Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

Single Blog Title

This is a single blog caption

2. EN MIS ÚLTIMAS HORAS (Ángel Saiz Mora)

He vivido tiempos fríos, dominados por la tecnología, en los que no era usual que unas personas se ocupasen de otras; menos todavía que un anciano solitario y achacoso, olvidado por todos, recibiera la visita de un joven con ganas de conocerle.

Los dos nos emocionamos. Mis huesos caducos crujieron con su abrazo.

A pesar de la diferencia de edad había entre nosotros un inequívoco aire familiar. Sin serlo, hubiera pasado por mi hijo.

Nunca encontré a nadie que me escuchase con tanto interés y respeto, a pesar de que mi voz se apagaba un poco tras cada minuto. Di por bien empleada la fortuna que supuso para mí costear su traslado, convencido de que no podría tener una compañía más atenta, ni mayor consuelo. Estaba en lo cierto. Él no dejó de confortarme ni un instante, raro privilegio en una época deshumanizada.

Cargado de una experiencia inolvidable, el joven fue transportado a su época cuando todo terminó. Desde entonces supo aprovechar cada momento de una vida que sabía efímera, antes de convertirse en un anciano solitario y achacoso, olvidado por todos, que contrataría a una empresa especializada en viajes en el tiempo para no morir solo.

65 Responses

  1. Barceló Martínez

    Estimado Ángel,tus relatos siempre son impecables. Que tienes oficio y talento es algo indiscutible que ya nadie duda, pero además tienes una sensibilidad especial. Este bucle personal espacio tiempo que describes da mucho en qué pensar. La vida es un viaje con etapas gratas e ingratas, pero digno de vivir. Un gran abrazo.

    1. Ángel Saiz Mora

      La vida es ese viaje que merece la pena vivir, pero cuyo final es difícil que no vaya asociado a la tristeza y a la soledad. Nadie mejor para consolar esas últimas horas que uno mismo, venido del pasado. Nada mejor para aprovechar cada momento del presente que haber sido testigo de la propia caducidad.
      Muchas gracias por tus palabras, Barceló.
      Otro abrazo fuerte para ti

      1. Ángel Saiz Mora

        Mis disculpas. Me doy cuenta de que donde dije «Barceló» hubiera sido más apropiado decir «tocayo».
        Gracias de nuevo por abrir los comentarios y un abrazo

  2. Blanca Oteiza

    Ángel, precioso relato lleno de sensibilidad y con un toque tecnológico que nos permite viajar en el tiempo.
    Buena propuesta para comenzar el verano.
    Un abrazo

    1. Ángel Saiz Mora

      Einstein demostró que los viajes en el tiempo, con velocidades cercanas a las de la luz, son teóricamente posibles. Con lo que la tecnología avanza nadie puede asegurar que en un futuro no puedan darse. Por contra, nadie puede garantizar que la evolución humana, en cuestión de solidaridad y afectos, avance al mismo tiempo; por desgracia, en ese terreno, hay motivos para ser más pesimista. Los viejos parecen condenados a estar solos hoy y mañana.
      Muchas gracias y un abrazo, Blanca

  3. Jesús Garabato Rodríguez

    La historia que nos cuentas, en su aparente sencillez, creo que da para mucho. Al igual que esas últimas horas que parecen haber servido para tanto. Además de para atenuar las pena y desgana de un viejo, también para que otros aprendan de su experiencia vital, aunque parezcan formar de un bucle temporal casi eterno. Algo que, en otro «espacio», se asemeja al anciano que es cuidado, a cambio de dinero, por una persona o equipo de personas que, en demasiadas ocasiones, me temo que no respetan lo, ni a él ni a lo que representa. Enhorabuena, Ángel. Saludos y suerte.

