Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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AGO57. FASCINACIÓN, de Virginia González Dorta

En el colegio lo apodaron “el Bichos” porque cada día traía alguno a clase, como aquella vez que nos mostró una sutil telaraña colgando de las gafas o cuando paseó un escorpión sobre los hombros. Otro día nos enseñó como en su estuche, en vez de lápices, afiladores y gomas, vivían unas enormes hormigas rojas a las que daba migas del desayuno.
Las orugas de los jardines no tenían secretos para él, los grillos frotaban los élitros para saludarlo y hasta las ambarinas cucarachas lucían tiernas en sus manos.
Como era de esperar, se hizo un entomólogo famoso, recorrió selvas y estepas, montañas, sabanas y bosques. Fue a morir cruzando una calle, deslumbrado por unas luciérnagas inmensas, que no supo identificar bien y que no figuraban en sus numerosos tratados sobre insectos.
phoeticblog.blogspot.com

22 Responses

  1. ¡ A que iba a ser un «escarabajo» ! Un final muy ocurrente, inesperado tras esa biografía tan precisa y documentada del protagonista. Me ha gustado por lo tierno del trato a sus animales. Suerte y abrazo.

  2. Lo de ser entomólogo lo tenía claro desde que era niño, pero tu protagonista debería haber cuidado un poco más su obsesión por su trabajo o afición, como mucha gente no sabe hacer. Lo del «escarabajo» de Antonia está muy bien traído.
    Un abrazo y mucha suerte.

  3. Mucha ternura hay dentro de este micro, Virgi, señal de que te gustan los insectos. O le gustan al niño que fue entomólogo y no supo moverse en la jungla ciudadana. Una pena, y es que cada uno tiene su hábitat natural (yo, urbanita absoluta y detesto a los insectos; todo lo contrario de tu protagonista, vamos).
    Me ha gustado mucho, a pesar del atropello al pobre, ay.
    Un beso y mucha suerte.

    1. Mi querida Isabel, te agradezco tus buenos deseos, pero aquí hay plumas fabulosas, una delicia leerlas.
      A mí me gustan algunos insectos, otros no los soporto, ni me atrevo a escribirlos…
      Besos para ti. Muchos.

  4. Debe ser que se le había cumplido su tiempo, apreciada Ana. O quizás el brillo cegador de las luciérnagas no le dejó ver pensar nada más.
    Gracias por tu apoyo, muchos besos.

  5. Me ha encantado el relato. No se si has entendido bien lo del escarabajo, y perdona si me equivoco. El escarabajo es el apodo de un coche concreto alemán, por eso nos parece un gran comentario de Antonia.

    1. Mil gracias por tu aportación, Javier, por un momento se me vino la imagen del wolkswagen (un familiar tenía uno hasta hace bien poco) pero luego la deseché por una metáfora más animal.
      Un abrazo y estás más que perdonado…como que te abrazo!!!

    1. Los detalles no los sé bien, pero quizá salió volando, sí. O se lo llevó el escarabajo de Antonia (buen golpe el suyo que aclaré gracias a Javier), je je.
      María, besos besos

  6. Me gustó la evolución de «El Bichos», sin embargo fue una pena que tuviera ese final no esperado ni por él mismo. Esas luciérnagas no le dieron la mejor compañía aunque fue demasiado tarde su aprendizaje… Me gustó el empeño del personaje. Un abrazo, Virgi.

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