Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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6. METAMORFOSIS

(A Nuria Rubio González)

Permanecíamos expectantes en la plaza, frente al balcón del ayuntamiento. A la alcaldesa la habíamos elegido por su cintura mareante, sus piernas letales, y por tener los pies bien pegados a la tierra ellas. Guardábamos un silencio planetario.
«Vecinos y vecinas de Piscis, ciudad puerto de mar. Tienen ustedes que cumplir con su obligación, mas nunca a toda costa y como si fueran islotes. Les agradecería que, de vez en cuando, mordieran el anzuelo de la fantasía, dejándose arrastrar por la ola en pos de la orilla hojaldrada. Mejor que pescado, coman verduras, fruta, carne. No les escamen naderías y prueben los baños con algas. Menos tranquilizantes y más escuchar el rumor narcótico de una caracola. Que no deba certificar que son unas quisquillosas o unos pedazos de atún. Disculpen que aparezca con posidonias enredadas en la melena. Estoy muy contenta, pero mi gozo sería mayor de encontrarme en una piscina, junto a los delfines, haciendo las delicias de los niños. Jamás en la lonja o en una pescadería, partida por la mitad».
Con los desplazamientos de la regidora cuando viniese a saludarnos, valga decir a pie de playa, esperábamos escuchar el imaginario chapoteo; pero le crecieron alas y voló.

58 Responses

  1. Jesús Garabato Rodríguez

    Hola, Eduardo. Llámame retorcido, pero en el primer párrafo ya «retratas» la forma de actuar de muchos. «Elegimos» algo (o a alguien) no por lo que debería ser importante en cada caso, sino por su apariencia, o simplemente para escuchar lo que queremos oír. En gallego «engaiolar» (una gaiola es una jaula) significa engañar, seducir, encantar, enamorar… Como ocurre con esos cantos de sirena que sueltan por la boca muchos (o todos) políticos, o sus trasuntos en otros campos. No sé el significado de que le hayan crecido las alas, como a sus antepasados, a la pobre sirena, pero me da que ha salido ganando: tarde o temprano acabaría siendo pasto de la voluble opinión de sus palmeros. Un muy buen y, para mí, alegórico relato. Suerte y un abrazo, Eduardo.

    1. Eduardo Martín Zurita

      Hola, Jesús.
      Soy de tu misma opinión: una retirada a tiempo es una victoria segura. Qué bonita es la lengua gallega. Aunque en un principio la mente se me iba a otra cosa, a esa cosa quiero decir. Con lo mimético que soy, te aseguro que en tres meses, no le doy más tiempo, ya la estaba hablando más que regularmente. Le han crecido las alas a la buenorra convertida en sirenita porque ha dado de lado al poder. Precisamente el día de confirmar la alternativa, el día de su baño de masas, que no de algas, jaja. Ya lo dijo Nicolás de Maquiavelo: «El poder corrompe. Y el poder absoluto, corrompe absolutamente». Un abrazo interminable, amigo.

  2. Ángel Saiz Mora

    El personaje de la alcaldesa le viene como un guante a la mujer de la fotografía, a la que has situado en un foro en el que es escuchada con el respeto que merece, con unas proclamas o recomendaciones a la ciudadanía que vienen motivadas por su naturaleza, en la que se maneja como pez en el agua. Su discurso es un derroche de expresiones marinas integradas con elegancia y gran habilidad en el texto. Pero esta primera edil va más allá de la naturaleza que le es propia y que supera, para volar como un ángel.
    Un relato marca de la casa, original y trabajado, rebosante de expresividad.
    Un abrazo Eduardo. Suerte

    1. Eduardo Martín Zurita

      Hola, Ángel, mi gran Ángel, amigo.
      Gracias, Ángel por tu comentario, tan ponderado como siempre. Tiene su gracia, sí, el encaje de todas esas expresiones del discurso. Tan sentidas por la primera edil (porque edil es concejal). Fíjate lo que son las cosas, Jesús Garabato se preguntaba, bien hecho, por la razón de que le hubiesen crecido alas a la tía buena y juiciosa convertida en sirena y al fin en sirena alada, pues porque vuela del poder. Así como muchos y muchas se vuelven loquitos por abrazarlo, ella, el día de su confirmación popular, de su baño de masas, como a Jesús le digo, pone alas en polvorosa, valga decir. Escapa del poder, que tanto luego atenaza, y vuelve a quien lo toma un preso aferrado a la poltrona. Y a veces un corrupto, y etcétera… Está alcaldesa era una iluminada. Prefiere a eso su libertad, y tanto al fin la desea que se torna alada. Y, claro, vuela de allí, dejando al personal compuesto y sin novia.
      Gracias también por tus buenos deseos para con mi texto. Un abrazo muy muy entrañable, amigo mío.

