Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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DIC109. Y EL HOMBRE INVENTÓ LA NAVIDAD, de Félix Valiente

El abuelo Enrique, paterno, descreído y argentino para más señas, gustaba de contarme todas las navidades la misma historia.
“El Hombre desanduvo el camino que le había sido trazado. Despreció a Eva por embaucadora y repuesto de su cobardía decidió enfrentar a la Creación.
Rechazó parecerse a Él ni ser una creación suya. Negó a los animales y su multiplicación estúpida. Se opuso al sol, la luna y las estrellas como inventos divinos. Por supuesto tampoco creyó en la varita mágica que hizo aparecer las aguas, secó la tierra y la hizo fértil. Por último dijo no a la luz que separaba las tinieblas casi por hechicería.
Convertido ahora en el Génesis de todo culminó su obra: el Hombre inventó a Dios.”
¿Y entonces la Navidad, abuelo? Preguntaba yo inocente.
“Al final el Hombre se sintió solo y buscó una excusa que paliara su soledad”.

Cuando ya de madrugada y achispado por el vino mi abuelo se enfundaba su traje de Papá Noel para repartir regalos entre los niños del barrio, yo me debatía entre creer en su agnosticismo declarado o simplemente en su buen corazón.

35 Responses

    1. Anonymous

      Es verdad que el hombre tiende a rodearse de soledad. Ojalá eso que dices fuera posible. El abuelo al menos dentro de su filosofía creía en la felicidad de un niño.
      Un saludo y gracias por tu comentario.

  1. Otra joyita de relato, en mi modesta opinión. Esa deconstrucción del Génesis, ese deshacer la historia bíblica para ir a lo principal, la invención de dios por el hombre y sus miedos. El final me encanta pues son muchos los no creyentes que sin embargo participan alegremente en la fiesta de la ilusión, por los niños. También estaría, por mí, es ese podium mensual.

    1. Anonymous

      Muchísimas gracias por esas palabras Ximens. Me encanta que menciones la deconstrucción del Génesis porque era la idea. Coincido plenamente contigo en participar en ilusiones sin la carga de creencias sobre los hombros. El nivel está difícil para el podio pero el premio de comentarios como el tuyo hacen que escribir merezca la pena.
      Un abrazo

  2. Me uno a Ximens en lo de pedir podium. La historia que cuenta el abuelo lleva una carga filosófica muy considerable, al igual que su conclusión final, y el último párrafo establece un fuerte contraste entre la racionalidad del abuelo y su gran corazón, que no están en absoluto reñidos entre sí. Me ha recordado a la novela «San Manuel Bueno, mártir». Enhorabuena.

    1. Anonymous

      Gracias Ana por esas palabras tan halagadoras. Qué alegría da que otros lectores y «microrelatores» vean en tus líneas lo que uno intentaba expresar. Este abuelo unamuniano vive y siente a su manera, lo que no le desmerece en absoluto.
      Gracias y un saludo.

  3. Bueno rapas, aquí te encuentro, sin codazos ni zancadillas, haciéndote un hueco entre los relatos con elegancia y notoriedad, y encima tirando del corazón y sus raíces. Original y buena apuesta la tuya.

    Disfrutad de Papa Noel en el país de Coca cola, que por aquí seguiremos brindando con agua a falta de paga.

    Una perta gorda.

    1. Anonymous

      Gracias gallego por esas palabras que siempre tengo en cuenta. Poco a poco voy encontrando la fluidez que buscaba. Es lo que tiene la lejanía que tuve con las palabras durante un tiempo. Por eso me encanta este pequeño rincón literario.
      Disfrutaremos de la Navidad y el frío a partes iguales (parece que nos esperan nevadas en Nueva York).
      No creas, prefiero el agua a la Coca cola para un brindis, y si no un cava de 3 euros también vale. Ya sabes que la imagainación todo lo puede.
      Un abrazo enorme.

  4. Pues me gusta este relato, si señor, lo pondría entre los finalistas. Aparte de bueno, por las connotaciones que tengo con el… chitón, que luego todo se sabe, je je.
    Un saludo

    1. Anonymous

      Gracias Rosy, por que te guste y por colocarlo entre los finalistas. Recibo el halago con ilusión y me quedo con la intriga de las connotaciones…
      Un saludo

  5. Mª Carmen

    Bueníiiisimo. Bien escrito, bien construído, sabiamente enlazado…Me quedo con ese abuelo unamuniano. ¡Pero que lección de filosofía nos acaba de dar!. Enhorabuena y suerte. Un abrazo.

