AGO29. INSECTOS DE CIUDAD, de Jorge Gutiérrez Diego
En los centros comerciales, en las calles, en las universidades, en el metro, en todos lados se aglomeran, sintiendo que todos son igual y que nadie es importante, como en una colmena. Todos trabajan para el mismo fin, que no saben bien cuál es, y los jóvenes van de entrevista a entrevista de trabajo, como si fueran polinizando cada uno de los puestos vacantes. En la tele y en los periódicos ven a la abeja reina, o a su representante, diciendo que sigan trabajando, porque el invierno será largo o algo así. Hay que guardar provisiones, aunque ellos no lo hagan, aunque ellos, tal vez, luego se las roben. Malditas cucarachas. Hay algunos que siempre fueron más listos, o más viles y avaros, también abundan entre los peones. Malos bichos, dicen algunos. Pero en la ciudad, llena de trampas y tramposos, siempre hay quien simplemente quiere revolotear tranquilo, sin hacer daño a nadie, pero sin participar en las insípidas y, a veces, cuestionables tareas y práctic
as de la masa. Insectos inofensivos, que no pican. Porque, al fin y al cabo, todos somos insectos de ciudad, unos mejores y otros peores, reinas y peones.
(Fin de la cita).
Suertte.
Besicos muchos.
VUALAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Un abrazo.
Jorge, has definido lo que somos, insectos de un nido gigante con una diferencia de clases y de poderes.
Un abrazo
Somos tantos y tan variados como ese enjambre de insectos, por suerte alguno queda que no hace daño…¿o no?
Suerte
Me gustó está asimilación entre insectos y humanos.
Suerte, y un saludo.
Un buen repaso has dado a la sociedad. En el reino animal y hasta que no rompe el humano la cadena, el equilibrio es perfecto. Luego, unos se comen a otros, pero en el mundo civilizado no solo te comen, primero te torturan y después te devoran. Así de gordas tienen las cuentas.
Un abrazo.