Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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AGO43. ETIQUETAS, de Sara Lew

Te desperezas despacio. Desentumeces las piernas. Estiras los brazos hacia arriba como queriendo llegar a ese techo blanco y redondo que, efectivamente, tocas. No eres gigante, no, aunque la estrechez de tu encierro así te lo sugiera. Tampoco eres un insecto dentro de un frasco diminuto —pálpate bien: tienes nariz, boca, dos orejas y dos ojos, algunos pelos y, además, piensas— si bien las paredes cilíndricas y transparentes con las que te chocas te llevan a esa idea ridícula, que enseguida descartas por otra no menos absurda, pero más conveniente. “Es solo un sueño” te repites una y otra vez mientras miras a tu alrededor con espanto. El yonqui de los tatuajes, la tía buena del bar, el vecino gay, el banquero gorrón, el negrito del locutorio… todos ellos están también ahí, catalogados en la estantería.

36 Responses

  1. Terrible sensación encontrarse catalogado cómo un insecto y seguir siendo hombre. Buena crítica a nuestra crueldad con nuestros compañeros de existencia en el planeta azul. Muy bueno Sara. Besos Gloria

    1. El camuflaje es una buena técnica de supervivencia. Ser como los demás, como nuestro entorno para pasar desapercibidos. Lo peor es que luego no nos reconocemos ni nosotros mismos.
      Un saludo, Christine.

    1. Gracias, Javier. Es bueno a veces ponerse en el lugar del otro (aunque sea metafóricamente hablando, ya que a nadie le gustaría estar encerrado en un frasco, o dentro de una jaula para que los monos vengan a vernos con sus crías 🙂

      Un saludo.

  2. Un relato asfixiante que refleja la imposibilidad de escapar de las prisiones sociales, de las etiquetas con que los demás nos definen. Un texto de calidad como todos los tuyos.

  3. Excelente esa pesadilla que has etiquetado, con un giro original a las historias de coleccionistas de bichos y la obsesión de los entomólogos por clasificarlo todo. El tiempo verbal acompaña muy bien al relato; no sé dónde leí que las historias de miedo son aún mejores cuando el narrador utiliza la segunda persona, y tú la has utilizado de forma excelente. Enhorabuena.
    Un abrazo y suerte.

  4. Así es, Sara: todos etiquetados, y más pequeños de lo que intuimos, aunque los humanos tiendan a sentirse gigantes muchas veces (bueno…, algunos, que otros tiramos más hacia las pulgas).
    Un micro hondo, casi filosófico.
    Un beso y mucha suerte.

  5. Excelente, de esos que deberían ser ejemplo de micros bien llevados, con cambio de perspectiva, doble lectura, ponderación justa, en fin, está estupendo y además me encanta : ). Saludos!

  6. Lo peor de las etiquetas es cuando la gente se las cree y las hace propias. Entonces la pija es más pija, el tonto del pueblo se aprovecha y el gerifalte se cree impune. ¿O no es así?
    Un abrazo.

  7. Sinceramente, Sara, me encanta. Desde que te descubrí hace unos meses, eres una de mis autoras favoritas.

    Mucha suerte y un beso enorme.

    (me haría mucha ilusión que participases en mi proyecto MARES DE PECES. Ahí lo dejo caer)

  8. Muy bueno, Sara. Me quedo con la perspectiva de la historia y su sobriedad. También creo que tiene un trasfondo importante lo del etiquetado, nos falta saber cómo habían catalogado al tipo en cuestión. Buena suerte.

  9. Estupendo relato, aunque me crea algo de claustrofobia imaginar la sensación de estar ahí metido en un frasco, no me extraña que decida «más covenientemente» que se trata de un sueño del que despertará. Pero claro, la realidad es la realidad y está llena de etiquetas, de ahí no hay quien despierte.

    Mucha suerte con él Sara. Besos.

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