JUL22. APARIENCIAS, de Susana Revuelta
¡Tienes los pies fríos, cariño! ¡¡Atiza ese fuego, dame calooor!! ¡¡¡Grggg!!!
Tres noches sin pegar ojo enturbian la mente a cualquiera, incluso al más avezado explorador. Surcando los más impetuosos océanos, Vincent es capaz de dormir hasta en litera, pese a los temporales y los envites de las olas en alta mar. Pero aquí, en su propio palacete, o mejor dicho, el de su acaudalada Cècile, le resulta imposible conciliar el sueño con ese eco insolente retumbando en su cabeza. «Parece que no ha sido suficiente con despedir al mayordomo», se dice. Entonces se incorpora y sigiloso se dirige al salón. Le tiembla un poco el pulso al acallar los gritos, «¡¡…dame calooor, aaaghh…!!». En el porche se sacude las plumas pegadas a sus manos y regresa a la cama junto a la loro infiel, que sigue roncando como si nada. Habría preferido no tener que sacrificar esa pieza por la que tantos doblones pagó. ¡Qué excelente ejemplar!
Hay muchos relatos de animals en este mes. En el de usted, a pesar del asesinato, hay jocosidad. Me gusta.
Saludos.
Un abrazo, Beto, y no me digas de usted que suena muy serio.
Gracias Susana, es que soy muy serio.jajaja.
Saludos.
La cotorra roncadora infiel con el mayordomo, pero que te lo recuerde todo el día el lorito es muy fuerte.
Susana estás un poco jacarandosa, la primavera ya pasó.
Un beso
No hemos tenido primavera en Cantabria, to el rato lloviendo. Por eso me he fugado con este relato a otro país y otra época.
Abrazo.
Ja, ja, me he reído un montón con ese loro desplumado. Luego pensaba ¿como ronca una loro? ¿y encima infiel?, hasta que lo he captado y entonces me ha parecido mejor aún. Gracias por la diversión, un relato muy gracioso , a pesar de las dos víctimas, peo es lo que tiene ser mayordomo, siempre eres el culpable.
Suerte y abrazo..
Pues busqué la onomatopeya del loro y no la encontré, para lo que dices de cómo se expresa un loro. Grrr o Groooaaa era lo que se me pasaba por la cabeza y no me gustaba.
Antonia, encantada de verte por aquí.
Un abrazo.
¿Piar, trinar,…? No. Creo que, después de todo, los loros hablan, eso hacen: hablar.
Un saludo
Juan M
Hablar o cotillear, Juan Manuel, que es lo que los lleva al cadalso.
Un abrazo.
Torpeza mía seguro, pero no lo pillo. Espera que haciéndome preguntas creo que he desentrañado el misterio. La loro es Cecile, que es una venerable pero acaudalada anciana (loro) a la par que fogosa, que no solo se conforma con los placeres que le brinde Vincent, sino que guarda arrestos para en los ratos libres pegársela a éste con el mayordomo. El loro hace de mensajero y, como suele ocurrir, muere.
Muy divertido Susana.
Un abrazo.
Has dado en casi todo, menos en la edad. Si hay un explorador comprando loros allende los mares, tendrá menos años. Lo demás, bien.
Un abrazo.
Un loro se expresa, ah con la lengua, b saliendo de la prisión, c, volviendose un tren.
Nada, que es broma. Si encuentro que hace un loro, además de comer pipas, ya lo pongo aquí.
loro, cotorra:
Voz: parloteo
Verbo: parlar, carretear, parlotear
(de wikilengua del español)
Eres muy amable y bondadosa, Antonñita, pero yo lo que buscaba era la O-NO-MA-TO-PE-YA del loro, pero si no la encontramos pues nada. Quedamos y nos despachamos el jamón. Yo pongo el vino.
Ja ,ja si Susana, total el pobre loro ya no va a decir ni pío. Que sea gran reserva.
Susana, una situación envuelta en broma, y bien contada, pero muy real; esos animales llegan a volverse insoportables para sus amos. Suerte y saludos
En broma o en bruma, ja ja, fíjate que no me parece nada irreal la escena. O es que la veo yo muy nítida.
