EFECTOS SECUNDARIOS 2: MERMELADA Y TANGO , de Rafa Heredero
— ¿Estás seguro de que esta mermelada hay que tomarla así?
— Segurísimo. Me han enviado un e-mail con las instrucciones. Viene con fotos y todo. Dicen que es la mejor forma y que está buenísima. Hay muchos testimonios que lo confirman.
— No sé, no sé…
— Anda, no seas tonta, vamos a probarla. Mira, yo te tengo que poner un poco aquí… aquí… yyyyyyyyy… por aquí…
— ¡Uyyy! ¡Qué calentita y pegajosa está!
— Será cosa de los arándanos. Toma el bote, que ahora te toca a ti.
— ¡Ah, claro! Y yo te la extiendo por… ¡Haaaaala! No voy a tener suficiente.
— Ya. Es que no me conocen. Deberían haber mandado un par de cajas por lo menos. ¡Y con lo golosa que eres, además! Tú haz lo que puedas…
— Vale… vale… ¿Lo hago bien así?
—…lo… estás… haaaaa… aaaaaaa… ciendo… mu…muyyyyy… bien…
— Pues ya está. ¿Empezamos? ¡Un momento! ¿Y la mantequilla, para qué la has traído?
— ¡Ah, sí! (¡Buuuuf!)… para que podamos bailar el tango.
— ¿También te han explicado eso por e-mail?
— No, lo vi en una película.
— ¿Y cómo se usa?
— Esta noche te cuento. Ahora vamos a disfrutar de la mermelada, que tiene una pinta… ¡y hay que comérsela toda, eh!
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¿Qué más queréis que os diga? Añado mi testimonio a los ya escritos en estas mismas páginas. La mermelada de arándanos de El Sendero del Agua es una delicia. Simplemente exquisita. Pura lujuria. ¿Seguro que no está prohibida?
Me gusta Rafa, diálogos rápidos, acciones precipitadas que excitan y muy estimulante para preparar el finde. (jeje)
Mucha suerte
Gracias, Manuel. Espero que pasases un buen finde y que te guste estar entre nosotros.
Saludos y bienvenido.
Después de este desayuno de dos rombos que nos cuenta Rafa dan ganas de quedarse en la cama y no ir a currar, ¡esto no se hace!
¡Ay, Susana, la dura realidad se impone! Pero siempre se puede buscar un huequecito por ahi, ¿no?
Está clarísimo, donde esté una buena mermelada…
Muy divertido, y felicidades por esa degustación.
Saludos.
Estoy de acuerdo contigo, Asun. Gracias por tus palabras.
Un fuerte abrazo.
Rafa, divertido y sugerente tu dialogo. Saludos
Gracias, Calamanda. Me alegro de que te guste.
Saludos.
Te hago notar, Rafa, que los jamones andan celosillos. ¡Tú verás!, escríbeles una oda o un rap.
Tienes razón, Antonia. Pero como no se me ocurre nada, y menos a estas horas, voy a hacer un Ana U., y te copio una Oda al jamón que he encontrado por ahí y que no tengo ni idea de quien es:
Oh! Jamón, tú que impregnas
Mi mente y mi lengua
Mi boca y mi nariz
De salados olores
De intenso matiz
Oh! Jamón, tú que das prestancia
Con tu elegancia
Mi cocina y mis platos
Cada noche, cada cena
Dispuesto en todo rato
Oh! Jamón, que llegaste
Sin apenas demorarte
En un regalo de junio
Junto a mi moto y mi camisa
Para colmar mi felicidad
Por ti Jamón yo me arrodillo
De Trevelez tu procedencia
Te exijo sacrificio
Como Dios de alimentación
Tan nutritivo, tan rico
Sin resquicio de comparación
¡Viva el Jamón!
Y con estos espero que ya estén contentos.
Andale, cuando he venido a comer tenía el papelito de correos y como ponía de remitente el «sendero de agua» he ido rauda y veloz a por mi bote de mermelada… pero se la ha quedado mi marido en el coche. ay ay, en ascuas me tienes Rafa, espero que a «ese» no se le ocurra probar de MI bote. Ya te contaré si hay efectos primarios o no… ah creo que no necesitaré instrucciones, era como andar en bici no¿?
Sí, sí… como andar en bici… Si yo te contara, con la de cantidad de bicis que hay ahora… Y oye, defiende tu bote sin contemplaciones que para eso te lo has ganado.
Tales manjares están al alcance, Ana. Si quieres me hago de un tarro y te lo mando, sin gastos de envío. Como regalo mío y premio a la más abnegada comentarista de entc. Va en serio, ya me dirás.
Un abrazo.
Rafa, ahora ya entiendo por qué la famosa mermelada de arándanos de ENTC es tan codiciada, y encima va con instrucciones por si acaso se le ha agotado a uno la imaginación con tanto microrrelato 🙂
Hola, Ana. No te digo que el manual de instrucciones no venga bien de vez en cuando, pero donde esté la imaginación… Y tú has demostrado con creces que la tuya parece inagotable. En cuanto a la mermelada, doy fe de que su fama es justa y cada vez somos más adeptos.
Saludos.
Y para mi querida Antonia, que estoy en el intermedio de una peli de gastronomía, una descomposición desestructurada (muy de su tierra estos experimentos), de nube de aceitunas, con el golpeo alegre del maestro, experto en combinar esta exquisitez con el bocadillo de los niños.
Un abrazo.
Rafa, qué envidia me has dado!!! Realmente tiene que ser estupenda esa mermelada, espero poder probarla algún día.
Disfrutala!
Saludos, Blanca
Hola, Blanca. Bueno, te doy envidia, pero espero que tú también disfrutes de tu merecido libro de Caperucita. Seguro que también la disfrutarás algún día.
Sañudos.
Rafaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! No eres nadie tú presumiendo!!!!
Bueeeeeeeno, Aurora, es verdad, lo reconozco: es posible que me tomase alguna licencia poética en el relato. Quizá con una caja habría bastado.
Saludos.
¡Ummm!… Solo mirar… no sé por qué se me está ocurriendo una nueva situación… pero mejor no, me la callo no sea que empiece a coger mala fama.