    1. Ángel Saiz Mora

      Si los viajes en el tiempo llegan a ser un hecho, con posibilidad de avanzar hacia el futuro o de retroceder al punto de partida, un anciano en sus últimas horas no puede encontrar compañía más atenta ni consuelo más sincero que el que pueda proporcionarle él mismo con unos años menos, quién le va a comprender mejor. Una paradoja en el tiempo programada, con beneficios para el yo en su joven plenitud y el de las últimas horas.
      Muchas gracias, Jesús. Un abrazo

  4. Martín Zurita

    Hola, Ángel.
    Texto digno de tu autoría. Un recurrente en la literatura el de los viajes en el tiempo, algo típico que tu engrandeces y excedes por vía de humanidad. El encuentro entre el viejo a punto de morir y el joven y en el que ambos dan y reciben. Del viejo el consejo: una vida vivida que pretende servir a otra por vivir. Del joven la ternura aún no maleada. Una simbiosis perfecta. Lo venerable y el respeto hacia lo venerable, la buena muerte (consolada) y la lección aprendida: la juventud vuela como pájaro ligero. Qué duro tiene que resultar morir en soledad. Creo que has llegado lejos con tu relato, en ese viaje del frío al calor, y estupendamente escrito como cabía esperar, por lo que te felicito sin medida y te deseo felices vacaciones cuando toquen. Un abrazo grande.

  5. Jerónimo Hernández de Castro

    Me ha gustado mucho Angel. Un viaje el tiempo acompañado de la sensibilidad de tus relatos y la vida misma. Un abrazo y suerte!

    1. Ángel Saiz Mora

      Acostumbrados a una sola dimensión, los viajes en el tiempo, cuando seamos capaces de hacerlos, han de resultar sorprendentes en sí mismos; si además nos encontramos con esa misma persona que fuimos o seremos, todo nuestro mundo cambiará, desde la existencia pasada a la futura.
      Muchas gracias, Jero. Un abrazo

  6. Paloma Casado

    Qué historia tan buena, Ángel. Sería muy interesante encontrarnos a nosotros mismos de jóvenes, pero quizá demasiado triste por lo que significa de pérdida.
    Al final, continuamos igual de solos. Somos nuestra mejor compañía.

    1. Ángel Saiz Mora

      Estoy de acuerdo contigo. Ha de resultar más que interesante encontrarnos con el yo de otra época, como triste tener que decirle adiós. De una forma o de otra, la soledad del final de una vida tiene mal remedio,
      Muchas gracias por tu visita, Paloma.
      Un abrazo

  7. Con tu maestría habitual nos presentas una sorprendente fusión de tecnología y sentimientos que no puede dejar impasible al lector.
    Felicidades, Ángel. Es siempre un deleite leerte.
    Abrazo.

    1. Ángel Saiz Mora

      En el relato se hace hincapié en la deshumanización, en un tiempo dominado por la tecnología. Ojalá sepamos siempre superar esa frialdad de las máquinas, por mucho que avance la técnica.
      Muchas gracias, Rafa. Un abrazo

  8. Ángel, tu viaje en el tiempo llega cargado de la gran humanidad que te caracteriza. Tal vez, el poder ver lo que nos depara el futuro, nos ayude a aprovechar mejor los momentos felices y poder hacer mejor las cosas.
    Muy buena propuesta para la reflexión.
    Besos apretados.

    1. Ángel Saiz Mora

      Tener una visión global de nosotros mismos, de lo que fuimos y de lo que seremos, de nuestro final vital inexorable, sería sin duda una fuente de sabiduría que podría ayudarnos a comprender mejor la vida y a aprovecharla para bien.
      Muchas gracias, Pilar
      Besos

  9. Uff!! Que pedazo de relato, Ángel!! Es un texto que tiene mucho que mostrar, en el que analizas la brevedad de la vida y el poco aprecio que se le da a las personas que han perdido el tren siempre en fuga de la juventud.

    Excelente el uso de la transportación o tele- transportación como recurso de compañía.

    Te auguro éxito. Un abrazo.

