Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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AGO61. AZUL…MARINO, de Teresa Oteo

El azul marino guio mi vida.
Nací niño, en aquella época no se hacían ecografías y mi madre no lo supo hasta el momento del parto; pero ya tenía un cuco esperándome de color azul…marino.
Mi primer uniforme del colegio: pantalón gris y jersey azul…marino.
Aquel abrigo de los domingos con el que me llevaban a misa era también azul…marino.
En mi primera comunión fui de almirante: pantalón blanco y chaqueta azul…marino; el libro de escolaridad del instituto, la rebeca de aquella chica que conocí un verano en Fuengirola y la toga que llevé el día de mi graduación en la universidad, todo azul…marino.
El vestido que llevaba mi suegra el día de mi boda: azul…marino y el traje con el que enterramos a mi padre, el mejor que tenía era azul, azul…marino.
Aquel coche adelantando en prohibido que me sacó de la carretera y acabó con mi vida; apenas alcancé a distinguir el color pero era también azul, azul…marino.
Por fin… un fundido en negro. O quizá sea… azul, azul…marino.

16 Responses

  1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

    Y ya que estás allí, dime: ¿es de verdad azul el cielo?.
    Un abrazo, mejor dicho, ¿quieres que te rece una oración?.
    Fuera de bromas, es muy bueno tu relato.

    1. El color del cielo será el que llevamos dentro cada uno, supongo, una vez muertos más bien será bastante oscuro, casi negro; la oración déjalo mejor un comentario divertido.
      Muchas gracias.
      Por cierto, por lo que he oído contar a mi padre sí que debemos de tener alguna rama del árbol genealógico por aquella zona.
      Besos

    2. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      Pues Oteo está en el valle de Arana (Campezo), no lejos de la frontera con Navarra en la espectacular sierra de Urbasa. Te recomiendo una visita si no has estado ya.
      Saludos

  2. Jesús Alfonso Redondo Lavín

    Por cierto, soy aficionado a la geneaología y mi mujer tiene un ancestro procedente de Apellaniz (Álava), nacido hacia 1620 de nombre «Francisco Oteo, Suso». (a veces las partidas bautismales lo escriben como «Otheo»)
    Saludos

  3. Teresa: Una hermosa metáfora sobre el sino, pintada del color que se replica una y otra vez como una mancha de la que puede escaparse. Muy bella la ironía con la que se cierra el relato. Gustavo

  4. Nicoleta

    Teresa, me gustó que, después de una vida entera dominada de un obsesivo azúl marino, que le parecía impuesto del exterior, en la muerte aquel azúl marino está preferido al negro de la nada, se transforma en una aspiración interior.
    Un abrazo.

  5. Teresa, desde mi color favorito ha sido el azul pero quizás después de leer tu relato tendré que pensarmelo pues en el se convierte en una maldición.
    No esperaba un final asi, enhorabuena.

    Saludos y suerte

    1. A mí también me gusta mucho el color azul y me encanta el mar, aunque enn este relato se convierte en un poco bastante obsesivo, es cierto.
      Muchas gracias y suerte a ti también.
      Un beso

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