  3. Barceló Martínez

    ¡Qué grande eres Eduardo! ¿Qué podría decirte yo que no hayan comentado estos monstruos que me anteceden?, únicamente: ¿dónde puedo comprar tus libros? La verdad es que me parece un pecado no tener que pagar por disfrutar de muchas de las perlas que aquí son engarzadas por hábiles joyeros como tú.
    Abrazos para ti y para Edu.

  4. Eduardo Martín Zurita

    Hola, Juan, dilecto maestro y amigo mío.
    Bien te has extendido en el comentario, prueba cabal de tu generosidad. Y siempre encerrando algo especial en tus renglones. Mucho. Es bárbaro lo bien que se te da motivar, amigo. Cuando afirmo que eres un maestro, aludo también a esta condición tuya tan positiva. Al menos conmigo funciona de maravilla, como la luna influencia las mareas. Y me gusta sobremanera que te muestres tan espontáneo y tan entusiasmado. Eres un bueno, sensible, inteligente y artista.
    A mí también me gustan los remedios naturales, como a ti y al señor Sánchez Dragó, aunque el dragón parece que solo vive pendiente de los sesenta y muchos remedios diarios que se coloca entre pecho y espalda. Un ejemplo: la próstata. Conozco hombres con cincuenta primaveras que están operados, que les han birlado la glándula prostática. Tomo cada día dos cápsulas de «Prosnova», que contienen palmito o sabal o serenoa repens o serenoa serrulata y pygeum africanum. Y si me veo que tal pipas de calabaza, que hacen del orinar algo meloso. Y, hombre, no estoy como cuando cuando era más joven, jaja, pero casi. Mi flujo no se revela inconstante y/o multidireccional, más propio de una fuente de fantasía, como escribí en un relato. En fin, allá cada cual. Yo no presumo de ser carne de herbolario. Pero…
    Las sirenas aladas, sí, no se te escapa una, amigo sagaz, su ilustrísima. Eres la bomba, pero de confitaría. A la tía mollar y juiciosa convertida en sirena, le crecen alas para ahuecar el ala precisamente, para volar del poder que ata y corrompe. Su última metamorfosis tiene esa razón de ser, que ni quería revelar ni tenía ya espacio al efecto, ni me apetecía abrirle cancha al argumento tampoco, no fusilando así la imaginación del posible lector.
    Nuria Rubio González, hay otras Nurias Rubio: una es locutora de radio, y hay una Nuria González Rubio, que es una escritora andaluza. N.R.G. es, sencillamente, mucho. Como tú, más que en versión femenina. Y, estaría bueno que tuviera que darte permiso para que la celebres. Bienvenido al club. Ya me has dejado palabras para tu carpeta. No tienes desperdicio, Juanes, te llamo así en el comentario que te hice hace horas, no por el cantante colombiano, ya quisiera él, sino porque eres plural. Más completo que un abrigo largo.
    En fin, que las sirenas y otras yerbas nos protejan. Renuevo votos como fidelísimo caballero de tu corte. Rendido siempre ante tu soberana majestad. Un abrazo que no sé cómo voy a poder darte si he hincado rodillas en tierra esperando a que me toques otra vez con tu espada. Me incorporo y te lo doy: uno ampliamente entrañable.

  5. Eduardo martín Zurita

    Hola, Ángel Barceló, mi gran amigo.
    Tú sí que lo eres, que vas a estar en el libro, qué bien lo barrunté, como un sabueso. Y lo celebré por todo lo alto: de largo lo venías mereciendo. ten paciencia, amigo mío, todo se andará. Cuando me jubile pienso escribir a tope. Estoy como los presos, descontando fechas. Me quedan un ÑO Y once meses. Ahora bien, te digo una cosa: si quieres leer un relato mío más en largo, el primero que tengo publicado, pásate por una revista que se llama «El Callejón de las Once Esquinas», (lo buscas en Google o con el buscador que utilices, por Internet, quiero decir, o vía Facebook. En el número cinco sale ese texto, en la página 111 y bajo el título «A muerte». Y ya me contarás. Esto también es gratis, qué bien.
    Gracias por enaltecerme, amigo, y un abrazo muy entrañable con un beso de EDU.