    1. Anonymous

      Qué barbaridad lo colorado que voy a ponerme. Gracias de verdad por tu comentario. Me alegro de que te guste y coincido contigo en esa filosofía del abuelo que no vincula el buen corazón a creencias religiosas atávicas.
      Un abrazo

  6. Anonymous

    Muchas gracias Medina. Buenas acciones y religión no tienen necesariamente que ir de la mano. Me alegro de que te haya gustado.

    Un saludo

  7. Anonymous

    Muy buena la referencia a Santa Teresa, Ana, aunque ella de verdad pedía el morir para reunirse con Dios. Coincido plenamente contigo en que se puede creer y no creer a un tiempo. Casi todos pedimos por lo bajito ayuda divina cuando más lo necesitamos, o nos acordamos de nuestros seres queridos que no están, aunque sea a modo de consuelo. El ser humano es así de contradictorio, como el abuelo de mi relato.

    Gracias por tu comentario. Un saludo

    1. Anonymous

      Gracias Nacho. Me alegro de que te haya gustado. Si el relato consigue sugerir cosas ya ha merecido la pena escribrilo.
      Felices fiestas y un saludo.

  8. Anonymous

    Claro Ana, como ves estamos hablando de lo mismo. Tu tía monja podía cuidar a un enfermo en nombre de Dios pero el resultado es el mismo: está haciendo el bien a un ser humano, ¿qué más da en nombre de quien lo haga?
    En cuanto a Santa Teresa es verdad que la carrera eclesiástica era la única salida para muchas mujeres, aunque dicen que el misticismo que sentía era verdadero.
    Agradezco de nuevo tus palabras y esta interesantísima conversación filosófico-literaria.
    Un saludo.

  9. Anonymous

    Ana cuando te decía que es lo mismo es porque creo que el bien hecho en el nombre de lo que sea es bien y ya está. Que sería mejor decir que es caridad pura y dura, pues sí, pero es caridad al fin y al cabo.
    Entiendo también tu visión de Santa Teresa.
    Nada de lo que pensemos sobre la religión sabremos si es verdad o no, pues es una cuestión de fé.
    Un saludo

  10. Mercedes Jiménez

    Muy bueno, Félix, uno de mis preferidos de este mes. Maravilloso ese abuelo descreído que es capaz de aparcar un momento sus ideas por una buena causa. Tengo debilidad por los personajes contradictorios…y por los argentinos jaja, así que me ha cautivado este anciano. Un beso, suerte y felices fiestas!!!

  11. Anonymous

    Gracias por el comentario. Me alegro mucho de que te haya gustado ese abuelo descreído. Es gracioso que digas lo de argentino porque yo lo pensé para darle un toque especial al personaje, no se por qué.
    Un saludo y felices fiestas.

    1. Anonymous

      Muchas gracias Miguelángel. Me alegro de que te gustase la apuesta. Viniendo de quien vienen esas palabras todavía se agradecen más.

      Un saludo

    1. Anonymous

      Gracias Ximens. Fuiste el primero en pedir podium para el relato y al final se ha cumplido. Quedo encantado de compartir espacio y líneas con gente como tú.

      Un saludo

  12. Puri del Valle

    Me ha encantado tu relato, hijo mío, ya sabía yo que hay un gran escritor dentro de tí desde tus poemas juveniles,y me alegra la oportunidad que te da este blog para poder expresarte.
    Enhorabuena por tu podium. Besos, mamá.

  13. Me sorprende que después de dos años nunca haya visto un microrrelato tuyo. Increíble Félix, está a un nivel mucho más superior de los que he realizado hasta ahora. Tendré que ponerme las pilas, el alumno debe superar al maestro, ¿no? 😉

    1. Anonymous

      No debe sorprenderte pues solo participo desde Julio. Gracias mil por el halago y perdón por la tardanza en la respuesta.
      No creas que yo de maestro solo tengo mi profesión. Esto es solo afición.

      Un saludo

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