Un abrazo.
¡Qué excelente ejemplar ers tú, Susana! Con ese humor tuyo carácterístico y esos personajes «arbularios» (de nuestro vocabulario particular). Cada día eres más buena, no sé si en todos los sentidos, pero como escritora lo bordas.
Mua, mua (onomatopeya de Paloma)
Recién me acabo de inocular dos libros de cuentos de Roald Dahl y he quedado seriamente afectada, me temo. Paloma, no te pases, guapa, pero gracias mil.
Un abrazo.
Susana,ja,ja,ja vaya película has montado con la loro, el loro, el mayordomo, el explorador… Es difícil que encuentres la onomatopeya del loro, los loros, y según la especie, vocalizan muchísimo, no tienen un sonido simple que ‘onomatopeyizar’ (palabras aparte. Creo que cualquier sonido parecido que trates de transcribir, como lo has hecho, resulta válido. Suerte y un abrazo (Por cierto, me gustó tu ‘Retorno’ :o))
Eva, como siempre tan amable. Un 40% de este cuento viene de una conversación que tuve contigo en despojos, lo del explorador. Tú no te acuerdas pero yo sí. Lo de la onomatopeya ya veo que no hay, en fin, por lo menos no he metido manifiestamente la pata. Nos seguimos por aquí y allá, veo.
Un abrazo.
¡Hala! El viento se ha llevado mi comentario. Te decía que efectovamente no me acuerdo y que me has intrigado, que podemos hacer dos cosas, que me devane los sesos (o me los ‘rebane’ como dicen algunos) o que te apiades de mi y me refresques la memoria. También te decía algo mu potito, que no se si me saldrá igual ahora, pero que venia siendo que me gusta tu estilo ‘revuelto’, permíteme la expresión. Susana y que siempre leo tus micros expectante, porque siempre guardan sorpresas, a veces duras, a veces divertidas, a veces reivindicativas. Y que por eso, te seguiré siguiendo. ¡Ah! Y que otro abrazo para ti
Eva, yo te sigo también, por tus cuentos y por tu elegancia como comentadora. La figura del explorador se me formó en la cabeza cuando tú me facilitabas la tarea de publicar en despojos y yo andaba toda perdida, dando machetazos a los iconos. ¿Te suena? Y lo de mi estilo ni idea, escribo a borbotones y sobre todo a plazos. No creo que así se conforme un estilo. Al loro lo rescaté de otro micro. Total, que estas apariencias son otro caos mío.
Muchas gracias por tu apoyo e interés.
Un abrazo.
Grrrrrrr groaaaaaaa muy divertido. Grrrrrrr
Arantza, ¿te encuentras bien? Tenemos un masajista en el blog, por si te ha dao un tirón.
Gracias por grrroar por aquí.
Un abrazo.
Jajaja.es que me he comido un loro y lo tengo atravesado en la garganta. Me encanta Susana, de verdad.por lo que dice y por lo que insinúa. Por cierto, los pies fríos me lo has copiado de mi relato del mentalista???? Cuidado co n las expresiones. Ahora todo el mundo me conoce por la de los pies fríos…..
No, Arantza, nada de copiar. Los pies fríos fue la frase más corta y explícita que se me ocurrió para escenificar los cuernos. Ninguno de nosotros tenemos la patente.
Un abrazo.
Perdona Susana que creo que te he ofendido y nada más lejos de mi intención, que obviamente no quería insinuar que me habías copiado. Para eso yo que cuando no cojo un título de una serie cojo el de un libro famoso. De verdad que si se me ha malinterpretado pues te pido disculpas. Es sólo que como los pies fríos me persiguen últimamente me hizo gracia verlos ahí pero te pido perdón por el comentario desafortunado
Arantza, para nada. Yo solo me enfado en directo, guapa. No me pongas en estos bretes, por favor. En cualquier caso, digas tú o diga yo, aquí estamos compartiendo y disfrutando, ¿no? Pues eso.
Gracias guapa.
