ENE108. MALDITAS VERDURAS, de Begoña Heredia
Papá se mesa las barbas intentando hacer desaparecer las canas. Mamá se maquilla frente al espejo poniendo caras ridículas. Aquí nadie quiere hacerse mayor, pero a mí me obligan a comerme las acelgas y las espinacas, porque así, dice mi madre, he de hacerme un hombre. Lo mejor es el abuelo, a ese ya todo le da igual. Hoy cumple años, tiene una gran colección de ellos, por eso dice que uno más no le importa. Le hemos regalado una bufanda, unos guantes y una radio nueva. La radio imagino que es para que no se encuentre sólo. Cuando el día se acabe, el dinosaurio, dice mi padre, volverá a su sitio. Son las ocho, el abuelo se ha quedado triste mirándonos por la ventana del asilo. No pienso comer más verduras.
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;o) Una lógica infantil aplastante. Me ha gustado mucho, Begoña. Suerte.
Un relato triste, pero tierno, lleno de sensibilidad. Normal que a los niños no les gusten las verduras. Ahora lo entiendo todo. Yo también me reía viendo a mi ama pintarse los labios, poniendo caras. Oh, Dios, ahora yo hago lo mismo!!. A lo mejor dejo las verduras, por si acaso.
Begoña, está descrita cada etapa de la vida. La última duele un poco. Suerte y saludos.
Ne gusta el mensaje, la connotación de «dinosaurio». Triste, acechante; un micro verosímil con esa mirada infantil que todo lo ve, que todo lo interpreta.
Buen micro.
Un besooo grande, Begoña.
A.M.A.
Hola, Begoña. Muy tierno tu relato pero no me parece tan triste; por lo menos el abuelo tiene todavía familia que le va a visitar y le hacen regalos. Otros muchos están verdaderamente solos (alguno estuvo quince años muerto sin que nadie pregunte por él; eso sí que es soledad). Otros no llegan ni a ser abuelo. En fin, c’est la vie.
Un abrazo.
El enfoque es bueno: un niño que contempla, analiza y saca conclusiones de una escena familiar en ese momento tan odioso en que en vez de macarrones le ponen verdura para comer. Muy crítico e inspirado el chaval, me ha gustado.
Un abrazo.
Begoña, a los niños que todavía son inocentes no se les puede maquillar la verdad. Por eso a veces nos ponen en aprietos. Para ellos es imposible comprender porqué los mayores se desentienden de las personas que han hecho tanto por ellos recluyendolos en los asilos.
Tu relato hace reflexionar sobre ello. Me ha gustado como muestras las diferentes épocas de la vida por las que pasamos todos.
Espero que Enero te traiga suerte.
Saludos
Ay los niños, ven mucho más de lo que nos creemos y lo dicen sin tapujos. Bonito micro, los niños deben crecer, los adultos no, y los dinosaurios al asilo… Cuentas muchas cosas en este micro visto con ojos infantiles, me gusta esa rebelión final de no seguirles el juego y no querer crecer… Una duda me ha entrado “Lo mejor es el abuelo” o “El mejor es el abuelo” ¿? Abrazos.
Gracias Mel y si, tienes razón me di cuenta despues de publicado. Sería más correcto El mejor es el abuelo.