JUL156. ESTUPICIDIO, de Juan Pancorbo Jiménez
La presentadora del reality preguntó por algo, en apariencia muy importante (de vida o muerte, pensarían sus telespectadores), y el monstruo televisivo del momento pronunció la fracesita: “Preferiría no hacerlo”. La presentadora rio y rio, y sentenció: “En ese caso…, sin problemas”. El público hizo suya la máxima como escudo del sufrimiento diario. Al día siguiente la afortunada expresión ya se había adueñado de la carcajada nacional: “- ¿Me pone un café?”, “- Preferiría no hacerlo”; “- ¿Me puede hacer factura?”, “- Preferiría no hacerlo”. Y así se fue colando el engendro en todas las conversaciones privadas y públicas, formales y coloquiales. El transcurso de los días no hizo sino aumentar su impacto: “- ¿Quieres tener un hijo conmigo?”, “- Preferiría no hacerlo”; “- ¿Puede usted asegurar que no es culpable de malversación?”, “- Preferiría no hacerlo”. Y todo quedaba disculpado. Un iluminado propuso
hacerlo el lema del país y al mes siguiente rezaba en el artículo 1 de la constitución.
– Este es el origen de la palabra “Estupicidio”, sucedió en el siglo XXI. Leed vosotros el resto que no tenemos mucho tiempo, – dijo el profesor.
Real como la vida misma. Una buena interpretación de la frase con la molicie nacional. Creo que el profesor también «preferiría no dar la clase».
Einstein:
«Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro».
Y así seguimos.
Preferiría entender por qué.
Un abrazo.
Si ejemplo de la estupidez humana y de la rapidez con que se puede extender. Gloria Arcos
Odio esas frasecitas que de repente todo el mundo empieza a decir porque las pone de moda algún famosillo de tres al cuarto, así que me ha gustado mucho la crítica de tu relato. Encima, la frase le sienta a este país como hecha a medida. Saludos y gracias por desempolvarnos un poco el sentido crítico.