Ja,jajaja, muy bueno Susana. Y yo me pregunto si tu prota va a conseguir dormir o los celos podrán con él. ¿Acabará eliminando a la loro que tiene al lado?
Besos.
No, Amelie. La loro paga las facturas. De ahí el título.
Un abrazo.
Muy divertido Susana,
Me encanta eso de la loro infiel roncando como si nada…
Un saludo, Blanca
Es la voz del narrador la que desde el principio hasta el final se impone, espero.
Un abrazo.
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O guardar las apariencias, Ana. Este es un jeta vividor que hace lo que más le conviene. ¿Y ese padre Braulio quién es? Si eso me confieso yo también, eh.
Un abrazo.
Vaya estampa, un loro que se chiva, y el mayordomo igual. Bueno eso he entendido yo, que reconozco, hoy estoy un poco espesa.
Besos. Asun.
Nooo, Asun, ¡el mayordomo es el de los pies fríos! Es que si no cierro el círculo ya esto se convierte en una orgía.
Un abrazo.
Confieso que no lo había entendido, ahora creo que si porque me he reido un montón, es que Susana que imaginación tienes. Un beso. Nuria
Imaginación a ti tampoco te falta, Nuria. Esto es como cocinar: buenos ingredientes, receta y ganas de hacerla. Eso sí, el emplatado es fundamental.
Un abrazo.
Muy original Susana, como siempre. Nos ha hecho pensar un rato y releerlo para pillarlo. Muy bueno y además divertido. felicidades,
Despista el mayordomo, ya me he dado cuenta. Pero si en segunda lectura se pilla pues guay.
Un abrazo.
Me ha resultado muy divertido. Siempre me han gustado los loros, aunque creo que tal como tu lo describes pueden llegar a resultar una pesadilla. Así y todo me ha dado penita el animalico. Me ha gustado de todos modos el relato. Saludos
Gracias, Juana. ¿Sigues participando? No recuerdo que estuvieras en junio. Si preferiste no hacerlo, dale ahora caña, que este tema provoca.
Un abrazo.
Yo remordimientos pocos, como mucho arrepentioles. Espera, que es lo mismo o parecido.
La pregunta no es indiscreta, Ana. Pues fue una tarde única y muy concentrada. Llegué como a las cinco en bus y me cogí otro de vuelta a las doce y media. Apareció por allí de imrovisto un cacho de familia mía y otro cacho de familia entc, o sea, jams y su mujer, ¡menuda sorpresa! Aparte de, como has visto en la foto, ximens, nuria, jesús y soti. A la vuelta no pegué ojo de la emoción. Y de los ronquidos de los de al lado.
Fue muy muy bonito.
Un beso, Ana.
Susana, con lo que me gustó cuando lo leí, pensé que ya te había comentado.
En fin, que quitando la muerte del lorito, ¡que qué culpa tuvo él de que lo enseñaran a hablar, digo yo!, es muy bueno y divertido.
Un abrazo
Rosy
Es que le taladraba la cabeza al pobre Vincent y el sueño es sagrado. ¡Apiádate del explorador, que encima de cornudo apaleado!
Un abrazo.
Hola, Susana.
Un micro divertido, muy divertido, con ese loro que has tenido que sacrificar… Todo se admite cuando el resultado es tan bueno.
Besos y suerte.
A veces es el propio micro el que me empuja a hacer estos sacrificios, no soy yo la mala.
Un abrazo.
Se nota que controlas el manejo de la brevedad y has narrado una historia simpática.
Saludos.
Hismael.
Eso intento, Ismael, así que tu comentario me anima mucho a seguir en ello.
Un abrazo.
Divertido y buen relato. El mayordomo no era el culpable
Abrazos.
El loro indiscreto se cavó su propia tumba. El mayordomo el pobre solo hacía lo que le decía la señora de la casa.
Un abrazo.
Susana, se puede decir muchas cosas de ti pero la persona que dice que no eres ingeniosa es un mentiroso. Me lo pasó muy bien con tu cuento. Un fuerte abrazo a mi santanderina favorita, Sotirios.
La intención de mis cuentos es siempre pasar un rato agradable yo. Y si es reciproco más.
