Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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49 . Alivios

Cuando tenía mocos o calentura mi madre me subía a ver a la Curiela. Andábamos monte arriba hasta llegar a la antigua paridera del raso. Daba igual la hora que fuera, avisaba a nuestro padre de que salíamos y tiraba de mí hasta alcanzar su destino. Yo pensaba que era por los dos hijos que ya había perdido. O por el valor que cobraban un par de brazos a la hora de la labranza. El caso es que me arrastraba por la vertiente hasta alcanzar aquel chamizo lleno de magia, como si una extraña fiebre la poseyera en verdad a ella. Entrábamos sin llamar, tanto de día como de noche, y nos recibían una serie de estatuillas y fetiches, de amuletos y reliquias que dibujaban, a la luz mortecina de la lumbre, sombras fantasmagóricas sobre las paredes de cal y piedra. Un viento frío la acompañaba cuando aparecía de repente. Joven para vivir tan apartada, guapa a pesar de su aspecto descuidado. Me conducía hasta el chiscón del fondo para aplicar paños calientes con sus manos de seda. Después se retiraba con mamá al lado del fuego y conjuraban la enfermedad con toda suerte de aspavientos y gemidos.

36 Responses

  1. Estoy aquí con mis propios mocos y mi calentura y he notado el alivio de las salmodias y las manos de seda de la curiela, brother. Ya sabes que me gusta mucho lo que escribes, cómo nos envuelves con tu arte. Mucha suerte y besos.

    1. Jajaja… estamos igual entonces… creo que la fiebre me ha llevado por este camino. Sí ha sido o no eficaz, lo veremos, desde luego te deseo una pronta mejoría. Sabes que el cariño es mutuo y que tus cuentos también son píldoras de bienestar. Muchísimas gracias y mucha suerte también para ti.
      Besossss!!!

  2. El título, perfecto, añadiendo significado al texto sin descubrir nada previamente. El final, genial, condensando la historia en la última palabra, que hace de indicio y descubre el pastel. Léxico cuidado, redacción correcta… Me ha encantado. Si fuese juez, no encontraría ni una pega. 😉

  3. La magia puede encontrarse en cualquier lugar apartado, en la cima de la montaña, en unos paños calientes, en unos brazos torneados, en el desahogo de la carne al lado del fuego… o en unas letras como éstas.

    Muy bueno, Juancho.

    Abrazo grande.

  4. Ángel Saiz Mora

    ¿Quién dijo que las brujas tienen que ser feas y malvadas? Tu protagonista es una mujer eficaz y con encanto, sin lista de espera para curar a la gente como en la Seguridad Social. Por si esto fuera poco, también hace otras cosas, en un remate final del relato que nadie podía esperarse, y es que el título ya lo anunciaba.
    Un relato valiente y elegante.
    Un abrazo y suerte, Juancho

    1. La curiela es un personaje que yo he conocido a través de historias que he escuchado a la familia de mi mujer. Buscado el término en la RAE, se refiere a ella como paridora, aunque ellos se refieren a una especie de curandera a la que llevaban, sobre todo a los niños a curar catarros y torceduras. Por eso al final lo pongo en mayúsculas y en cursiva, porque no estoy seguro de que su significado me cuadre, aunque sí la palabra, que me encanta. Y en general la estética de las curanderas, mujeres que viven generalmente apartadas, con unos conocimientos de las hierbas y de otras artes, que a veces las han llevado a ser consideradas y perseguidas como brujas.
      Muchas gracias por tus palabras y por tu visita, Ángel.
      Un fuerte abrazo!!

  5. Jesús Garabato Rodríguez

    Una única visita y dos resultados satisfactorios, aparentemente. Parece buena cosa. Lo malo es si el chaval, con el tiempo, se va de la lengua o pìde incorporarse a ese retiro tan cálido sensual. Curiosa la vida y el modo de bajar la fiebre en algunos lugares dejadfos de la mano de dios. Un saludo y suerte, Juancho.

    1. Imagino, solo imagino, que muchas de esas noches tal vez la fiebre no fuera tal y quién sabe si los mocos no fueran más que algo de alergia. Pero se ve que la madre había noches en que igual prefería otros brazos a los del marido. En cuanto al chaval, quizás aquellos paños calientes sirvieran también para que mantuviera el secreto… pero solo lo imagino.
      Muchas gracias Jesús por tu comentario.
      Abrazos!!!!