    1. Ángel Saiz Mora

      Da la impresión de que a medida que el Hombre avanza en lo que a tecnología se refiere, aprecia más los valores de la juventud en detrimento de la sabiduría y el respeto que debería ser inherente a la ancianidad. La evolución nunca será completa si ademas de tecnológica no lo es también humana.
      Me alegro de que te guste, Manoli.
      Gracias y un abrazo

    1. Ángel Saiz Mora

      La realidad ya es bastante cruda de por sí. Entre las mayores crudezas está la soledad de los ancianos. No vamos a engañarnos, mala solución tiene. Pero al menos, con las letras, podemos suavizar el mundo un poco, aunque sea a costa de crear otros.
      Muchas gracias y un abrazo, Epi

  10. Salvador Esteve

    Un viaje en el tiempo en busca de la propia soledad, a la cual arropa con cariño. Conocedor de lo que le espera tendrá que consolidar amistad, familia y amor, para apaciguar su solitario futuro. Naturalmente, ya entraríamos en una paradoja emocional. Excelente, Ángel. Abrazos y suerte.

    1. Ángel Saiz Mora

      Por desgracia, hay muchos casos en los que la amistad, la familia y el amor, al llegar a edades avanzadas, se han perdido por el puro paso del tiempo, que puede con todo, aunque a ello también se pueden unir otras causas. Por eso es tan frecuente esa soledad del final. No estaría mal tener garantizada un poco de compañía y algo de consuelo en esas últimas horas.
      Muchas gracias, Salvador. Un abrazo

  11. José Ángel Gozalo

    Ángel, poco más puedo añadir después le haber leído los comentarios.
    Ojalá al menos parte de tu relato se convirtiera en realidad y así tener la certeza de no morir en soledad. Aunque como dejas claro la parte negativa de ese privilegio es que estaría reservado solamente para quién pudiera pagarselo.
    Abres una puerta que a mi me encanta pues a todo el mundo le gustaría poder volver al pasado para reescribir su historia y enmendar los propios errores que se van acumulando y nos acompañan a lo largo de la vida.
    En tu relato el protagonista tiene la oportunidad de hacerlo transmitiendo toda su experiencia vital a su «yo» del pasado.
    Enhorabuena por escribir tan bien y hacernos pensar.
    Te deseo mucha suerte, un abrazo.

    1. Ángel Saiz Mora

      Volver atrás y no cometer los mismos errores es un concepto que, de ser posible, sería interesante y deseable, aunque es fácil que acabásemos cometiendo otros. Resulta inevitable pensar que el ser humano no tiene remedio, que es imperfecto por naturaleza, a veces, en extremo, algo que he querido reflejar y tú has visto muy bien, cuando incides en que para no morir en soledad sería necesario tener una gran capacidad adquisitiva.
      Agradezco infinito tu atenta lectura y la aportación de tu comentario, que para mí vale mucho.
      Gracias de nuevo y un abrazo, José Ángel

    1. Ángel Saiz Mora

      Quisiera no tener que darte la razón en este caso, pero la tienes, vaya si la tienes. Por un lado, si existiera una empresa así, siempre y cuando se pudieran costear sus honorarios, tendría una clientela garantizada, ya que por lo general nadie desea la soledad, menos aún al tener que dar ese paso que tanto tememos. Por otra parte, resultaría muy triste que para tener la garantía de estar bien acompañado hubiera que recurrir a complejos viajes en el tiempo.
      Muchas gracias, Dominique. Un abrazo

  12. Un anciano en el viaje del fin de la vida visitado por sí mismo… Un bucle en el tiempo, una paradoja total que gracias a tus letras ha dejado de ser imposible.
    Mal que les pese a los físicos y a los científicos, te les has adelantado en esto de viajar en el tiempo, ÁNGEL querido.

    Un texto que enternece y entristece a partes iguales. Y que deja pensando.

    Me gustó, y mucho, como no podía ser de otra manera.