Un abrazo, soti, tan amable siempre.
La verdad, Susana, es que me ha costado entender tu relato. En un mundo donde las relaciones sexuales son multidisciplinares no me extrañaba que el explorador se estuviera acostando con su loro. Llamar «loro» a Cècile creo que distorsiona el relato. Luego, gracias a los comentarios todo me ha quedado claro y simpático.
Lo de acostarse con un loro sí que lo veo extraño, como mucho se me ocurre otra opción. Fíjate, yo pensé que lo de la «loro infiel» facilitaría la tarea de comprensión, en fin.
Un abrazo.
Me gusta, me gusta…
Me alegro, me alegro, Modes.
Un abrazo.
Susana, no te conocía yo en estos registros tan cómicos, pero veo que te manejas con la misma fluidez que en los otros.
Muy, muy divertido.
Un abrazo.
No sé si a los defensores a muerte del bienestar de las mascotas les parecerá tan cómico. A mí sí que me lo ha parecido.
Es broma. Esto es solo ficción, no pretendo ofender a nadie.
Un abrazo.
Pues te ha salido muy divertido. Y yo no veo muerte de loro por ningún lado, solo redistribución de las piezas que lo conformaban.
Suerte y un saludísimo.
Encantada de tu visita, Barlon. Nombre cinematográfico tienes. Si andas por Hollywood dale mi móvil a Phoaquin jenix y si no está, a su cuñado, Ban Effleck.
Se lo buscó por cotorra, jajaja. Un relato divertido, Susana. Deseo que tengas mucha suerte.
Un abrazo.
Isabel, un escarmiento sumarísimo, me temo. Joder, me está ya dando una pena el loro… El próximo relato igual va de poesía, ya veremos.
Ja, ya me gustaría a mí.
Un abrazo.
Hola, Susana!
Me he reído mucho con tu relato… pobre lorito, ja, jaaaa!!!
Muy divertido y me han gustado mucho algunas imágenes: «océanos impetuosos», como el prota, no???
Enhorabuena y suerte!!
Un abrazo
Marta
Impetuoso jaja, sí, Marta, pero con mucha flema y sangre fría al servicio de sus intereses.
Un abrazo.
Los giros que puede dar una historia. Si el explorador ofendido se hubiera cargado a la loro que ronca, en vez de a ese loro cotilla, ya tendríamos «Cita con la muerte» para octubre, y si el propio mayordomo es el que se encarga de apiolar al explorador (y al loro de paso, también por cotilla) para quedarse con Cècile, ya tenemos un relato clásico donde los haya (por cierto, ¿alguien ha leído alguna vez una novela policiaca donde el asesino sea el mayordomo? ¡No me lo digáis, por si acaso me la leo algún día). De esta manera te ha salido un simpático relato de loros y loras con el que nos hemos reído un buen rato.
Saludos y suerte este mes.
Ahí, Rafa, aportando ideas para más cuentos, ¡gracias! El explorador de este cuento defiende su modus vivendi y el loro le robaba su modus durmiendi. Y eso nunca.
Un abrazo.
Un micro con muchas lecturas, esa voz desde luego era insoportable. Me ha gustado mucho. Suerte.
Besicos muchos.
Pues sí, según qué personaje te caiga mejor se le pueden dar varias lecturas. Yo empatizo más con el explorador golfo.
Un abrazo.
Ay Susana! lo que me cuesta bajar al pie de los comentarios para comentar, no porque no quiera hacerlo, que sí prefiriría, sino porque tienes un porrón de comentaristas y respuestas y mi conexión es lenta como una tortuga 2G.
Me gusta la historia con mayordomo, loro insistente, y mujer viejita que se lía con el primero. Lo de los pies fríos también me ha parecido muy visual y creo que has dado en la clave para crear la expectación a lo largo de las 200 palabras.
En resumen, me ha gustado Susana, y te deseo la mejor de las suertes ¡pena por el loro!
Laura, !gracias¡ Salvar la vida al lorito me fue imposible, me arruinaba medio cuento. Ya veremos si otro día en otro micro me cargo al infiel.
Un abrazo.