  6. calamanda

    Martín, un lujo estos comentarios que levanta tu obra, original y bien llevada donde las haya, y los tuyos propios. No teneis desperdicio ninguno, ni escribiendo ni analizando, y si mucha, incluso excesiva, generosidad y respeto por todos los que aquí pululamos. Me alegra tu vuelta como comentarista y deseo lo mejor para ti y los tuyos. Besos a Edu. Abrazos y suerte

  7. Eduardo Martín Zurita

    Mi predilecta y fidelísima y queridísima Calamanda Nevado.
    Tu voz es música de la excelsa sonando y sonando en mis oídos. Nunca me fatiga tu voz amiga y, en su brevedad, exquisita y certeramente enjundiosa. Tú sí que eres sin par donde las haya. Respeto os tengo y amor, qué narices a estas alturas. Te agradezco mucho muchísimo lo que predicas de mi humilde intento de bien hacer. Y celebro inmensamente que pulules por aquí, tú y los que a ti se asemejen. Besos de los muy enormes para tu persona y quien te adore, bendito destino el suyo.

  8. Hola, MARTÍN, amigo. Celebro que no te hayas perdido, y que hayas vuelto al ruedo microrrelatístico enteciano, así que aquí mismo paso a comentar esta METAMORFOSIS, que me ha gustado, y mucho.
    Así como no hay dos mujeres iguales, tampoco hay iguales dos sirenas: algunas se ciñen a las escamas tradcionales y otras, como la que motiva el relato, es una sirena alada de esas que, antes de dejarse corromper por el poder y convertirse en «bagrerena»- lamento decir que así le sucedió a una en mi país, y no hace mucho 😉 – vuela en busca de mejores horizontes.
    Muy pertinentes y atinadas todas las metáforas acuáticas y marinas; tanto así que no me costó nadita de nada morder el anzuelo de la fantasía…

    Un placer haberte vuelto a leer por aquí.

    Cariños,
    Mariángeles

  9. Eduardo Martín Zurita

    Hola, Mariángeles, querida amiga.
    Pues sí, estoy por aquí, no me he perdido. Y eso así tenido lugar por personas como tú, que me brindasteis un cariño fabuloso.
    Gracias por tu comentario. En efecto, aunque el final es abierto para que trabaje e imagine la mente del lector, la clave es la que dices: se echó para atrás del ejercicio del poder, tantas veces nefando, y a volar, seguramente como se anticipa en el texto , junto a los niños, que personifican (salvo excepciones, que las hay) el candor, la inocencia frente al poder político coercitivo que nos traslada al despotismo y a la perversión.
    A ver si me paso por tu web como te dije,. Lo estoy deseando. Otro beso trasatlántico y entrañable, amiga mía.

  10. Salvador Esteve

    La edil, además de los pies en el suelo, tiene una mente lúcida y una personalidad vigorosa. La proclama iba directa a sus conciencias, a la libertad de pensamiento, a no marginar la imaginación. Intentaba metamorfosear a corderos en lobos. Y para demostrar que todo es posible vuela del poder, demostrando con ello que el poder verdadero está en la libertad de elegir nuestro camino. Estupendo y reflexivo relato, amigo Eduardo. Abrazos y suerte.

  11. Eduardo Martín Zurita

    Hola, Salvador, amigo mío.
    Todo cuanto dices es cierto y lo expones como ninguno. La libertad de elegir nuestro camino: ese es el más formidable de los corolarios, que nos descubres, que nos revelas.. El cambiar de opinión, como una de sus variantes, aunque parezca que lo hace sobre la marcha la alcaldesa. A mí me da que lo tenía premeditado: primero les lanza esa proclama y luego echa a volar con los niños (cuestión que anticipa)lejos del ejercicio del poder.
    En cuanto a la dedicatoria: es mucho más que SUPERMERECIDA. Nuria Rubio González es un pedazo de persona con mayúsculas, de ser humano; es un ser humano inmenso, como tú, querido Salvador, tantas veces poeta, amigo mío.

  12. María José Sánchez

    Eduardo, tu fantasía desborda cualquier clase de medida que se le intente poner. No tiene límites ni fronteras. Con tus textos, nos sumergimos en continuos viajes sin necesidad de movernos. Me puedo hacer una leve idea de lo que Edu disfrutará con un papá así, escritor de relatos coloridos y maravillosos . Aparte, tengo que decir que juegas con las palabras y sus diferentes sentidos como pocas personas. Eres tremendamente original. Tú me comparas un poco con Nuria Rubio y Laura Reinón. Yo te coloco junto a Juan Pérez. Para mí sois dos REYES del tema fantástico. Os desenvolvéis como “peces en el agua”. Os hago la “ola”.
    A tu particular alcaldesa que, en principio, parece ser terrestre ( pies sobre la tierra), después acuática (por aquello de la piscina con los delfines) y al final nos sorprende con un espontáneo vuelo, yo la califico de señora todoterreno. Sobrevive en cualquier medio aunque uno le prive más que otro. Desde mi punto de vista, tomando también como referencia el término “ planetario”, pienso que toda esta maravillosa obra no es sino una alegoría acerca de la naturaleza, del medio ambiente en general.
    Me ha gustado, no mucho sino muchísimo o lo siguiente. Tú sí que debes zambullirte en las páginas de ese libro anual. Enhorabuena, Eduardo. Te sigo felicitando por existir y regalarnos tus magníficas letras y tu enorme generosidad sin condiciones.
    Nube de besitos.