  6. Laura Reinón López

    A mí me da que va a ser lo que imaginas en tu último comentario, Juancho, y que cualquier excusa era buena para ir a visitar a la Curiela… Me encantan las imágenes y la atmósfera que recreas como la de «las sombras fantasmagóricas sobre las paredes de cal y piedra». Un relato brillante, un título que dice sin descubrir y un final de los de que te dejan «ojiplática», vamos, maravillada me has dejado.
    ¡Un abrazo!

  7. Una historia de esa magia cercana, cotidiana, probablemente inexistente, de las clásicas curanderas de cualquier zona rural del mundo… Una historia sobre la magia hecha fuerza en los brazos de esa madre llena de dolor y determinación. Y todo ello con una escritura, prodigiosa, que eso sí que es magia.
    Mi más sincera enhorabuena!

  8. Las manos de la curiela: eso es magia y lo demás…
    Me gusta mucho el relato que nos regalas, Juancho. Porque es un regalo: envuelto en buena prosa, adornado con un título, que enriquece pero no estropea el final, y con sorpresa final, que es lo que más gusta de los regalos, la sorpresa.
    Muy bueno.
    Suerte y abrazos,

  9. Las curielas!!!!
    En el pueblo de mi madre también había una. Y hasta hace unos años, todavía tenia «trabajo».
    Personas enigmáticas, admiradas, temidas, despreciadas…
    Para los chicos, buscadas e investigadas.

    Me gusta, me gusta mucho tu relato.
    La forma de contar y el «cuento» en sí.
    Me ha dejado sorprendida el final (que unido al título), me ha impresionado.
    Me gusta que me impresionen y sorprendan.

    Un abrazoooo
    Y mi enhorabuenaaa

  10. Martín Zurita

    Hola, Juancho.
    Quién no ha conocido a una «maga», a una curandera, a una «Curiela», qué apelativo tan bien sonante. Ese ser con poderes mágicos para sanar. Si la conocen hasta los «nasciturus», los concebidos pero no nacidos, en su no fácil trayecto por el canal del parto hacia el no menos accidentado de la vida. Escuchan sus aspavientos y gemidos: sus conjuros. ¡Menudo Curielo estás tú hecho! Nos sanas la visión, con la lectura de un texto impecable de pies a cabeza. Un texto dotado de una ambientación, de una atmósfera sencillamente fabulosa, embutida de magia por todas partes. Un texto que nos provoca una fiebre alegre, gozosa. Una transitoria luxación del cerebro hacia la maravilla, que la propia «Curiela» luego nos ajusta. Tu cuento es el de la razón maravillosa. O el de la sin razón maravillante. El de lo mágico. Da lo mismo. Nos hemos enamorado del personaje para siempre. Y eso es mucho decir. Pues eso. Dicho queda para siempre. ¡Qué viva la «Curiela» y quien la parió!». Mi más muy enhorabuena.
    Un abrazo grande.

  11. Juancho, te he buscado, lo confieso y aunque ahora se tarde un poquito más que antes, qué gozada encontrarme con esta historia, una Super Historia. Felicidades por escribir así, por dejar que la leamos, porque al fin y al cabo la escribes para nosotros. ¡¡¡Gracias!!!
    Un abrazo

    .

    1. Muchas gracias Rosy, me encanta verte por aquí… el que tiene que dar las gracias por que me leáis soy yo, aunque aquí lo que funciona es el trueque, nos leemos unos a otros y ganamos todos.
      Un beso grande!!!

  12. Hola, Juancho. Primero feliz año, me ha gustado mucho tu micro está muy bien narrado y es muy didáctico. Me recuerda estas cosas de Cuba, Haití… Cuando miré en el diccionario la palabra Curiela ya sabía por dónde iban los tiros. Sabes que soy griego y desconozco si tu cuento habla de algún pueblecito de Galicia por ejemplo, o estás hablando de un acontecimiento que sucede en otro país. Desde luego el micro el brillante. Te deseo mucha suerte, amigo, Sotirios.

    1. Muchas gracias por la visita Sotirios. El termino curiela a mí me llega de historias que escucho de Castilla la Mancha, aunque pienso que es un término más extendido. Además, aunque con otros nombres, creo que es una figura que se da en muchas partes del mundo. Brujos, chamanes, curanderas, casi siempre con una función terapéutica y muchas veces espiritual. Un personaje atractivo que no sé si he sabido sacar todo el jugo que es capaz de dar.
      Gracias de nuevo y Feliz año!!!
      Un fuerte abrazo!!!

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