    Cariños,
    Mariángeles

    1. Ángel Saiz Mora

      Parece casi demostrado que si se viaja a velocidades cercanas a la luz el tiempo pasa más despacio, de ahí a transportarse al futuro o al pasado a voluntad media un abismo, pero nada es descartable. Lo bueno de los que intentamos crear historias es que todo lo podemos hacer posible.
      Es triste que al final de los días muchas personas no tengan más compañía ni consuelo que el de sí mismas, eso es algo que, me temo, difícilmente podrá cambiar a lo largo de los años.
      Muchas gracias por tus letras, por tus comentarios y por tu amistad.
      Un abrazo, Mariángeles

  13. María José Viz Blanco

    Solo un Maestro como tú, querido Ángel, puede imaginar una historia de base científica o futurista (un viaje en el tiempo) combinándola con ingredientes de enorme sensibilidad y muy presentes, en muchos de nosotros. Me quito el sombrero ante ti y te hago una reverencia virtual, Ángel.
    Un fuerte abrazo.

    1. Ángel Saiz Mora

      No soy maestro, María José, solo un eterno aprendiz, te lo aseguro. En ENTC hay muy buenas historias, entre las que se cuentan las tuyas. Tratar de estar por aquí sin desentonar demasiado creo que ya es un reto suficiente. Lo que me satisface de forma personal es que te haya gustado a ti.
      Muchas gracias y un abrazo fuerte

  14. Hola, Ángel.
    Te has sacado de la manga, y de los adentros, una historia preciosa. Un círculo lleno de la magia que poseen los viajes en el tiempo.
    Voy a destacar algunas cosas que muestran algo o mucho de lo que tú eres.

    En esta frase: «no era usual que unas personas se ocupasen de otras», se nota ese mundo que rechazas, que rechaza tu protagonista, en el que lo habitual es marcarse una meta y no importar a quién te dejes en el camino. Una Humanidad que se ha vuelto egoísta.
    «Él no dejó de confortarme ni un instante, raro privilegio en una época deshumanizada», también en la misma línea que la anterior. Quizá el viejo se ha dado cuenta tarde de este carácter tan humano, pero posiblemente evitable si mirásemos alguna vez más al que tenemos al lado.
    No sé si me equivoco, pero creo que al final este joven ha aprendido la lección y entreveo ilusión y optimismo (quizá la ilusión y el optimismo que tú tienes y que repartes a raudales): «Desde entonces supo aprovechar cada momento de una vida que sabía efímera, antes de convertirse en un anciano solitario y achacoso…». Yo creo que hay esperanza y que estamos a tiempo de humanizar lo que nos rodea y a nosotros mismos.

    Jolines, qué grande eres. Enhorabuena porque me has hecho ver a tus personajes y, por un rato, volar con ellos.

    Un abrazo enorme y muchísima suerte.

    1. Ángel Saiz Mora

      Dicen que todo el que escribe deja reflejada una parte de sí mismo en sus historias, por distantes que puedan ser los personajes ideados respecto a su creador. No sabría decir si es mi caso en este relato en concreto, pero sí que puedo afirmar que he intentado poner el acento en lo solas que se encuentran las personas en la recta final de su vida, ancianos en muchos casos viudos, cuyos amigos ya no existen, con unos hijos que están en otras cosas, con una vida en la que los mayores no parecen tener cabida; luchadores de muchas batallas vencidos de forma inevitable por el paso del tiempo, con las facultades mermadas y escasos alicientes o ilusiones para continuar. Creo que lo menos que merecería cualquier persona es hallar algún tipo de consuelo en sus últimas horas, un momento lleno de inevitable incertidumbre y, no debería ser así, inexorable abandono.
      Como mujer vital, generosa y sabia (así te considero) me quedo con tus palabras: «Hay esperanza» y «estamos a tiempo de humanizar lo que nos rodea y a nosotros mismos».
      Tú sí que eres grande, muchacha, como este abrazo que te mando.
      Muchas gracias

  15. Alberto

    ¿Qué te aconsejaría tu otro tú? Pienso, Ángel, que te invitaría/obligaría a seguir haciendo esto que haces tan bien, y con lo que conviertes el mundo (aunque tu este tú, el de ahora, no se de cuenta), en un lugar menos deshumanizado. Gracias y enhorabuena, fenómeno.

