Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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111. Angora

Lo encontré una noche de cielo lóbrego. Desvalido, famélico, magullado, herido, indefenso, solo, perdido y probablemente, abandonado.

Con  aquellos zalameros ojos azules y su pelaje hecho jirones, comenzó a acurrucarse entre mis piernas, a enmarañarme en sus deseos, a embaucarme con sus ronroneos. Me dejé seducir y no por lástima, sino porque probablemente necesitaba sus caricias más que él.

Me lo llevé a casa. Cicatricé sus heridas, le di todo lo que pude o supe darle, hasta que su aspecto mejoró, hasta que se sintió fuerte.

Ahora las cosas han cambiado. Me ha enseñado sus garras, sus afilados dientes y ahora soy yo la que se siente magullada, indefensa y perdida

Mi gato es un tirano, un déspota, pero ya no me duelen sus heridas, lo que realmente me lastima es que cada vez se parece más a ti.

11 Responses

  1. Martín Zurita

    Hola, Raquel.
    Lo primero la forma: muy bien ajustadas las palabras a la peripecia. Quitaría la tilde de «sólo» en la segunda línea. El fondo; La falta de agradecimiento de algunos animales, sobre todo de los que caminan con piernas. Ocultas magníficamente la historia b, que consigues con ese final redondo que nos imaginemos. Ese «se parece más a ti» es como un dedo acusador que nos estuviese señalando a cualquiera, poniéndonos en cautela para no incurrir en una conducta semejante: ser desagradecidos. Me ha encantado tu texto. Besos.

  2. Barceló Martínez

    ¡Vaya tela! Te has lucido Raquel. Un microrrelato redondo, en mi opinión. Intenso, fluido y con giro final inesperado, un diez por mi parte.
    Suerte

  3. Jesús Garabato Rodríguez

    Coincido con los anteriores comentarios, pero también me haces pensar en por qué la protagonista no da la impresión de que sea capaz de desprenderse con facilidad de aquel que la tiraniza. Y eso que debe ser más sencillo mandar a paseo a un animal de cuatro patas que a otro de dos. Enhorabuena, Raquel. Suerte y saludos.

  4. Ángel Saiz Mora

    Acogemos a alguien en nuestra vida, tanto esa persona como nosotros estamos igual de necesitados de compañía y afecto, pero al final quien vino con la mejor tarjeta de presentación se convierte en un monstruo destructor. Hemos permitido que en nuestra fortaleza se introduzca un caballo de Troya, que tras una apariencia atrayente, con forma de regalo que nos es concedido, corroe, y de qué manera, por dentro.
    Un relato lleno de fuerza con un paralelismo impecablemente trazado y gramaticalmente valiente, con esa cantidad de adjetivos tan bien puestos, por más que algunos puristas repitan que están mal vistos.
    Un abrazo, Raquel. Suerte

  5. María Jesús Briones

    Ese gato es mucho más que un gato. Es el retrato de alguien a quien ella amó.
    Muy conseguido el giro final para rematar la historia.
    Mucha suerte
    Besito virtual, Raquel

  6. Me gusta mucho esa evolución del relato y ese final, en el que entra en juego una tercera persona, me parece excelente. Ese «ti» último le da un giro radical al micro y nos saca completamente de la historia del gato que, como se ve, no era la más importante.
    Para mí, de diez. Veremos que dicen los jueces. Suerte!
    🙂