Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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FEB39. LA HUÍDA, de Cándido Macarro Rodríguez

En el desconchado espejo del baño común del albergue para fracasados y despojos humanos veo fugazmente mi rostro. No soporto la visión de mi imagen ajada, mi espíritu extenuado, el peso de la desolación y el desconsuelo sobre mi cabeza.
Retiro dolido y avergonzado la mirada sobre mí mismo.
Sin embargo el destino se empeña en echar sal sobre mis heridas. Hago un terrible esfuerzo por no volver a levantar la vista hacia lo que ya no quiero mirar. Pero miro.
Por un momento percibo el brillo de mis ojos en ese reflejo, intuyo recuerdos de lo que fui y ya no soy. Escucho brevemente las risas e ilusiones de antaño. Veo el amor.
Pero de inmediato cae sobre todo ello la lápida de la derrota, la traición, el fracaso…
Sí. El espejo es cruel conmigo. La vida es cruel conmigo.
¡Me siento tan cansado!
Echo una última mirada a mi retrato, a la imagen de la decepción, de la tristeza y finalmente de mi rendición sin condiciones.
Dos regueros rojos y cálidos caen de mis muñecas al sucio y roto lavabo llevándose todas mis miserias y frustraciones por el agujero del desagüe.
Sólo unos dulces instantes.
¡Ahora soy libre!

17 Responses

  1. Duro retrato con un inicio que es el preludio de un final, pasando por un intervalo de recuerdos amables. Buen tránsito de palabras, atmósfera y adjetivos que relatan la decadencia y la rendición y que pese a ello acaba con frases positivas.
    Felicitaciones y suerte.

  2. Duro relato Candido. Con palabras muy bien escogidas y mejor hirvanadas nos llevas a un final tragico que no se si servirá como balsamo al penitente, pero dado que en esas elecciones no hay vuelta atras tampoco podra contarnos.

    Suerte y un saludo.

  3. Cándido, es que le tenías que haber presentado a Jacinta :-).

    Siento este toque de humor ante una historia tan buena y tan bien contada, pero es que me ha dolido de verdad. Hay tantas historias semejantes por ahí que no vemos o no queremos ver… Este también es el retrato de una sociedad enferma. Ojala en algún momento estas vidas sean solo eso: historia.

  4. Gracias a todos por los comentarios.
    Quería salirme por unos instantes de la ironía y del humor e intentar ponerme en la piel de quien lo ha perdido todo. El final de mi relato es una opción, quizás la más cobarde aunque no la más fácil, pero una salida al fin y al cabo, una elección personal. Otra es rebelarse, luchar, ir contracorriente… Seguro que en estos tiempos que corren más de uno no puede evitar sentirse derrotado aunque no opte por esa salida tan drástica.
    Cándido

  5. Sotirios.

    Cándido,se me pusieron los pelos de punta. Parecía que vivía mi propia vida con la excepción en la parte final. Allí me arrepiento y pienso “Demasiado joven para morir”. Ja,ja, ja estoy bromeando. La verdad el relato es muy bueno con un vocabulario muy rico. La final impactante. Te deseo mucha suerte amigo, Sotirios.

  6. Anonymous

    Muchas gracias por tus inmerecidos elogios, Sotirios. Quiero aprovecha para pedir disculpas por no corresponderos con vuestros relatos.
    Ando muy jodido de tiempo (estoy enfrascado con la publicación de mi libro «La asurda e inqueible historia de Edelmiro Páez II: Er desenlace» y apenas me queda tiempo para otra cosa.)
    Cándido

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