    1. Ángel Saiz Mora

      Vivimos en el espejismo de que todo transcurre en un plano inmóvil, cuando la realidad es que estamos sometidos a un cambio constante y un movimiento permanente. Como dejó dicho Neruda: «Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos». La persona a lo largo de su existencia está sujeta a múltiples transformaciones derivadas de la propia experiencia y sus avatares. No lo sabemos, pero podemos imaginar que el anciano que seremos podría aconsejar bien al joven que fuimos. Estoy convencido de que manejarse de una manera humanizada estaría dentro de esas recomendaciones.
      Muchas gracias por tu comentario y la interesante hipótesis que planteas.
      Un abrazo

  16. Nos haces, Ángel, viajar al encuentro, al abrazo imposible entre los extremos. El subtexto del relato crea galerías entre líneas que permiten que dos tiempos en principio tan dispares, el joven y el viejo, se encuentren en el abrazo y la empatía, en la comprensión mutua, en la necesidad compartida y tan humana, de enlazarnos al universo afectivo de los otros para trascendernos. Solos, somos una semilla en tierra yerma. Necesitamos el calor de otro seres para poder vivir, para poder sentir, para ser nosotros mismos.
    Penosa la soledad que nos acecha. Cada vez más cara la compañía en un mundo que basa las relaciones en la perpetua isla de la individualidad. Moriremos solos, a menos que podamos costearnos pagar un hipotético viaje a un ser de otro tiempo para que nos encuentre en el nuestro. En este tiempo de ahora no quedan seres que sepan dar un abrazo crujiente.
    Suena triste, pesimista un tanto, el trasfondo del tema. Como un adiós de pañuelo ondeando en la despedida. Doloroso. Pero tu forma de escribir hace hermoso este desolador viaje del ser hacia la nada y nos invita, a ser el joven viajero, a vivir el momento, el instante de ahora, a disfrutar el tiempo presente que nos ha tocado en suerte.
    De altura. Un abrazo grande, Ángel.

    1. Ángel Saiz Mora

      Valoro mucho la suerte de tener acceso a tus fantásticos relatos, como también a tus completos y agudos comentarios. El que acabo de leer, que te agradezco infinito, es para enmarcar. Me encanta ese «abrazo imposible entre los extremos» que has mencionado. Por fortuna y como bien sabes, el hecho de escribir nos permita hacer posible lo imaginado. Has captado a la perfección la esencia del relato, la necesidad de compañía que tenemos, como seres sociales que somos; la inevitable soledad de los últimos días, en una sociedad en la que aumenta el número de ancianos en parecida proporción en la que se les considera algo amortizado. Como bien dices, es cuestión de tiempo que nos convirtamos en «semilla en tierra yerma». Todo ello lleva la etiqueta de inevitable, pero también has sabido ver la importancia de vivir el momento que he tratado de señalar.
      Tus palabras si que son de altura, Manuel Gracias de nuevo y otro abrazo grande para ti

  17. Nuria Rubio

    ¿Qué decirte, Ángel, además de darte la enhorabuena por tu relato?
    Creo que lo mejor que puedo decirte es que sería maravilloso vivir/morir en un mundo como el que perfilas en tu relato: sin renunciar a los avances tecnológicos pero apostando fuertemente por los sentimientos humanos.
    Un afectuoso saludo con mis mejores deseos en el mundo real/imaginario.

