Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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05. CAPAS (Mariángeles Abelli Bonardi)

Debajo del secador de pie,

la negra redecilla,

los apretados ruleros,

el nuevo color de cabello,

la tintura,

los químicos de la tintura,

y los átomos de cada uno de esos químicos,

no tiene ni un pelo de tonta, porque aunque finja

hojear la revista,

y mirarse las uñas relucientes,

recién pintadas,

lo sabe bien:

No hay átomo,

ni químico,

tintura,

color,

rulero,

redecilla o secador de pie que pueda

frenar un chisme.

16 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Cuidar la apariencia no tiene por qué ser sinónimo de persona superficial y poco profunda. Tu protagonista es muy inteligente y aguda, tanto como para saber que lo que se publica en esa revista, como sucede con todo lo escrito, dicho queda, sea verdad o no, con sus posibles consecuencias posteriores.
    No estoy seguro de haberlo interpretado bien, en cuyo sería culpa mía. Entiendo que la palabra clave de la última frase: «chisme», culmen del desenlace y por lo tanto decisiva, se refiere a una noticia, que generalmente no es auténtica y que sirve para difamar de alguna forma a alguien, que podría haber aparecido en esa revista que hojea. Corrígeme si me equivoco.
    La presentación gramatical concuerda muy bien con el título, pues todos los detalles de esa apariencia que trata de cuidar el personaje aparecen como «capas» en cascada, hasta llegar a una lúcida conclusión.
    Un abrazo y suerte, Mariángeles

    1. Hola, ÁNGEL. Me gusta tu interpretación porque,como bien dedujiste, la clave está en la palabra que cierra el texto: chisme. Pero más que centrarse en la revista que la mujer hojea, yo usé el término en su sentido más amplio, porque no sólo se refiere al chisme que ella lee en la revista:
      también al que le llega a través de la peluquera,
      y al que le llega de boca de otra clienta,
      y también puede ser un chisme sobre otra persona o sobre ella misma.
      Y también un chisme que ella misma hace correr…
      en fin, se me hace que un chisme es lo más parecido a una bola de nieve a la que se echa a rodar, porque cuanto más rueda, más grande se vuelve, no sé si me explico.

      Y en cuanto a la presentación gramatical, alude a las capas que bien mencionas, pero también a la forma del secador de pie bajo el que se está la mujer (quise hacer una especie de caligrama; no sé si lo habré logrado).

      Gracias por tu generosa interpretación, de la que siempre salgo enriquecida.

      Otro abrazo para vos,
      Mariángeles

  2. Jesús Garabato Rodríguez

    Hola, Mariángeles. Poco se puede añadir a lo dicho por Ángel y Calamanda, solo que la estructura y también la estética de estas capas perfectamente hilvanadas me evoca, en cierto modo, a algunos de aquellos poemas, de los que no recuerdo el nombre, en los que se jugaba con la «tipografía» y con su «estética». Y aún tengo la duda sobre si la protagonista está viendo un chisme sobre alguien o sobre ella misma. Buen relato. suerte, Mariángeles. Un abrazo.

    1. Tal cual, JESÚS. Esos poemas de los que no recordás el nombre son los CALIGRAMAS, como le decía a Ángel más arriba…
      Y en cuanto a tu duda acerca de la naturaleza de ese chisme, bien podrían ser las dos cosas: uno que ella lee en la revista sobre alguien más, o uno que a ella le llega de boca de la peluquera o de alguna otra clienta.

      Me da gusto que el relato te parezca bueno.

      Suerte para vos también,
      y un beso grande.

    1. A mí también me gusta más esa interpretación, ELISA, por todas las derivaciones que se pueden imaginar: que la «chismosa» y la «chimentada» se peleen… que la clienta discuta con la peluquera y deje de atenderse con ella, en fin… las posibilidades son infinitas, jaja

      Gracias por los aplausos y un beso,
      Mariángeles

    1. Coincido con vos, PILAR, en las dos cosas.
      Qué gusto que el micro sea de tu agrado.
      Besos y suerte para vos,
      Mariángeles

      (Y disculpá mi comentario cuadruplicado a tu micro; no entendía por qué no terminaba de aparecer y recién cuando indagué un poco más me di cuenta de que estaba bajo moderación, jaja)

  3. Blanca Oteiza

    Mariángeles, Historia bien contada muy acorde con la foto. Los chismes como bien dices, son como las bolas de nieve, cuanto más corren, más grandes se vuelven.
    Un abrazo

  4. Carmen Cano Soldevila

    El título ya es revelador de las capas simbólicas que envuelven al chisme, la última palabra del micro. Aunque se presta a diferentes interpretaciones, yo entiendo que el chisme circula, en la peluquería y en el ambiente circundante, acerca de la protagonista, quien no podrá evitarlo por mucho que cuide su aspecto físico.
    Me ha gustado mucho el ingenio que muestras en el uso del caligrama.
    Suerte y besos.

    1. Hola, CARMEN. Así es; el título, más que hablar de las capas de pelo, habla de las múltiples capas que envuelven al chisme a medida que circula. Y yo hago la misma interpretación que vos: la protagonista se cubre la cara porque sabe que hablan de ella, y se me hace que hasta es víctima de su propio chisme, que se le vuelve en contra gigante y multiplicado.
      Me complace que te haya gustado el caligrama.

      Suerte y besos para vos,
      Mariángeles

  5. Barceló Martínez

    Hola, Mariángeles. Me has hecho recordar una escena de una película buenísima llamada «La duda» protagonizada por el fallecido Philip Seymour. Si la has visto sabrás de qué hablo, pero si no, te cuento: el protagonista es un cura del que se duda que esté cometiendo abusos a un niño. En la escena de la que hablo, que a mí me parece genial, el cura en su sermón explica que los chismes son como las plumas de un cojín tiradas por la ventana, el viento las airea por todas partes y es imposible volverlas a recogerlas.
    Las peluquerías tienen la fama que relatas y las personas, unas más que otras, aunque todas en algún momento, tenemos la tentación de ser chismosas, algo que no solo no hace bien a los demás, sino que nos hace mal a nosotros mismos.
    Muy buena tu propuesta para esta convocatoria. Recibe un cálido abrazo.

    1. Hola, BARCELÓ. No he visto la película, así que me vino muy bien que me contaras; el ejemplo de las plumas del cojín es muy gráfico y más que acertado. Menuda fama la de las peluquerías, y muy buena tu reflexión final porque a su vez invita a reflexionar 😉

      Me alegra que te haya gustado la propuesta.

      Otro abrazo para vos,
      Mariángeles

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