Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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MAY111. LA PRINCESA CALVA, de Jes Lavado

Desde que ha descubierto un castillo bajo el bonsái que le regaló su tío sus días son menos tediosos. Las horas vuelan mientras alimenta con migajas a los minúsculos (aunque voraces) cocodrilos que habitan el foso. Hoy, una bandada de colibrís magenta ha anidado en una almena. A veces juega a estornudar para espantarlos, y ríe cuando le hacen cosquillas en la nariz con su frenético revoloteo. En el interior hay un príncipe. Es delicado y solitario, y al atardecer suele bailar claqué sobre el puente levadizo, aunque su danza posee una cadencia triste. Ella sueña con el día en que termine de menguar (cada día se nota más liviana) y, ya diminuta, puedan ser amigos y jugar a adivinar el animal en el que tornará una nube, o el color que adquirirá el sol justo antes de perder el horizonte. “Pero eso tendrá que ser mañana. Ahora debes descansar, pequeña”. Dice la enfermera, cogiendo su arbolito y dejándolo junto a la ventana. Y ella protesta débilmente, porque allí no puede verlo bien. Apenas consigue vislumbrar los multicolores fuegos de artificio que escupen ya las esbeltas torrecillas, todos en su honor, dándole la bienvenida.

http://madseasonenserie.blogspot.com.es/

25 Responses

  1. Anonymous

    Efectivamente. Un buen relato que toca con ternura el mundo de la enfermedad infantil. Excelente el título.
    Suerte.

    Santi S.

  2. Anonymous

    Me parece un microrrelato PERFECTO en cuanto al despliegue imaginativo. Uno de los mejores del mes, sin duda.
    La única pega es que me recuerda EXCESIVAMENTE (si bien la temática es distinta, con la niña enferma como piedra angular) a uno de Jose María Merino, quien, igualmente, elige el bonsái como marco sorprendente para el desarrollo de su acción…
    http://tallerdemicrorrelato.wordpress.com/2012/04/10/jose-maria-merino-ecosistema/
    Si no fuera por esa infeliz coincidencia, este relato sería uno de los favoritos favoritísimos para estar arriba este mes…
    Un abrazo y suerte, en cualquier caso, he disfrutado mucho leyéndolo!
    NACHO RUBIO

    1. Eduardo Iáñez

      Coincido en todos sus términos con el comentario de Nacho, que no en balde parece ser considerado ‘in pectore’ como el crítico más atento y digno de consideración de esta página.
      Enhorabuena a Jes por su relato, que a pesar de la coincidencia está estilísticamente muy bien medido; pero también a Nacho por sus (siempre) certeras opiniones.
      Saludos.

    2. Muchas gracias, Nacho. Y gracias también por traer el texto de José María Merino, que no conocía. Yo, en cambio, no creo que sea una coincidencia «infeliz». De hecho, tras la sorpresa inicial, me he llevado una gran alegría. ¡Si he sido capaz de imaginar cosas similares a las que escribe uno de los grandes es que voy por buen camino! Es para mí un gran honor ser comparada con él.
      Un abrazo.

  3. Bonito relato, y como soy parte de ese colectivo usuario de hospitales y quirófanos diré que para mi todos los que trabajan cerca de los que estamos enfermos y nos cuidan y nos hacen un poquito mas llevaderos esos días interminables de hospital, son como ángeles o hadas.
    Saludos.

  4. Anonymous

    En cualquier caso la sensibilidad y buen hacer del autor/a me parecen fantásticos. A mí, simplemente, me ha encantado ¡Enhorabuena!

  5. Un relato excelente, muy sensible (que no sensiblero), que me ha tocado la fibra y me ha gustado mucho. ¡Mi felicitación a Jes Lavado, a quien deseo mucha suerte!

    Respecto a la aportación de Nacho Rubio, he leído el relato de J. M. Merino y efectivamente hay coincidencias, pero encuentro también mucha distancia entre ambos. En muchos aspectos, hay un gran contraste que los hace completamente distintos: en temática, en tono, en ritmo, en estilo, en intención, en desenlace, etc.
    Además pienso que se pueden decir las cosas de muchas maneras. El tono es muchas veces más importante que el contenido. Ahora que cierto entrenador de fútbol ha puesto de moda meter el dedo en el ojo ajeno, creo que hay que cuidar más las formas y ser prudente al poner pegas. Y en este foro tan agradable como tranquilo debería evitarse el tono de superioridad, ya sea pedante o acusatorio. No se puede descalificar un relato con la «pega» de una «infeliz coincidencia»; porque ese relato, quiérase o no, queda ya lastrado, señalado por un dedo acusador. Sin embargo, que un relato recuerde a otro no es necesariamente una pega; es más, puede ser una feliz coincidencia. ¿O hay que recordar que en literatura está permitida la huella (consciente o subconsciente), la influencia, la filiación?

  6. Aquí el narrador se adentra en los pensamientos de esta niña enferma y los trasmite con mucha fidelidad y ternura. Es la mirada infantil la que ve más allá de la realidad y lo difícil es saber plasmarla con este ritmo y delicadeza.
    Un abrazo.

  7. Anonymous

    Es bueno, sí, y además veo que te ha valido la victoria, enhorabuena. Pero la ‘sospechosa’ coincidencia con el de Merino, está ahí, es un hecho innegable.
    Saludos.

    Santi.

    1. Isa

      Hace dos meses que llenamos este blog de dinosaurios monterrossianos y a nadie le pareció mal, y de caperucitas hace poco ¿no?. El relato es una historia redonda y funciona. Y si no lo ha copiado, como parece ser, pues a mí me vale.

  8. Enhorabuena, Jes, por ser seleccionada para el mejor libro de microrrelatos que se podrá leer dentro de un año. Tu relato es precioso, dulce, imaginativo y triste, y está muy bien escrito.

  9. Buen relato con ese castillo donde la princesa pasa sus largos días para olvidar su enfermedad. Solo hasta el final descubrimos el porqué de ese título. Enhorabuena, Jes

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