    1. Ángel Saiz Mora

      Estoy de acuerdo contigo en que el mundo ideal sería aquel que supiera combinar la evolución tecnológica con la humana, nunca debería ir disgregada una de la otra. De poco serviría conquistar el mundo, o dominar el Universo, si no somos capaces de mejorar al mismo tiempo y aportar valores a todo lo que hacemos.
      Muchas gracias y un saludo, Nuria

  18. María José

    Hola, Ángel, una preciosa historia. El mezclar diferentes épocas es algo que me llama mucho la atención, pero claro, hay que saber hacerlo. Tú lo has conseguido. Esta máquina del tiempo que presentas nos trae una muy buena enseñanza. Me ha gustado mucho. Un abrazo y suerte, amigo.

    1. Ángel Saiz Mora

      Desde que Einstein dejó entrever la posibilidad teórica de viajar a través del tiempo, la imaginación humana se ha disparado, hasta el punto de concebir un encuentro con uno mismo en diferentes épocas, una paradoja temporal. De llegarse a dar este hecho, lleno de posibilidades, debería usarse con mesura, siempre por el bien del ser humano.
      Me alegro mucho de que te haya gustado, María Jose. Aprovecho para enviarte un abrazo grande.

  19. Ángel Saiz Mora

    Qué más quisiera yo que parecerme, aunque fuese desde lejos, a don Miguel. Supongo que cada uno tenemos un estilo más o menos definido; como te he dicho y quiero reiterarlo, el tuyo es admirable y para quitarse el sombrero. Yo también guardo buen recuerdo de cuando coincidimos y espero que haya otras ocasiones de hacerlo, en el pleno convencimiento de que tus palabras, ya sean orales o escritas, siempre enriquecen.
    Se supone que el periodo estival está hecho para el descanso, aunque los que tenemos la inquietud de crear historias en el fondo no sabemos lo que es el reposo y el abandono total, ni siquiera durante un corto periodo.
    Mil gracias por tu comentario, Juan, un abrazo fuerte y que tengas un verano fantástico.

  20. Esperanza Tirado Jiménez

    Un viaje por el tiempo en una especie de eterno retorno de la juventud a la vejez y vuelta a empezar. En el que la humanidad de los humanos aún se mantiene.

    Mucha Suerte Ángel

    1. Ángel Saiz Mora

      Los avances y los logros del hombre tienen mucha importancia, pero tanto o más el no olvidar la humanidad a la que aludes.
      Muchas gracias, Esperanza. Un abrazo

  21. Calamanda

    Ángel, tu relato, cargado de realismo actual, a pesar de trasladarnos a otra época; está impecablemente contado y es una idea original. Suerte y saludos

    1. Ángel Saiz Mora

      Por mucho que el hombre avance en técnicas y tecnologías, el ser humano siempre tendrá unas necesidades comunes a todas las épocas.
      Muy agradecido por tu visita y comentario, Calamanda.
      Saludos

  22. Enrique

    Todo es perfecto en este relato, empezando por la simbiosis de ese encuentro (en el que el viejo halla el calor humano que necesitaba en sus últimos momentos, y el joven aprende una lección vital de primera mano), y siguiendo con la calidad de la empatía que es de esperar entre esas dos personas, el alto grado de humanidad que desprenden ambos…, y el estupendo argumento, en fin, que has creado y la gran calidad narrativa que atesoras y que despliegas en cada obra. He tenido durante toda la lectura la sensación de estar dentro del personaje (o personajes), y eso es en mi opinión tan importante como difícil de lograr.
    Enhorabuena y mucha suerte, Ángel.
    Un abrazo.