  13. Eduardo Martín Zurita

    Hola, María José.
    Muchas gracias por tu extenso e intenso comentario. Por personas como tú vale la pena escribir. Y ser leído. Tú sí que eres especial. Es verdad que me gusta jugar con las palabras, con su alcance, con su significado, tratando de sorprender o de cautivar, Que me coloques al lado del Juan Pérez Díaz es el mayor honor que podrías hacerme. Lo he afirmado, pero no me duelen prendas volverlo a repetir: ese señor al que me igualas casi es, con diferencia, lo mejor de este blog. Él sí que se sale de cualquier parámetro y desborda todas las previsiones. Su cultura: total y , además, es una bellísima persona. Como Nuria Rubio González, que se sale como escritora y como persona y como Laura Reinón y como una tal María José Sánchez.
    El texto está abierto a la interpretación lectora, y la que propones es de recibo por mi parte por ser por demás sugestiva. La naturaleza y el medio ambiente son temas que me apasionan, Tanto como el descuido al que se ven sometidos por los mandamases y lo comercial. Las letras, no sé yo. Pero la generosidad la recibí y me la enseño mi padre. Ese hombre sí que era generoso, María José. Tenías que haberle conocido. Muchos besos para ti, toda una colección de besos entrañables.

    1. María José Sánchez

      Eduardo M. Z . : ser humano maravilloso. Ojalá hubiese más gente como tú por el mundo. Puedes estar muy orgulloso de las enseñanzas de tu padre. El mío era también un hombre de principios. Eso se transmite de generación en generación.
      Aprovecho para enviarte mucho cariño.
      Nube de besitos para mi precioso Edu, por supuesto.

      1. Eduardo Martín Zurita

        Tú sí que eres maravillosa, escribiendo y como persona, un pedazo de ser humano. Creo que lo es, entre otras cualidades o aptitudes, todo aquel o aquella que reconozca las virtudes ajenas. Mi padre era también un hombre de principios, más recto que un ciprés. Luego tenía sus cosillas, como yo las tengo. Pero me gusta ser feliz para poder hacer felices a los demás. Demasiado ingrata es tantas veces la vida como para andar fastidiándonos los unos a los otros en este viejecito que es la vida, donde olvidamos que el día, como diría Luis Eduardo Aute, solo es un punto, un punto de luz, frente al boquete sideral de la luz, del que habla Caballero Bonald, ante la eternidad, «luz ilesa», para el descomunal poeta Ángel González.
        Tú eres, María José, de ese tipo de seres humanos a los que he aludido, un ser humano con mayúsculas con una sensibilidad exquisita, que no te guardas para ti, que transmites consiguiendo emocionar. Eres como escribes. O sea, mucho. Cariño a raudales para ti en forma de besos entrañables y emocionados. Y de tu precioso Edu, un montón de ellos más.

  14. Para empezar, ya me gusta el título (yo tengo un microrrelato de corte fantástico con ese mismo título). Luego me sigue gustando el resto, como no puede ser de otra forma. Pero, sobre todo, me encanta el final; la veo salvada de que se la acaben zampando. 😀

  15. Eduardo Martín Zurita

    Hola, Edita.
    Muchas gracias por tu comentario. Con el título tenía dudas por si estaba muy manido, Kafka, tú misma… Pero no encontré otro mejor, que le fuera al pelo al relato. Pues la alcaldesa-sirena, pobre, igual acababa en una lonja o en una pescadería, cualquiera sabe. Volar es para pájaros pero también para personas con buenas dosis de imaginación, y creo que a ti te sobran. Y, desde luego, ejercer el poder no es nada agradable. Donde estén las piscinas con delfines y con niños mirándolos… Un beso grande y agradecido.

  16. Noi cabe duda de que tú nadas a contracorrientre de los clichés, surfeas el diccionario, y te sumerges en la imaginación a pulmón libre. Luego, agitas los ingredientes, y nos ofreces una delicada mousse con aromas marinos, humanos, eduardianos puros.
    Mucha suerte,
    Un abrazo.

