Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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4. Liga 66-67

Mi recuerdo más lejano del amor requiere una apreciación indispensable, una premisa relevante. Su forma más brutal, más primitiva y más irracional recae en la pasión.

Sólo esperar la salida de la escuela me llenaba de una inmensa felicidad. En esa esquina de mi ciudad, entre las calles Corts y Tapiró, un escaparate amparaba ese amor desenfrenado. No me la quitaba de la cabeza, deseándola hasta no poder más…

…y con final infeliz.

Una mañana desapareció, como sin darme cuenta, aquel balón de cuero que me seducía y que tanto deseé tener entre mis brazos que solo de pensar en que otros lo abrazaran aun me sigue rompiendo el corazón.

18 Responses

  1. Me gustó tu relato.Atrevidamente te doy mi opinión y espero que no te disguste,le quitaría la anticipación
    «un escaparate amparaba ese amor desenfrenado»,ya que me parece que el efecto final sería más rotundo,el lector descubriría que la pasión no recaía en un ser humano.
    El comienzo del relato, da la posibilidad de imaginar que el recuerdo pertenece a un hombre o adolescente,por eso descubrir que es un niño es importante en el final,lo que has logrado al mostrar su seducción por un balón.
    Saludos y buen año para ti,suerte!!!!

  2. Gracias Macarena.
    Me has hecho reflexionar, aunque la idea era de un maniquí de señora. En cualquier caso, también podría tratarse, dada la adolescencia del joven, una prostituta en una esquina. No sé, ya veré…

  3. El comentario de Josep me ha confundido un poco, yo, al igual que Macarena, había interpretado que el objeto de deseo del protagonista era un balón de cuero, de reglamento que llamábamos entonces, y la verdad, me había identificado mucho con este niño, no era fácil por aquellos tiempos tener un balón, era un privilegio solo alcance de unos cuantos.
    En cuanto al maniquí, no lo veo por ninguna parte, es posible que el autor quiera jugar con el doble sentido del título, entre la liga del campeonato de fútbol y una liga de las que sujetan las medias. También los desnudos se vendían muy caros entonces y casi la única posibilidad que teníamos los niños de oler uno era en los maniquís de los escaparates. Pero sinceramente no le encuentro en la historia, aunque la idea, tal vez por haberlo vivido, me parece bastante buena.
    Un abrazo.

  4. Es cierto Juancho, mi comentario confunde. Tal como comentó Macarena, al nombrar el escaparate el efecto final no es tan sorpresivo porque ya se vé que no es ser humano. Pero al decir escaparate parece que el lector pueda pensar en un maniquí femenino, nunca se imaginaría un balón de cuero. Pero sí, el objeto del deseo es ese balón, el mismo que yo veía cada día y nunca tuve. Tuve otros, pero ese no.
    El comentario de la liga muy ocurrante. Igual quito lo del escaparate e incorporo una prostituta en la esquina, en aquella época también los jóvenes sentíamos atracción por ellas…

  5. Sigo insistiendo que no debes agregar nada,solo sacar la anticipación y dejar la ubicación,si lo deseas, con signos suspensivos.
    El lector imagina hasta llegar a este punto de la lectura que se trata de una mujer, no importa su papel o rol en la vida, la sorpresa está al final cuando no lo es.
    Dices más con menos.:)
    Un abrazo.

  6. Salvador Esteve

    Josep, estupendo relato que me trae entrañables recuerdos, el protagonista me da pena, ese regalo en mi niñez me hizo mucha ilusión, y en la memoria aún percibo ese olor a cuero. Abrazos y mucha suerte.

  7. Mª Belén Mateos

    Me ha gustado la pasión que despiertas en la mente de ese niño, que anhela el preciado balón y como final un desamor «balonaceo»…
    Un abrazo y suerte Josep

  8. Gracias Salvador. Sí, son recuerdos entrañables, recuerdo que no era un balón con pentágonos negros y blancos, era como gris… y ciertamente, yo también tengo el olor presente. Un saludo

  9. Muchas gracias, Belén. Sí, ese niño era yo, y ya ves como acabó aquella pasión.
    A lo mejor por eso nunca destaqué en el fútbol !
    Un saludo.

  10. Tu relato tiene la capacidad de llevarnos hacia atrás en el tiempo y despertar un montón de recuerdos. Has conseguido dotarlo de esa ambigüedad que se va descubriendo a medida que lees y que equilibras perfectamente en la idea que has querido transmitir. Enhorabuena y mucha suerte 🙂

  11. Isabel

    Tu relato seduce sin más. Para mi hay dos visiones, una estática situada en esa esquina (quienquiera sea el personaje que allí se encuentre) y la otra móvil, que parece un niño que se dirige hacia esa esquina con su balón.
    Besos

  12. Yo me quedo con la idea primera que saqué sin más. El objeto de deseo para cualquier chaval de aquella época de tener un balón comprado en la mejor tienda de deportes y caza de la ciudad que era donde se vendían en mi pueblo.

    Considero más la pasión por el balón de alguien que ronda la soledad como segunda lectura. El maniquí o las putas no las se rebelar.
    Un abrazo y suerte

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