridentes y descaradas. Recordaba cómo los hombres intentaban huir cuando él penetraba en ese zarzal infecto; recordaba su dedo acusador, su ira, ¡cómo disfrutaba amedrentando con su labia, doblegando voluntades! Y vaya si celebraron bodas, ¡como Dios manda! El afecto vendría con el roce.  Puso las cosas y las vacas en su sitio.
Alisó sus vestiduras, salió y observó a los presentes: miradas culpables y ningún hombre soltero. Los casados estaban, agarrados, pero estaban. Miró al monaguillo de reojo, «trajeron mujeres nuevas, padre, para las fiestas». “¡Ya empezamos!”, y echó cuentas de los solteros disponibles en la comarca. «Señor, ¿por qué me utilizas de casamentero?”, pensó, pero vio el púlpito y con júbilo y ansiedad sintió afilarse su lengua, su dedo acusador. Y comenzó: ¡En el nombre del Padreeeeee, del Hijooooooo….!

11 Responses

  1. Rosa, me ha encantado, pero lo que no sé, es si el burdel es de mujeres, ovejas o vacas.
    Debe de ser por mi mente calenturienta pero me imagino el lado izquierdo de la iglesia lleno de hombres y en el lado derecho el ganado ovino.
    Muy gracioso.
    Un beso

    1. Rosa Molina

      ¡Muy bueno tu comentario! Mi mente, plana y diminuta, había pensado sacar las vacas de la cuadra para meter mujeres, pero oyes, llénala de lo que más te guste, que también y sobre todo en eso, la imaginación es el mejor aliño, como el humor lo es de tus comentarios, imprescindibles en esta web, Epífisis. Un beso.

  2. Unos feligreses muy obedientes, sí señor. Y un párroco muy comprometido, como debe ser. Pues nada de «vida alegre». Rosa, me recuerda a las películas de Paco Martínez Soria. Lo imagino como un cura campechano y cabezón, que solo vive por y para su «rebaño»,aunque tenga que arremangarse la sotana y entrar en el prostíbulo del pueblo para sacar a alguno de las orejas.
    Una historia divertida, donde el «azul marino» nos lleva por nuevos derroteros.
    Un beso, Rosa.

    Amparo Martínez A.

    1. Rosa Molina

      Gracias Amparo. Me encanta la España profunda, esa de morales y castillos rígidos y me alegra haber levantado la imagen de Paco Martínez Soria porque, en este caso, va que ni pintada. Un abrazo.

    1. Rosa Molina

      Gracias por tu comentario, Ana y que me digas tú que el retrato del cura se te antoja real, es un honor, aunque no me haya salido en sepia, como el de tu abuelo, retrato que sí que te salió bordado. Un abrazo.

    1. Rosa Molina

      Hola Pablo, es cierto ¡vaya personaje! Lo malo es que la historia es medio verdad, porque me la contó una persona muy muy mayor en tono irónico que lamento no haber sido capaz de reproducir. En fin, hay que seguir aprendiendo.

  3. Calamanda Nevado

    Rosa, no se si eres de «Villarrubia de los ojos». A grandes males, me refiero al párroco, grandes remedios. Suerte.

    1. Rosa Molina

      Hola Calamanda ¿existe Villarrubia de los Ojos? Me inventé el nombre. Soy de una gran ciudad, pero la realidad nos sorprende siempre, por suerte. Espero que no seas de allí o conozcas a alguien que lo sea. Hablando con nuestros mayores uno aprende mucho, mucho, mucho. Gracias por tu comentario.

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