  17. Eduardo Martín Zurita

    Hola, Paloma.
    Buen comentario el tuyo, excelente; muchas gracias. También en esto eres maestra. Así que poco que decir, como no sea suscribirme a ese «contracorriente» tan esperable de un microrrelato. Llevio años en esta «santa sede», sin ironía, y no sé muy bien si hay que escribir un relato (arriba pone «Enviar relato»)o un microcuento; juzgarse, por lo que llevo visto y entiendo, los textos se juzgan como microrrelatos, eso sí lo tengo claro.
    Un beso muy grande, maestra siempre y amiga mía.

  18. Hola, Eduardo.
    Una ciudad deliciosa, Piscis, para más inri porque yo soy de allí. Abierta a la imaginación, detalle que valoraría a la hora de elegir dónde vivir…
    Un micro sensacional, Eduardo. Hay una frase que es deliciosa «mordieran el anzuelo de la fantasía», pues ojalá nos atreviéramos más veces a engancharnos a este tipo de anzuelos. Sin imaginación y sin fantasía quedamos desnudos de niñez y eso es muy malo.
    Un abrazo muy grande y muchísima suerte.

  19. Eduardo Martín Zurita

    Hola, Towanda.
    Por comentarios como el tuyo me salen positivas las cuentas de escribir. No te puedes imaginar lo importantes que son para mí tus comentarios, y claro, si son elogiosos ni te cuento… Estoy contigo, somos de la patria de la niñez y a ella tendríamos que rendirle homenaje vía conductas. Y qué decir de la fantasía, pues que es la ambrosía de la vida.
    Lo de «sensacional», que ya te digo que me instala en un nube, me trae al Dúo Dinámico y su canción «Quince años», ves si es que todo se relaciona. «Y cuando baila es sensacional…» Ella y tú.
    Un beso grande, muy grande y muy entrañable.

  20. Nuria Rubio

    Eduardo, querido amigo, lamento no haber podido agradecerte antes el hermoso gesto de dedicarme tu relato. Es todo un honor para quien, por circunstancias personales, únicamente ha publicado tres relatos en ENTC. Mil gracias, de corazón.

    Como amante del mar, nado gozosamente en las aguas de términos y expresiones marítimas que, con habilidad narrativa, se deslizan con suavidad por el texto.
    Como mujer Piscis, quedo prendida del «anzuelo de la fantasía» que reivindica la sirena-alcaldesa en su discurso. Porque fantasear, imaginar, fabular es una de las más valiosas manifestaciones de libertad al alcance de todos. Porque la libertad hermanada con la fantasía es, a mi juicio, el tema central del relato, un tema latente en las palabras de la protagonista y presente -de un modo radical- en su metamorfosis final.

    Te envío mis mejores deseos para este maravilloso relato que, literalmente, presta alas a la fotografía propuesta.
    Un abrazo y un beso inmensos.

    P.S. Juan Pérez y Salvador Esteve: Muchísimas gracias por vuestras amables palabras hacia mi persona. Desde hace un tiempo, contáis con toda mi admiración como escritores y con todo mi cariño. Sois dos «joyas entecianas» en mi corazón.

  21. Eduardo Martín Zurita

    Nuria, queridísima amiga mía.
    El honor es mío, estás más que disculpada. Espero y deseo de todo corazón que esas circunstancias personales desaparezcan lo mas pronto posible de tu vida. Tú sí que eres hermosa, no hay que atender sino a la manera que tienes de escribir para hacerse el cargo de la belleza de tu alma. Una belleza exquisita. Tres textos publicados en ENTC, que valen su peso en oro. Y un puñado para «La voz silenciosa», un microrrelato que ganó el premio mensual de abril de 2012, creo recordar, con el titulo «Historia de Amor» y algún otro texto por la red. Renglones todos inolvidables. Un millón de gracias a ti por ser como eres.
    Cualquier palabra con la que calificara la exégesis que realizas del relato no haría sino enturbiar las claras aguas de tu discurso. Lo voy a releer otras cien veces. La calidad de tus letras me hacen volver al deseo de que te encuentres pronto por aquí y por donde te lleven las mareas literarias. Para que tu pleamar nos deslumbre con su caudal vuelto luz.
    Un abrazo y un beso inmensos para ti también de tu rendido admirador.

    1. Nuria Rubio

      Aunque reduzcas a la mínima expresión mi presencia literaria en la red 😉 , te agradezco los elogios hacia mi escritura (un tanto -o un mucho- exagerados e inmerecidos).
      Muchas gracias por tus generosas palabras hacia mi humilde persona y por tus buenos deseos.
      Abrazo y beso de vuelta.

