Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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DIC138. NAVIDAD A BABOR, de Antonio Nieto Díaz

A los diecinueve años embarqué en Bilbao en un viejo barco de carga rumbo a un puerto griego. Quería ver mundo, precisamente, en un veintitrés de diciembre. Una  tripulación compuesta por marinos de diversas nacionalidades se resistía a soltar amarras en tan señaladas fechas. El armador no pareció tener corazón y salimos en medio de un temporal de viento y agua que hizo presagiar días de zozobra.
El barco, que ignoraba lo que era Navidad, se alió con la mar y el viento; nuestros cuerpos y nuestras mentes se ocuparon, solamente, en controlar a la bestia que furiosamente  azotaba las amuras de nuestra embarcación.  Dos días más tarde, nuestros estómagos empezaron acomodarse al movimiento y nuestras náuseas se estabilizaron. Entonces alguien gritó: ¿Sabéis que hoy es Navidad?
Miré a la mar y observé que  no había árboles con bolas de colores, ni luces intermitentes, ni escaparates musicales; tan solo un rugido, que poco a poco fue amainando hasta parecerme escuchar el estribillo de “Noche de Paz”. Recuerdo que el tripulante más feliz  a bordo fue el pavo vivo comprado para aquella ocasión, que nunca se celebró.

9 Responses

  1. Bonito, entrañable, precioso, marinero, y además real, por lo que cuentas.

    No eres un poco injusto con el barco que no sabía lo que era la Navidad, puesto que aliado con la Mar se dedicó a «acunaros», al ritmo de las olas?. ¿Qué mejor nochebuena? Y si no que se lo pregunten al pavo.

    Un abrazo, Antonio.

    1. Anonymous

      Gracias por tus comentarios.
      A lo mejor tienes razón y fui injusto con el barco; en cuanto al pavo recuerdo que nos lo comimos días más tarde: el pobre solamente tuvo un indulto parcial; así es la vida, a veces de real, y de injusta.

  2. Rosa Molina

    Antonio, te leo y puedo escucharte. Tu micro no sólo suena a verdad, suena a recuerdo que no se despega, a experiencia que se cuenta poco pero que cuando te acuerdas de ella aparece una sonrisa. Genial de verdad. Leerte es escucharte. Espero que sigas compartiendo tus historias con nosotros. Un abrazo.

    1. Antonio

      Gracias, Rosa
      Seguiré compartiendo con todos lo que pase por la imaginación ya sea: real, ficción o ambos. Lo importante es compartir sensaciones. Me olvidé de contaros que nunca más probé el pavo desde aquella Navidad.

      Feliz año.

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