    1. Ángel Saiz Mora

      Tratar de reflejar la psicología de los personajes, eso que no se ve, pero se siente, las inquietudes y motivaciones que los hacen creíbles, al tiempo que se narran unos hechos, es quizá la meta perseguida por los que intentamos crear escenas y situaciones que conforman las historias. Que el lector llegue a identificarse de alguna forma con esos seres ficticios, que vea en ellos parte de sí mismo, es un objetivo buscado. Que me digas, con tu sensible humanidad y buen criterio, que me he acercado a ello es para mí una satisfacción enorme, tanta, que te aseguro que, como poco, me has alegrado el día.
      Mil gracias, Enrique. Un abrazo grande

  23. En este relato se pone de manifiesto, además de tu calidad, tu sensibilidad. Me gusta tu relato con ese personaje que se encuentra consigo mismo, literalmente. Muy bueno Ángel, suerte.
    Saludos.

    1. Ángel Saiz Mora

      Como bien dices, la esencia de este relato es el encuentro de alguien consigo mismo, de la manera más literal posible. Lo has enmarcado muy bien y con pocas palabras. Me alegra que te haya gustado.
      Gracias y saludos, Beto

  24. Ángel, precioso y bello texto.
    Nos presentas un viaje en la vida, un regresar al pasado, un ir al futuro, un intentar nunca estar solo. Y que mejor compañía para ese viaje que uno mismo, aquel que nos conoce mejor y que nunca nos abandonará.
    Es un relato lleno de sensibilidad, pero además escrito con tu maestría, que sabe sacar a cada palabra y cada letra todo y hacernos sentir mucho.
    Gracias por tan excelente relato y mucha suerte.
    Un abrazo enorme, Ángel.

    1. Ángel Saiz Mora

      Un viaje hacia uno mismo en dos épocas muy diferentes, que quizá sirva para hacerse una idea de lo que significa la existencia en su conjunto. Conocer el sentido de la vida y paliar la soledad, dos anhelos del ser humano en cualquier época, que ojalá pudieran resolverse con un simple traslado.
      Agradezco mucho tu lectura y tus amables palabras, como me alegro, mucho también, de que te haya gustado.
      Otro abrazo enorme para ti, Javier

  25. Pablo Núñez

    No suelo entrar a comentar por aquí por falta de tiempo o por no tener el don de estar en más de un sitio a la vez, lo que no quiere decir que no me pase a leer por aquí todo lo bueno que se publica.
    Amigo Ángel, no sé si pensarás que soy exagerado pero suelo decir lo que siento y me he parado aquí en este círculo completo que has creado en la vida de tu personaje para decirte que posiblemente acabo de leer el mejor relato de todos los que he leído que han salido de tu pluma, lo que es mucho decir porque tu pluma es muy rica.
    Yo, de momento, voy a pasarlo a mí libreta de relatos favoritos y ya aviso que si este está en las selección de este año, tendré que encargar más para regalarlo a mis amigos de Sevilla y presumir de que el que ha escrito esta obra de arte, es un buen amigo mío.
    ¡Bravo, Ángel!
    Un abrazo.
    Pablo

    1. Ángel Saiz Mora

      Pablo ¿qué puedo decirte yo ahora, campeón? Sé que andas escaso de ese bien tan preciado que identificamos con el oro y llamamos tiempo, de ahí mi agradecimiento de entrada por el hecho de que hayas buscado un hueco para leerme. Eres formidable y, me consta, sincero, aún así no sé si merezco tus amables palabras, pero te puedo asegurar que me llenan de satisfacción a todos los niveles conocidos y a alguno más que todavía no se ha descubierto.
      Desconozco cuál será la trayectoria de este relato, como bien sabes, una vez que los dejamos libres, ellos tienen su propia vida. Pero de una cosa estoy seguro: no me imagino mejor galardón que el de formar parte de esa libreta, un premio solo comparable al de tu amistad.
      Mil gracias y un abrazo enorme, Pablo

  26. Extraordinario viaje en el tiempo el que nos relatas, Ángel. El servicio de mensajería permite al anciano encontrarse con su doble cuando era joven. Los frutos de esta relación no pueden ser mejores: el anciano tiene compañía y cariño en su última etapa y el joven aprende toda una lección de vida. En definitiva, un micro de ciencia ficción, juego del doble incluido, lleno de humanidad, como lo están todos tus relatos.
    ¡Enhorabuena! Mucha suerte y un gran abrazo.