      1. Nuria Rubio

        ORGULLOSÍSIMA de esta dedicatoria, queridísimo amigo.
        Lo de «reducir a la mínima expresión mi presencia literaria en la red» era un guiño cómplice por referirte a algunos de mis escritos… dando en la diana, pues a algunos los guardo en mi corazón con especial cariño. ¡¡¡MIL GRACIAS!!!

  22. Nuria Rubio

    No he estado afortunada en mis dos últimos comentarios. Lo lamento profundamente. Debí agradecer en otros términos las bellísimas palabras dirigidas hacia mi persona y mis textos. Y, lo que es más importante, debí corresponder -no por cortesía sino por justicia- a quien me ha ensalzado con tanta generosidad.
    Eduardo, eres un gran escritor y un ser humano mayúsculo. Tú sí que eres digno de una total admiración. Espero que puedas perdonar la torpeza que he cometido al no expresarlo en mis comentarios anteriores. A veces, cuando existe cierta complicidad, damos por sentado ciertas cosas y no las decimos/escribimos.
    Gracias, gracias, gracias por el regalazo de tu dedicatoria y de tus palabras. Soy una privilegiada por contar con la admiración de un relatista magnífico y un comentarista de lujo, uno de los mejores de ENTC.
    Te deseo, de todo corazón, lo que mereces: toda la suerte del mundo. Ahora y siempre.
    Un abrazo inmenso, lleno de cariño y agradecimiento.

  23. Eduardo Martín Zurita

    Bueno, Nuria.
    Ni que decir tiene que acepto de buen grado tus disculpas. Y mucho más si cabe con esa manera tuya tan hermosa de pedir perdón. Todos podemos meter la pata (yo suelo hacerlo más de lo que me gustaría porque soy impulsivo y me precipito, pero también para dar cariño, porque a mí me gustan las personas, y todos tenemos mucha cosas bellas; tú, Nuria Rubio González, tienes muchísimas. Como escritora eres punto y aparte (vaya, casi me ha salido un chiste) y como persona te digo que solo una muy muy grande, con un corazón como el que tú tienes, tan inmenso, hace lo que terminas de hacer tú. Con esa grandeza y esa humildad al mismo tiempo. Me dejas más admirado todavía. Trato de escribir mejor, ahí queda todo. Y me gusta escribir porque demanda de mí control. Y en los comentarios, trato de dar con lo mejor que tenga el relato y ponerlo de manifiesto. No es una tarea complicada porque es más que patente que ENTC está plagada de grandísimos escritores y escritoras. Solo te equivocas en una cosa: el privilegiado soy yo. De eso no tengas la menor de las dudas. Te deseo lo mismo y te copio: toda la suerte del mundo ahora y siempre. Y como me encanta, me hechiza tu manera de escribir, me despido a la manera tuya: Un abrazo inmenso, lleno de cariño y agradecimiento. Esto que sigue es de mi cosecha, no sé si muy original pero sí te aseguro que muy sincero: Gracias por existir y ser del modo que eres.

    1. Nuria Rubio

      Gracias eternas, Eduardo.
      Un beso y feliz todo para ti siempre (esta fórmula de despedida la copio de alguien muy especial: de ti)

  24. Marta Trutxuelo

    Edu… suscribo las enhorabuenas, felicitaciones y deseos de suerte de todos los compañeros que ya te han comentado antes que yo… relato magnífico, creativo e inmenso como un océano en despliegue de léxico en ese sentido… y no se te ha ahogado la trama en ningún momento, je, jee…

    Me ha gustado mucho… muy sutil, metafórico y con la sorpresa final que enlaza con el título… a mí me ha sugerido una sirena-dragona, fíjate…

    Enhorabuena y gracias por compartir tu gran ser feliz todo para siempre con nosotros, Edu!

    Muxu handi bat!!!
    Marta

  25. Eduardo Martín Zurita

    Hola, Marta.
    Placer de los grandes tenerte por mi humilde rectángulo. Bueno, me encanta tu comentario, qué le quieres, que diría el gran Garabato. Tú sí que eres un océano de palpitante corazón generoso. has captado a la perfección el corpus y el animus del texto. Gran autora eres y pareja hermeneuta. Hay que ser felices para hacer felices a los demás, es uno de mis lemas favoritos. Los buenos comentarios constituyen el alimento mejor para nutrirme y volver a saciar mi instinto de escritor. Con una versión del lema te dejo, que no por sabida siempre viene bien: feliz todo para ti siempre, amiga, princesa de los Abogados.
    Muxuak llenos hasta la bandera de un cariño entrañable.

