Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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JUN68. FELICES SUEÑOS, de Luisa Hurtado González

  Madre, usted siempre dijo que él no me quería, que veía venir esta lluvia de lágrimas y que yo no quise escucharla nunca. Quizá tuviera razón, puede que la haya tenido siempre y yo tampoco necesite la verdad ahora. ¿Sabe? Prefiero pensar que un día él simplemente cambió, como el aire; prefiero creer que me amó y que no soy este amasijo de carne y huesos que a duras penas pueden ocultar un alma herida. Madre, ¿sabe usted si me va a doler siempre? Veo ahora como llora junto a mí sin decir palabra y me quedo quieta. Y siento, ¿sabe, madre?, por primera y última vez en mi vida, un poco de vergüenza, por no haber sido fuerte, por no haber sido lista, por no haberla escuchado y estar desnuda ante ese desconocido que me mira de reojo, con el respeto con el que él no miró nunca, ese hombre que educadamente espera antes de empujar mi camilla para colocarme junto a los otros muertos, igualándome a ellos, honrándome sin saberlo. Déjeme, madre, déjeme creer que él me amó; ya no puede dañarme, esté tranquila.

  http://microrrelatosalpormayor.blogspot.com.es/

11 Responses

  1. Tremendísimo micro Luisa. Está escrito con mucha sensibilidad y refleja a la perfección esa dependencia casi enfermiza de las víctimas con sus agresores. Un tema mil veces tratado pero que tú nos muestras como si fuera nuevo. Un beso y mucha suerte.

  2. Qué duro, Luisa. Ese ruego final duele. Y entonces, en una segunda lectura, duele lo mismo todo el micro. Me gusta mucho. «El respeto con el que él no me miró nunca…», hijoputa él, Luisa, maravilla tu micro.
    Un abrazo, o dos.

  3. Anonymous

    Creo también que a algunas personas no nos enseñaron a saber decir que NO y con rotundidad. Pueden ser también que esas personas han mamado una cierta agresividad en el ámbito familiar y siempre hay un deseo de agradar a los demás, primero es a los propios padres para que nos quieran más, despues a otras personas por lo mismo y se repite ese ciclo muchas veces en las vidas de esas personas, tienen tanta necesidad de afectividad que muchas veces no saben decir que no a casi nadie. O al final transmiten sin querer una sensación de fragilidad que parece ser hace de reclamo a esas otras personas agresivas. A veces puede haber un sentimiento de culpabilidad por no saber decir que no.
    Quizás haya personas que me entiendan lo que digo. Saludos.

  4. Luisa, qué micro tan duro, cuando lo lees al principio no quieres saber, quizás como la protagonista, prefieres no saber la verdad, pero al final tienes que aceptarla por dura que sea, cuánto dolor en esas palabras en las que no quiere reconocer que nunca fue amada. Creo que tántas veces hacemos eso, nos negamos a ver la realidad pensando que si no la miramos, no será o quizás cambiará. Entiendo perfectamente lo que dice Anónimo, las historias que empiezan con dolor y rechazo quizás por los padres llevan a situaciones donde se aceptan cosas que nunca se deberían aceptar.

    Luisa un abrazo grande y me alegro muchísimo de que te hayas decidido a participar. Mucha suerte.

  5. Susana R.

    Suscribo a Yashira y anónimo y al resto, qué crudo el relato, mendigar afecto hasta después muerta, muy fuerte. Está fenomenal narrado: ese «quizá no tuviera razón», «prefiero pensar que…», «prefiero creer…». Y que sepas que de tooodos los temas hay ya algo escrito, lo que cuenta es la originalidad y la sensibilidad, y a ti de ambas cosas te sobra, Luisa. Bienvenida a esta página, seguro que vas a disfrutar mucho.
    Un beso.

  6. kistila

    me impresiono tu relato…
    prefiero poner aquí de nuevo el comentario de Sara:
    «Un texto muy duro, muy bien escrito. Duele de principio a fin por ese tono suplicante con el que habla la protagonista.»

    y como bien apunta Luisa «prefiero pensar que un día él simplemente cambió, como el aire; prefiero creer que me amó»

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