Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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42. Las bicis también lloran

Estoy triste, olvidada en el garaje…
Aún recuerdo el día que llegué. Era 6 de enero y la pequeña Teresa al verme vino corriendo hacia mí lanzando gritos de sorpresa. Todo era alegría, risas y abrazos.
También recuerdo perfectamente el día que aprendió a montarme a dos ruedas… ¡qué gran reto! Hubo de todo: impotencia, enfado, frustración y finalmente superación.
Teresa y yo vivimos grandes aventuras juntas.

El tiempo pasaba y mi pequeña crecía, como decían sus padres, tan rápido! Mis días felices acabaron otro 6 de enero cuando, en el patio, Teresa descubrió una bicicleta nueva con ruedas más grandes, y yo quedé abandonada en un rincón.
Luego me llenó de esperanza oír que me guardaban para una hermanita por venir. Pero hubo complicaciones y tras una temporada de visitas al hospital, por la tristeza que imperaba en casa supe que nunca llegaría mi ansiada nueva propietaria.
Hace unos días hablaban con resignación de llevar la cuna, el cochecito y «algunos trastos más» a una casa de acogida de la ciudad, donde otros niños podrán aprovecharlos. Yo por mi parte voy a poner mi mejor cara para que me lleven también y así poder rodar de nuevo.

26 Responses

  1. Ton Pedraz

    Sentido relato M. Carme. Dejando patente la profunda tristeza que provoca el abandono. En este cuento te refieres a la soledad que experimenta la bicicleta, pero podría ser aplicable a cualquiera.
    Te deseo suerte.
    Ton.

    1. Cierto. Nadie quiere ser o sentirse abandonado. En el relato personifico la bicicleta, pues al vivir tantas experiencias con la niña es como uno más en las salidas a pasear, con lo que experimenta el sentimiento de abandono que tanto duele en las personas.
      Muchas gracias por tu comentario!

  2. Modes Lobato Marcos

    Veo bastsntes similitudes con el relato número 2.
    Al margen de ese detalle, el relato no está mal.
    Saludos y suerte.

    1. La verdad es que el relato número 2 también habla de sentimientos de una bicicleta, pero su historia y la de los humanos de su alrededor es distinta. De hecho, en tu relato me da la sensación de buscar entre bicis y motos unos sentimientos como los que hay entre los humanos, construyendo una historia entre los «seres con ruedas». En mi caso explico también la historia de la familia donde vive, y la bici se empapa de los sentimientos de ellos, está alegre con ellos, o frustrada o triste con ellos, y luego se siente abandonada aún entender que es el paso del tiempo lo que lo causa.
      Aprovecho para decirte que me gusta tu «prosa poética», pues en tu relato hay algunas frases preciosas.
      Gracias por leer y comentar!

    1. Gracias Lorenzo.
      La verdad es que si nos ponemos en el lugar de la bici, seguro que sentimos todo eso y más, y al leerlo te «toca la fibra sensible» me das la alegría que haber sabido transmitir sentimientos. (También es verdad que en el relato están incluídos los sentimientos de toda la familia en uno u otro momento)

  3. Ángel Saiz Mora

    Un conjunto de piezas engranadas que forman algo más que un vehículo, es una compañía asociada a lo mejor de la infancia, con lo que ello conlleva de diversión, superación y aventura. El tiempo pasa y no podemos conservar todos los objetos que nos han acompañado, no habría espacio material ni sería práctico, pero si hay uno que merecería ser rescatado sería una bicicleta, y más la de tu relato, tan cercana y humanizada que es capaz de sentir y llorar.
    Suerte y un abrazo

    1. Si nos lo pasamos bomba con ella (gracias a ella, de hecho), es bonito humanizarla y convertirla en nuestra compañera y suponer que comparte nuestras alegrías. Por ello luego se queda apenada por no poder «crecer» con nosotros.
      Gracias por tu comentario!

  4. Mª Belén Mateos

    Una bicicleta que siente parte de la familia. Y ese sentir es el que le entristece al verse relegada y posiblemente donada a otras manos.
    Expresas muy bien el sentimiento de querer ser adoptada y poner la mejor de las sonrisas para comenzar una nueva vida. Una bici con alma.
    Suerte, un abrazo.

  5. Supongo que sintiendo la bici como parte de la familia pueden pensar en quedársela en el garaje, y así al verla recordar lo bien que lo pasaban con ella. Pero si caen en la cuenta de que la herrumbre le llegará sin que giren más sus ruedas… seguro que se la dan a algún otro pequeño que la recibirá con los brazos abiertos.
    Gracias por tu comentario!

  6. Cari

    ¡Buena personificación, M. Carme! la literatura permite atravesar todas las barreras y atribuir sentimientos sin ningún límite. Me gusta tu apuesta.
    ¡Suerte!

    1. Me alegra leer tu comentario, Blanca. Me deja una sensación de «objetivo conseguido».
      Seguro que tú la llevarías a la casa de acogida para que volviera a rodar contenta.
      Muchas gracias!
      Carme.

  7. Ojalá, M. Carmen, tu protagonista tenga suerte y pueda volver a rodar, cruzo los dedos para que se fijen en ella cuando saquen todos los utensilios a regalar. Muy tierna tu historia, me ha conmovido y he sentido esa soledad y esa tristeza que, de alguna manera, sentimos también los humanos en algún momento cuando nuestros seres queridos toman otro camino y ya no tenemos tanta relevancia en sus vidas. Mucha suerte con este tierno relato.

  8. Yashira, Towanda y El Moli – me alegra leer que os llega la ternura que transmite la historia de la bici, tan llena ella de sentimientos como uno de nosotros y con ganas de vivir más aventuras.
    ¡¡Muchas gracias por vuestros comentarios!!

    1. Es bonito pensar que los objetos que más apreciamos también tienen su corazón, y por ello los cuidamos mucho, les hablamos y son parte de nuestras vivencias.
      Gracias Calamanda por comentar.

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