  26. J. Ignacio

    ¿Qué hay de nuevo, viejo? 😉

    No he leído los kilométricos comentarios, así que igual me he perdido algo importante. Pero bueno, en todo caso, me ha gustado mucho. Y si la dedicatoria es para quien imagino, no puedo por menos que suscribirla y aplaudirla.

    Hay mil y un detallitos por ahí, todos igualmente encantadores. Me sacan la sonrisa y un inevitable guiño, aunque hay algo que no pillo: ‘por tener los pies bien pegados a la tierra ellas’. No pillo quiénes (o qué) son ‘ellas’

    Si tuviera que decirlo en tres palabras, serían ‘muy bien currao’; si fueran solo dos, sin la menor duda diría ‘muy sugerente’; pero como no quiero extenderme demasiado y, además, se puede expresar con solo una, con tu permiso elijo esta:

    b r a v o !!!!

  27. Eduardo Martín Zurita

    Hola, J.
    Aciertas en todo. En lo de viejo, mejor dicho: pre-viejo, que no es lo mismo, a ver si la vamos a tener. Y de nuevo, pues tu estupendísima visita, querido amigo. Por ahí he dicho que me gustaría conocerte en vivo (nunca in vitro, claro; algo muy retroactivo)y lo mismo que no te apeo el tratamiento, dejo en pie la oferta. Si te imaginas a una dulzura, un auténtico corazón con piernas, una escritora de raza con una sensibilidad suntuosa y una inteligencia más clara que las aguas del manantial del pueblo de cada uno, si te refieres a una tal Nuria Rubio González, a una mujer más legal que una póliza, pedazo de ser humano, has dado de lleno en el clavo, la misma que viste y calza, digna, en efecto, de aplausos sin tasa. Inmensa ella. Feliz todo para ella siempre. Como para ti.
    «Ellas» son lo que tú quieras, las que quieras tú. Se me ocurre que pudieran ser las parejas de hecho, de Derecho o de desecho de «ellos». Tanto da. Pero no da lo mismo la despedida, me quedo con ese bravo!!!! aunque no te hubiera dado permiso, pánfilo de mí. Me alegro de tenerte por mi humilde rectángulo, por mi reconditorio, palabra que ya puedes figurarte de quién aprendí, ¿o no? Para que no se nos ruborice, te dejo las iniciales: J.P.D. Ese, ese, ese mismo, el más grande, con permiso de usted, don J.I. Y de la más grande, N.R.G. Un abrazo de su amigo vuelto anaconda: E.M.Z. Brava, muy brava su exégesis. Muchísimas gracias, a sumar a las que su ilustrísima tiene y pone en suerte.

    1. J. Ignacio

      Bueno, chavalín, pues mil perdones, usted disculpe y todas esas cosas. Gracias por acordarte de mí y por la propuesta, que ya dejó caer el tal J. P. en cierta ocasión, ojalá se den las circunstancias para hacerlo posible.

      Tenía pendiente el respondente, disculpa el retraso. Ultimamente vivo sin vivir en mí. Ah! Por cierto: sigo sin pillar lo de ‘ellas’, ya ves lo espesito que estoy… cosas de la edad, supongo, en fin… 😉

      1 abrazote (por partida doble)!!

      1. Eduardo martín Zurita

        Hola, J.
        Lo de chavalín me pone en mi centro exacto. Lodije, que quería verte, en un comentario a María José Sánchez, y me encantaría que fuera una concreción y no se quedase en un simple deseo. Y si agregamos a J.P., y aotras y otros que cito en ese comentario, pues me hallaría en el cielo. ¡Tan alta vida esperas que vives sin vivir en ti? Muchacho, ojalá sean cosas buenas las que te entretengan tanto. Bueno J., lo de ellas ya es la repanocha. Pongamos que son las mujeres, las que no son ellos vamos, mayormente con derecho a sufragio. Y sí no, lo que tú quieras dilecto amigo, no será porque adolezcas de imaginación.
        A mí tú no me puedes, doblo la apuesta en brazos, en abrazotes. Te he agradecido en tu reconditorio, como dice J.P., todo ese despliegue de erudición del que haces gala.

