Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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JUN140. EL ESPEJO TIENE DOS CARAS, de Gabriel Bevilaqua

Ayer, mientras hacía el nudo de mi corbata, el espejo me reflejaba cepillándome los dientes. Deduje que se había descompuesto, y llamé, gracias a las páginas amarillas, a un reparador de espejos. Éste, tras verse reflejado sin demoras, y comprobar que, en cambio, yo era exhibido con la guía telefónica en una mano y el celular en la otra, me dijo que el espejo no tenía ningún problema, que la cuestión pasaba por mi imagen.
—¿Puede repararla? —le pregunté.
—No, eso se escapa de mi esfera laboral, pero no se preocupe: mi cuñado es médico de imágenes especulares —me dijo y me extendió una tarjeta.
Desgraciadamente, el facultativo sólo disponía de turnos libres para dentro de un mes. Incapaz de quedarme de brazos cruzados hasta entonces, me planté frente al espejo e increpé a mi imagen. Cuando se me agotó la saliva, dijo que no era necesaria tanta agresividad. Y pasó a referirme sus aflicciones: su mujer lo había abandonado por otro, le habían bajado el sueldo apelando a la crisis, se estaba quedando calvo… Curiosamente sus problemas coincidían con los míos.
Ahora, mientras el espejo me refleja haciendo el nudo de la corbata, yo recién estoy cepillándome los dientes.

23 Responses

  1. Me gusta la idea de la desincronización del reflejo. Solemos estar desincronizados entre lo que queremos hacer y lo que hacemos.
    Siempre disfruto tus micros, Gabriel.
    Un abrazo.

  2. Precisamente con la aparición del reparador y el cruce de impresiones técnicas es donde mejor se ve ficcionado el relato. Ese toque de realidad hace muy creíble la fantasía del micro.
    Un abrazo.

    1. Gracias, Susana. Se dice que un cuento fantástico demanda un buen anclaje en la realidad para, precisamente, hacerlo creíble. Por lo que me comentas, parece que es el caso 🙂

      Saludos cordiales

    1. El tema de los espejos da para mucho juego, y el desfase entre ambos mundos es una veta más que interesante. Nunca ha de escribirse lo suficiente sobre los espejos. Gracias, Esther.

      Saludos cordiales

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