Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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49. LA ÚLTIMA FUNCIÓN (MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ)

Esto es lo que queda. Esto es lo que soy. Mi vida se reduce a un maldito disfraz bajo el cual se oculta un pasado con demasiado peso. Tomo cada día el café hirviendo y no soy faquir, pero quiero hacerme daño. Maldita sea, deseo hacerme mucho daño, que me duela en lo más profundo. Igual de profundo que el dolor que yo causé aquel asqueroso día… que intento olvidar y, sin embargo, regresa a mi mente una y otra vez para martirizarme. Si hubiese sabido lo que iba a ocurrir. Tendría que haberlo sabido. Era mi obligación. Para proteger a los míos, Dios. Ahora no debería estar ocupando un lugar en el mundo. No lo merezco.

Toda esta gente evita mirarme; si acaso, soportan estoicamente mi presencia porque suponen que me marcharé pronto a llorarle a mis cuatro paredes, a la añeja soledad que me engulle.
Pues se equivocan. No. Hoy no. No habrá más funciones llenas de niños igualitos a unos que ya se fueron, llenas de mamás igualitas a una que ya no está. Mañana tendrán que buscarme sustituto. El payaso burlón dejará esta misma noche de ser lo que ya no soporta ser. Se irá. Silencioso.

18 Responses

  1. Jesús Garabato Rodríguez

    Hola, María José. Nos presentas a alguien que no parece querer soportar por más tiempo el hiriente recuerdo del mal que ha causado. Aunque trataba de expiarlo mediante la autoflagelación, esto da la impresión de no ser suficiente y se prepara para lo irremediable. Lástima que, aun así, lo pasado no tenga vuelta atrás. Suerte y besos.

    1. María José Sánchez

      Jesús, muchas gracias por comentar. Un poco triste, pero he de decirte que la historia salió tal cual cuando miré la foto. Lo que significa que la mirada de ese payaso me resultó tan tristona que me lo imaginé lleno de dolor y sentimiento de culpa. Pobriño.
      Besitos y suerte para ti también, mi querido Jesús.

  2. Martín Zurita

    Hola, querida María José.
    Confío en que hayas superado tus tribulaciones.
    La última función, qué título tan interesante, tan sugestivo. Siempre son muy duras las despedidas. Con respecto a lo que uno ama resultan terribles. Tu protagonista ha causado un mal irreparable a su familia, esposa e hijos y carga con ese fardo pesadísimo del que parece no va a poderse librar. Si acaso un poco dejando el oficio que le recuerda el daño producido. Es muy inteligente por tu parte no especificar qué tipo de omisión ha causado el pobre payaso, que se castiga el solito indefinidamente y a quien todos repudian. Una falta de protección a su familia dices. Y nosotros a imaginar. Muy bien. Tu prosa es de alto voltaje y fluye con la velocidad más adecuada con un título y un final que mueven a la relectura, porque se entrelazan: son consecuencia éste de aquél. En resumen, un gran texto que tiene todos mis parabienes.
    Mi mayor enhorabuena y un beso muy fuerte.

    1. María José Sánchez

      Muchas gracias, Eduardo, querido Eduardo. Eres tan sumamente generoso con tus comentarios que me haces sentir escritora. Es una palabra sencilla pero grande para mí, pues encierra aquello en lo que me gustaría convertirme. Tú te encargas de hacer que me vaya introduciendo en ese papel. Y no sabes cuánto te lo agradezco.
      Mi payaso está atormentado, no tiene ganas de ser payaso ni de seguir viviendo. Demasiado peso sobre su conciencia. Si él no se perdona, es difícil que levante cabeza. Esperemos que, en el último minuto, rectifique en su negatividad.
      Muchas gracias por todo.
      Inmensos besitos.

  3. María José Sánchez

    Hola, Amparo. Muchas gracias por tu comentario. Creo que has captado exactamente la idea que quiero transmitir con el texto. Una persona que se abre para que veamos su interior, aunque sea un interior de destrozo psicológico y desubicación. Esto es precisamente lo que va a precipitar el final. Sin posibilidad de vuelta atrás, casi.
    Besitos, guapetona.

