Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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100. El príncipe heredero

Hunde las púas del tenedor en el roscón de Reyes, corta un pedazo y se lo lleva a la boca. La institutriz lo observa, satisfecha de los progresos del pequeño que ha sabido incluso defenderse con los cubiertos del pescado. De pronto, sus dientecitos tropiezan con algo. El niño se saca de la boca un rey de porcelana embadurnado de cabello de ángel y enseña la sorpresa oculta en el roscón a la familia. Los tíos de Grecia aplauden. La madre coge la figurita, la limpia con la servilleta y se la devuelve con una sonrisa. El padre, con solemnidad impostada y reverencia incluida, ciñe la corona de cartón en la cabeza del pequeño. Todos ríen la ocurrencia. También sus hermanas y los primos. En realidad, todos lo hacen menos el hermano mayor. A él el asunto no le ha hecho ni pizca de gracia.

19 Responses

  1. David, este relato tiene tu sello inconfundible. Que sepas que envidio mucho tu habilidad para sacar a relucir esos sentimientos tan humanos y tan sutiles, como la decepción de los papánoeles del año pasado, o estos celos del verdadero heredero hacia su hermano menor. Cómo insinúas ese sentimiento terrible y oscuro en el alma de un niño sin contarlo. En fin, que me ha encantado. Enhorabuena y feliz Navidad, Hanukahh, o lo que sea que célebres esta noche. Besos!

    1. Muchas gracias por tus palabras, Jes. Y por tu envidia 😉 Me alegra muchísimo saber que hay quien recuerda los papanoeles. Es lo mejor que se puede decir de un texto y por eso sólo puedo darte las gracias una y mil veces.

      Besos para ti también y mis mejores deseos para estos días,

      D.

  2. Eduardo Iáñez

    Qué sutileza la de tu escritura, David, cómo usas tu estilo –literalmente– como escalpelo. Me encanta. De ese modo logras convertir una escena aparentemente intrascendente, divertida sin duda, en mucho más. Gracias por deleitarnos con la escena.
    Que tengas, que estés teniendo unas felices fiestas.

    1. David Vivancos

      Gracias por tus amables palabras, Eduardo, por hacerme sentir cirujano literario. Es una escenita navideña, nada más, hogareña, sin ninguna maldad 😉

      Un abrazo y felices fiestas para ti también,

      D.

  3. David Vivancos

    Renegué de lo invisible cuando empecé a escribir historias breves pero, poco a poco, reconozco que me gusta insinuar invisibilidades. Aunque es difícil y no siempre se consigue o la historia lo permite.

    Besos para ti también,

    D.

    1. David Vivancos

      Gracias, M. Carmen, Reve, Juan Antonio y Calamanda, por vuestros amables comentarios. El relato lleva cierta dosis de carga subacuática, en efecto.

      Un abrazo a tutti y suerte en el concurso,

      D.

  4. Ana Fúster

    ¿»Cierta dosis» quiere decir «una batería de torpedos» en lenguaje vivanquiano?
    Sutil y muy explícito a la vez. Besos y suerte.

    1. David Vivancos

      Jajaja, sutil como una batería de torpedos, sí, ahí te doy la razón.

      Besos y no suerte, que tú eres excedente de cupo en ENTC ;-),

      D.

  5. Jajaja David pero cómo le va a hacer gracia la escena al mayor de ellos. Esta monarquía se debe a su protocolo y esto de la sorpresa hay que recortarlo e imponer una nueva ley sálica o no pero que no le quiten lo que le corresponde. O eso o a robar jajaja.
    abrazos y suerte

  6. David Vivancos

    En realidad es la historia de un roscón equivocado en el sitio equivocado en el momento equivocado, jejeje.

    Abrazos y suerte para ti también,

    D.

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