Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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31. La mujer de la estación (Javier Ximens)

 

Todas las tardes baja a la estación convencida de que volverá arrepentido. Pero ella lo hará sufrir, pagará por estos años sin una carta en la que pida perdón o dé razones. Todas las tardes, desde Oropesa a la estación, con alas de esperanza cuesta abajo, para regresar cuesta arriba con el peso de la frustración. Cuando llega el tren procedente de Madrid, envuelto en vapor y chirridos de llanto, pasa las manos por los pliegues de su falda, se estira la chaqueta, alza la barbilla, el corazón se le acelera, y ella se bate entre la ilusión y el temor. Los vecinos del pueblo, acostumbrados a su uniforme de viuda, la ven como si fuera el jefe de una estación de luto. Durante un tiempo trató de disimular, que si entretenimiento, ver gente diferente, observar las parejas tras los cristales. Pero ya no finge. Ella está esperando a su prometido, aquel joven que le juró amor y felicidad, y que un día desapareció sin decir adiós.

Mas ese joven no volverá porque nunca se fue, sus restos descansan no muy lejos de allí, en una fosa cerca del cambio de agujas.

Algunos, en el pueblo, lo saben, pero callan.

 

3 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Hay quien pasa por muchas relaciones sentimentales, pero hay quien cree encontrar a un ser único que siente no podrá ser sustituido por nadie. Tanto cala en su corazón que no admite su ausencia, aunque haya sido involuntaria y sea para siempre. Aquí no es aplicable «lo de borrón y cuenta nueva» o «el tiempo todo lo cura», pues hay males que, si no duran cien años, sí alcanzan al menos hasta que el cuerpo resiste, con una mente empeñada en que la realidad ha de ser de otra.
    Una mente perturbada por la pérdida irreparable de un amor autentico. El relato de un amor verdadero en la buena línea de canciones como la Penélope de Serrat, aquella a la que llamaban loca de Mocedades, o la otra, la del Muelle de San Blas de Maná.
    Un abrazo y suerte, Javier

  2. calamanda

    Javier, trae tu historia la memoria otras de mujeres enamoradas y pacientes como esta; aun así tu protagonista no deja indiferente. Suerte y saludos

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