  4. María José Sánchez

    Vaya tela, Juan, me has dejado a-no-na-da-da. Muchas gracias por recibirme de nuevo por aquí. Sobre mi melancolía, bueno, sigo con ella. En octubre del año pasado, de la noche a la mañana, la vida me arrebató a mi hermano. Está demasiado reciente, aparte de que ya me faltaban mis padres y otro hermano. Escribir me sirve de terapia, aunque he pasado una época en la que me cuestionaba si debía hacerlo. Estoy un poco marcada por mis circunstancias y quizás eso influya en la temática que escojo últimamente. El tiempo es la mejor medicina. Muy agradecida por tu dedicación y tus hermosas palabras. Creo que el payaso burlón al final se lo va a pensar.
    Besitos, Juan.

    1. María José Sánchez

      Juan, eres un dulce. Te conozco virtualmente y de poco tiempo, pero (con tu permiso) ya te tengo cariño. Siento mucho lo tuyo; está claro que cada cual lleva su mochila a la espalda con más o menos carga. Hoy precisamente es el aniversario de mi madre y he pasado una noche mala, llena de recuerdos. En fin, sé que la vida es esto, sin embargo cuesta demasiado hacerse a ello. Muchas gracias por tu apoyo. Eres un cielo, de verdad.
      Besitos inmensos para mi querido amigo Juan.

  5. M. José. cuanto me alegra leer tus letras, te he echado mucho de menos. Ante todo te mando un abrazo muy muy apretado. La pérdida de un ser querido es difícil de superar. Sé de lo que hablo, en abril perdí a mi madre, pero como ya te han aconsejado la escritura es la mejor terapia.
    Me has emocionado con tu relato. La tristeza y la culpa que siente el payaso se lee en su mirada y tú has sabido captarla a la perfección. Enhorabuena por tu historia contada con maestría y llena de sentimientos que llegan al corazón.
    Mucha suerte.
    Besos apretados, amiga.

    1. María José Sánchez

      Muchas gracias por tu comentario, Edita. Sí, una solución demasiado radical, lo que pasa es que a este hombre le puede el sentimiento de culpa. Sus ojos me lo cuentan. Parece que los payasos, casi siempre, tienen una mirada triste independientemente de su faceta de arrancar sonrisas. Pues pienso que este la tiene aún más triste.
      Besitos, guapetona.

  6. María José Sánchez

    Hola, Pilar, preciosa, yo si que me alegro de que me visites. Y, por supuesto, también te he echado mucho de menos. Hay personas que te calan hondo a lo largo de la vida; tú eres una de ellas. También tienes reciente esa pérdida, lo siento. Como le decía a Juan, hoy es un día duro para mí, precisamente por tal circunstancia.
    Respecto a mi relato, es cierto que al ver la carita triste del payasete, me vino la historia. de golpe. Me inspiró el texto, con mayor o menor acierto.
    Muchísimas gracias por tu generosidad extrema al comentarme, guapísima.
    Besitos más que apretados.

  7. Calamanda

    María José, me alegra leerte. Has captado la tristeza del personaje y la trasmites con sencillez. Suerte y saludos

    1. María José Sánchez

      Muchas gracias, Calamanda. A mí me alegra siempre leerte, sobre todo porque aprendo cosas muy buenas de tu forma de expresar las ideas. Mucha suerte para ti, bonita.
      Besitos.

  8. Salvador Esteve

    Una culpa que esclaviza el alma y que va mermando las ganas de vivir. La drástica decisión de silenciar su pena solo puede ser frenada por el recuerdo de unas vidas que, sin él, perecerían en el olvido. Me ha gustado mucho, María José. Abrazos y suerte.

  9. María José Sánchez

    Salvador, muchísimas gracias por tu generosidad. No ha salido una historia muy alegre que digamos, pero el payasete me transmite tristeza con esa expresión que se adivina bajo la pintura de la cara. A ver si la próxima foto me inspira algo que vaya por otros derroteros. Encantada de que visites mi rinconcito. Siempre es un enorme honor contar con tus comentarios.
    Besitos.

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