Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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70. ATAJOS (MARÍA ORDÓÑEZ)

 

¿Supo lo que le esperaba al iniciar el viaje? Tal vez. O tal vez, su alma triste, hambrienta de cariño, no advirtió el vaho de hiel que hoy amenaza con ahogar sus días.

Y es que su naciente compañía era dulce como ninguna. Olía a vida nueva, como mañana de primavera.

Desde el instante que la tuvo, el mundo entero se postró a sus pies. No hubo cercos que temiese derribar, ni puentes que dudase atravesar. Un formidable aliento desempolvó sus veredas. Y caminó… Cuando la hiel bajo sus pies acechaba y la hacía resbalar, los ojitos que alumbraban sus pasos contenían sus caídas. Y por ellos y con ellos, continuó su andar.

Pronto les brotaron alas.

Alas que desplegaron fuertes, amplias, que vuelan alto; mientras que las suyas, que nacieron prisioneras entre los hilos dorados de aquella hiel eterna, no logran levantar y quizás, así quedarán por siempre.

No importa. Ella sigue andando, iluminada por aquellos ojos que reflejan los suyos, tratando de evitar el humor oscuro y cruel de la amargura. Va abriendo brechas entre las espinas, buscando arcoíris después de las lluvias, creando atajos de luz para iluminar su vida. Y no cejará. Nunca cejará.

 

 

 

14 Responses

  1. Caramba, María, todo un canto a la esperanza y a la lucha por encontrar y abrir esos atajos de luz. ¿Inspiración en las últimas buenas nuevas? Sin duda, porque tus letras rezuman sentimiento y energía de la buena.
    Mucha suerte y un fuerte abrazo, amiga.

  2. María

    ¡Gracias, otra vez, Rafa querido. Y sí, creo que la humanidad debe perseguir la luz, en estos momentos de desolación. Otro abrazo para ti, amigo!

  3. Un relato a caballo entre la amargura y la esperanza, en realidad así es la vida, a veces luz a veces oscuridad.
    Pero tú protagonista no se abandona aunque sus alas no le permitan despegar. Es muy valiente y un ejemplo para todos.
    Además el lenguaje que has utilizado es pura poesía.
    Felicidades y un beso grande

  4. María José Escudero

    Siempre hay algo o alguien que nos mueve, un estímulo que nos apremia para seguir y buscar esos atajos que harán más llevadera la vida. Bellísimo relato, María. Ya tenía gans de leerte. Un abrazo y mucha suerte.

  5. María

    Muchas gracias, María José. Yo también extrañaba vuestros magníficos y entrañables textos. Muchas gracias por tus palabras. Un gran abrazo!

  6. Salvador Esteve

    Un viaje que sigue el reflejo de una existencia, que con ilusión separa las aguas y abre caminos y en su estela acaricia otras vidas. Precios relato, María, con un poso de amargura pero lleno de esperanza. Me ha encantado. Abrazos y suerte.

  7. Es el tipo de relato que se me escapa. ¿Qué me estás contando? ¿Se trata de una mujer que sufre y encuentra en una hija la única esperanza? No sé, María. Veré que te comentan. Vaya, parece que he acertado. Me alegro pues por ambos. Suerte a fin de mes.

  8. María

    Muchas gracias, Javier, por tratar de entender… Es genial constatar que cada lector, desde su propia perspectiva, encuentra el sentido de sus lecturas. Y, creo ya haberlo dicho antes:la suerte ya la tengo, al tener este motivo para escribir y tener a maestros como tú, de lectores. Un abrazo!

  9. Calamanda

    María, cuanta esperanza en ese camino por andar. Bella forma de contar este transito con imagenes tan liricas. Suerte y saludos

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