Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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87. Amelia (Asunción Buendía)

A mi madre me la robó una triste enfermedad y a mi padre me lo quitaron los ganadores de una guerra. Estos dos acontecimientos tan crueles, segaron mi infancia con el mismo golpe seco con que se cortaba el trigo en las llanuras áridas de mi pueblo. Madre acompañándome con su ausencia vacía y padre con su infierno, se llevaron mi niñez desdibujando mi vida entera.

Sin embargo nunca estuve sola. Mi hermano, un ser mágico y puro me regaló toda la fantasía que una niña puede necesitar y más tarde fue la mano segura que nunca soltó la mía.

Aunque algo se había roto para siempre en mí, dejándome inválida para las emociones y yerma para los sentimientos, los pude vivir a través de él.

Supe lo que era el amor porque él encontró el más verdadero y fui madre a través de sus hijos. En ellos me apoyé, cuando sin quererlo también cruzó al otro lado.

Hoy, cansada de una vida que se hace demasiado larga ya, pienso que la balanza está casi equilibrada y lo estará del todo cuando la mano conocida, que intuyo cada vez más cerca, me apriete con fuerza esta vez para siempre

25 Responses

  1. Martín Zurita

    Hola, Amelia.
    Una vida en unos renglones. Quién da más. Una existencia trágica promovida por factores externos: la enfermedad, la guerra, el cambio de chaqueta política de su hermano… Una vida larga para colmo, como para que el dolor, intrínseco, dure más tiempo. Una existencia amarga, que, al cabo, como para todos, pondrá fin la mano que abraza para no aflojar. Un texto muy bien escrito que tiene mis parabienes. Un beso fuerte y feliz siempre para ti.

    1. Hola Martín, me choca tu interpretación del relato. Para nada he querido dar a entender un cambio de chaqueta política del hermano. Es curioso lo que cada uno entiende al leer.
      Gracias por el beso que mandas a Amelia, se lo daré de tu parte

    2. Martín Zurita

      Hola, Asunción.
      Tienes toda la razón. Se me debió ir la olla. Al otro lado es clarísimo: a la otra vida. Al otro barrio, vamos. Que el hermano de Amelia murió también.
      Un beso pero para ti.

  2. Dolores Asenjo

    A pesar de que tu protagonista dice estar yerma para los sentimientos los traspira por doquier. Un relato emotivo, lleno de ternura y un halo de tristeza. Suerte Asunción

  3. Me ha encantado!!!
    A pesar de ser una historia triste como la vida misma, está tan bien escrita que acaricia los sentidos y el alma.
    «segaron mi infancia con el mismo golpe seco con que se cortaba el trigo en las llanuras áridas de mi pueblo». Toma ya!!!! Espectacular.

    Asun, un abrazoooo fuerte.

  4. Ángel Saiz Mora

    Cuando una persona pierde a quien más quiere en la época que más necesita tiene que dejar marca. No haber disfrutado de una infancia normal es un duro golpe del que, difícilmente, en esa época crítica en la que nos estamos haciendo, podría nadie eludir. Esa incapacidad que cree tener tu protagonista para sentir no es sino una defensa ante el sufrimiento, no soportaría que le ocurriese lo mismo de nuevo, se esfuerza en volverse roca, para no ser de nuevo vulnerable. Solo le queda ese hermano, en quien ve un ser mágico, porque es el único que le aferra a la vida, después también sus hijos.
    Un relato muy emotivo y muy bien escrito.
    Un abrazo, Asunción. Suerte

  5. Asun, empiezas dando fuerte, con un frase que te mueve, que te engancha. La imagen del hermano es el punto «sensible» de la historia, después, vivir a través de sus hijos le hace la vida más llevadera, son su salvaguardia.
    Me ha gustado mucho, ¡a ver si la suerte te sonríe!
    Un besote de los gordos.

  6. Isabel

    Pobre Amelia, una vida de pérdidas que la hacen insensible para el Amor.
    Y ese personaje del hermano siempre a su lado.
    Muy bonito Asunción.

    ¡FELIZ AÑO 2018!

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