Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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34. D o s R o m b o s .

Existía un cuarto de costura en el caserón de mi tío abuelo Jean. Estaba atestado de recuerdos de su difunta esposa, mujer de vastísimos conocimientos, a quien no conocimos en vida los niños del clan. Cuando ocasionalmente mis padres me llevaban de visita, curioseaba las antigüedades, aunque mi fascinación era para las siete máscaras de exóticas latitudes que el anciano custodiaba en una vitrina sucia.

Pero un año, durante la fiesta de La Candelaria, se abrió por ensalmo apenas la toqué y me dispuse a una celebración privada. Al ponerme la primera máscara en la soledad del cuarto de costura, se fundió la bombilla. Sentí un calambre y presencié una escena a través de aquella careta que se correspondía con algo en lo que debió participar la tía abuela. Me despojé de ella como si quemara, pero mis manos y las demás obras de artesanía confabulaban contra mi voluntad a pesar de la oscuridad y probé la siguiente, embozándome una detrás de otra hasta la séptima, con las respectivas visiones.

Alguandre he vuelto a festejar el santo de la tía abuela Candelaria, pues blanco es mi pelo desde entonces.

Y la aberración anida en mi mente.

 

 

23 Responses

  1. JAMS

    Hola Juan. Las Bases nos obligan a aparecer con nombre y apellido, así que tendrás que cambiar el nombre y apellido en tu perfil, aunque para los comentarios uses el «alias». Un salUdo. JAMS

  2. Aurora Royo Cañadas

    Juan, alguandre había oído ni leído esta palabra, este «jamás» tan bien enmascarado como corresponde al tema del mes y que ahora sumo a mi colección de palabras regaladas por «el vidente», alias Juan Pérez.

    Abrazo.

  3. Hola Juan, muy misterioso tu relato. Pero lo que más me ha gustado es resolver el mistero de una palabra que pensé que era un error «tipográfico».
    Alguandre = jamás.

    Abrazos

  4. Sí, verdaderamente, tal como están comentando los compañeros, este relato atrapa con su atmósfera llena de misterio. A mí me ha sabido a poco. Agradezco mucho haber aprendido el significado de las palabras ensalmo y alguandre. Felicidades y suerte. Saludos

  5. Virtudes Torres

    Unas máscaras que ocultan mucho más de lo que debieran. Puede que fueran el anticipo a las pantallas de realidad virtual.
    El relato muy bueno, el niño muy curioso. El castigo excesivo.
    Lo ha lamentado toda su vida.
    Un abrazo.

  6. calamanda

    Juan, la curiosidad mató al gato, dicen; las tentaciones de lo apartado o escondido siempre traen aventuras; la que relatas es un ejemplo entre leyenda y misterio. Suerte y saludos

  7. Ángel Saiz Mora

    El pelo blanco como recuerdo de una osadía que en el fondo supo que no debía de cometer, en tanto lo pasado, pasado. Buen relato, misterioso, aventurero. Un saludo.

  8. Inés Z.

    Juan, siempre aprendo algo contigo. Esa palabra es fascinante, me la apunto!!!
    Y sobre el relato tengo que decirte que la tía Candelaria ha debido vivir experiencias que no me quiero ni imaginar. Más que nada porque mi menté es demasiado pura para tanto rombo 😉

  9. ¡Qué bonito! No debo hacer alharacas que acaben restando credibilidad a mis elogios, sería de babieca. Pero me sorprendes cada mes, y no hay relato tuyo del que no pueda sacar un aprendizaje, aunque eso tampoco es difícil, sabiendo lo mandria que soy.
    Alguandre (¡qué bonita palabra, me encanta!) dejaré de leer tus relatos, amigo Juan.

  10. Salvador Esteve

    Juan, emocionante e inquietante relato. Me imagino a las siete máscaras reposando sus aberraciones en la oscuridad de la vieja vitrina esperando a algún curioso al que seducir. Me ha gustado mucho. Abrazos.

  11. Rafa Heredero

    Qué buena esa atmósfera que has conseguido propia de los maestros de Arkham House, cuyas páginas he devorado casi desde niño. Y esos detalles que metes en la historia, como que la visión la tenga en La Candelaria, que se quede a oscuras, que no pueda dejar de ponerse las caretas o que no cuentes lo que ve (qué mejor que nuestra imaginación para llegar a ese destino). Con la palabra aberración ya te habrías ganado sin duda a Lovecraft. Y el título de los rombos, cómo me recuerda lo que de ninguna manera debíamos ver en nuestra infancia.
    Suerte y saludos.

  12. Ana Fúster

    Me gusta de este relato el carácter transgresor del personaje, que no vacila en ceder ante la tentación a la primera oportunidad sin plantearse las consecuencias; la omisión de lo que ve al ponerse las máscaras (un segundo de imaginación calenturienta vale más que mil palabras); y la frase final tan contundente. Lo he disfrutado mucho, suerte y saludos.

    1. Ana Fúster

      El «uniforme» me quedaba un poco grande en conjunto, así que supongo que se podrían escamotear muchas cosas dentro de él 😉

  13. Una ambientación en la que el misterio esta servido, leo que te has inspirado en Howard Philipps Lovecraft y por eso no me extraña. La intriga, la curiosidad y el descubrir tras la mascara una realidad.

  14. JUan, mantgienes la intriga y para como, llego a ese palobro «alguandre» que me ha desconceretado porque no la conocía. He buscado y creo que «jamás» la voy a olvidar. MUy astuto, si señor…
    Suerte.
    Besicos muchos.

  15. María Rojas

    l
    Intrigante relato de las siete máscaras de visiones inquietantes, que ni las muchas luminarias de la noche de la Candelaria iluminaron. Arrope.

  16. Hola Juan
    Por fin leo tu micro. Mi primera opción al escribir el mío era usar la visión de los sobrinos de un tío viajero, pero la final los fulminé porque no daba con la forma de escribirlo bien. Y te suelto este rollo porque TÚ SÍ LO HAS HECHO BIEN. Con seriedad, el mío es un chiste y el tuyo es una narración o relato, vamos, un cuento en condiciones. Yo tendría claro el que votaría.
    Y el título desconcertante DOS ROMBOS, me ha parecido genial, porque creo que aludes a las Historias para no dormir y esas series fantásticas que no podíamos ver algunos en los años 70 cuando salían los dos rombitos. Suerte, aunque no la necesitas.

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