    1. Ángel Saiz Mora

      Quizá en un futuro este tipo de ciencia deje de ser ficción y sea posible un viaje así, sería la forma de garantizar que la soledad no acompañe de forma inexorable a un anciano en sus últimas horas, además de enseñar a un joven a valorar el tiempo que le ha sido dado en su justa medida. Me parece más fácil que un viaje así suceda, a que la sociedad haga algo por paliar esa soledad última.
      Gracias por tus palabras, Carmen. Otro abrazo grande para ti

  27. Halaaaaa, qué giro final!!!!
    Me ha encantado, me ha sorprendido (cuánto me gusta que suceda eso).
    No he leído los 56 comentarios anteriores 🙂 pero seguramente te dirán cosas estupendas de tu relato, po ¡las merece!, además de la forma de contarlo, el contenido (el mensaje) del mismo es impresionante y concienzudo.
    Ángel, sé que leeré este relato en el libro del 2017.

    Un abrazoooo grande… como tu ingenio y maestría.

    1. Ángel Saiz Mora

      Qué más puedo yo pedirr que haber tenido el privilegio de recibir un comentario como el tuyo. Valoro y mucho que te haya gustado y sorprendido, de ahí que me alegre de haberlo escrito. A partir de ahí el recorrido que pueda tener ya es cosa suya, sabes mejor que yo que los relatos, cuando salen a la luz, tienen una vida propia que ya no nos pertenece.
      Ingenio y maestría es lo que desprenden tus letras.
      Un abrazo muy grande, Amparo

  28. Qué imaginación tienes. Viajes en el tiempo para paliar la soledad. Sospecho que el joven que ha traído para paliar su soledad es a él mismo en el pasado. Es cierto eso de que la tecnología atraído los tiempos fríos, ya ves, a pesar de Skype que nos permite estar cerca de nuestros hijos emigrados. Pero no hemos utilizado los avances tecnológicos para una vejez mejor. Nos sobran los ancianos. Por otro lado, como lector, el cambio de narrador de primera a tercera en el último párrafo me descoloca, pero vamos. Por otro lado tus comentarios son muy útiles, nos cuentas con palabras sencillas lo que hemos querido decir retorciendo el lenguaje. Un abrazo, genio.

  29. María Posadillo

    Aunque encontremos la manera de aliviar la soledad en un reencuentro con la mejor versión de nosotros mismos, la sociedad nos volverá a dejar en el mismo punto. Avanzamos en tecnología pero no emocionalmente. Estremecedor.

  30. María

    ¡Qué manera de ser bueno, maestro! Me deja usted, como siempre, sorprendida y extasiada. Viajar hacia uno mismo, mientras se pueda. Los costos no importan porque la recompensa es grande. Pero también, ¿quién dice y su excelente texto no hace sino contarnos lo que nos traerá el futuro? ¡Muchas felicidades y gracias por la excelencia. Un abrazo desde este lado de la tierra.

  31. ¡Qué buen relato en bucle que nos dejas! Me trae la imagen visual de un dibujo de Escher, con ese final que es el principio.
    Espero que no nos veas todavía inmersos en ese mundo deshumanizado que pintas y que podamos esquivarlo por muchos años, por el bien de las generaciones venideras. A ver si escuchan a sus mayores y la tecnología no nos ahoga como especie.
    Y… ¿cómo viviríamos si supiéramos lo que nos espera en la vida? ¿quizá cambiaríamos decisiones que alterarían el «pasado»? ¿o tu protagonista sólo le transmitió enseñanzas generales? – Puede que en comentarios anteriores se haya debatido este punto (confieso que no los he leído 😉
    Un beso, Ángel.
    Buen agosto.

Leave a Reply