        1. Eduardo Martín Zurita

          Hola,J.
          Ante la imposibilidad de agradecerte la vivisección que haces de tu relato en tu reconditorio: por más que lo he intentado, chico, no se abre el espacio para comentarte, pues lo hago aquí, en mi humilde rectángulo. Todas esas relaciones y conexiones que estableces en los renglones de tu texto lo hacen todavía más atractivo a mis ojos, a mi intelecto, a mi gusto literario y lo encumbran a lo máximo, a la cima más absoluta. Yo ya sabía que tenías categoría, mucha, amigo mío, pero me has demostrado que tienes la máxima. ¿No sé si te imaginas por qué hago una afirmación tan rotunda? Creo que sí que te lo imaginas (fíjate tú).
          Ah, y ellas, que no se nos olvide, son vecinas de esa ciudad inventada «Piscis». Normalmente las mujeres tienen los pies y los ojos más pegados a la tierra. A nosotros se nos van los ojos que no veas. Tiré de la elipsis, gran amigo mío, para evitar decir vecinas, que ya dice la alcaldesa acto seguido, o nuestras mujeres, o las mujeres, jóvenes, jovencitas y niñas… Del contexto se infiere lo que significa «ellas»;, pero, bueno, puedo explicártelo cuando nos conozcamos si te parece. Igual te digo que eran sirenas. Un grandísimo abrazo, gran Ignacio J.

  28. Después de leer tu relato me voy salpicado de imaginación, Eduardo. Un discurso muy marino, estupendo el encaje que haces de la terminología temática con el meollo de la cuestión. Encantado de picar en este anzuelo.Un placer leerte.

    Un abrazo.

  29. Eduardo Martín Zurita

    Hola, Antonio.
    Inesperada visita, la tuya, que me enluce un día malo por el que estoy atravesando. Como se me ha tildado de caótico algunas veces, escribiendo, y creo que con razón, en este texto he tratado de buscar la «compactividad», como denomino al principio de la congruencia, inexcusable en todo relato: todo tiene que venir a cuento y las partes tienen que estar en consonancia con el todo y ponerse a su servicio, prestarse a él. Por lo que dices, parece que lo he conseguido. Todo marino, en efecto. Encantado de que hayas picado y no tengas la sensación de haber perdido el tiempo, amigo. Será un placer leerte a ti. A ver si te localizo. Un abrazo de vuelta.

  30. Eduardo, un relato lleno de expresiones marinas, engarzadas, como las perlas de un collar, en cada frase de un texto lleno de fantasía. La honradez de la edil-sirena se ve representada en esa alas que le crecen para que pueda alzar el vuelo, abandonando su puesto y recobrando su libertad.
    Me ha gustado mucho, todo el texto es una gran metáfora.
    Enhorabuena y te deseo mucha suerte.
    Besos apretados llenos de poesía.

  31. Eduardo Martín Zurita

    Hola, Pilar, poeta, maestra, amiga.
    Gracias por tu comentario, muchas; un comentario que me llena de gozo. Como tus parabienes y buenos deseos. Una gran metáfora como inmensa es la mar océana. Tenía que haber fantasía por fuerza en un texto sobre una sirena. Y sí que es honrada, sí, la alcaldesa-sirena. Ese desapego del poder debería ser contagioso, una pandemia para ser más exacto. Pero el poder se ciñe más que una maroma, y aprieta y llega a impedir las mejores intenciones de las almas más predispuestas a la bondad. Lo dijo Maquiavelo: el poder corrompe y el poder absoluto, absolutamente.
    Besos poéticos y bien apretados para ti, henchidos de lo poético. Poesía cada día.

  32. María Rojas

    Tanto te han dicho Eduardo, que solo te diré tres cosas:
    Me encanta que hayas vuelto y un beso a Edu.
    Felicidades por vivir en un puerto de mar igual que en la realidad lo hago yo y por sentir el barullo de los maravillosos seres marinos que tan bien saben moverse en agua, aire y tierra.
    Abrazos de agua salada

  33. Eduardo Martín Zurita

    Hola, María.
    Gracias por tu comentario. El mar es nuestro origen: somos peces curiosos, de vuelta del agua pero de vuelta al agua también. la nostalgia marina suele ser común en nosotros. El mar es inagotable fuente de inspiración literaria. Qué suerte tienes viviendo donde vives. Pues le das a Edu un beso justo el día de su cumple. Dentro de poco la comiloncilla, o igual termina en ágape, vete tú a saber; la tarta, las velas , todo ese bendito protocolo. Con el cumpleaños feliz, claro, porque me encanta cantar, y con un cuento o poemilla muy lindo que alguien muy especial para los dos ha tenido a bien dedicarle y le he leído con sumo placer.
    Un beso de agua poética para ti.

  34. María José Sánchez

    Hola, de nuevo, Eduardo. Con este cruce de respuestas entre tu micro y el mío, quedé a la deriva en semejante mar de letras, y ahora me toca rescatar del tintero una contestación a la última tuya aquí, que mereces como el que más. Lo tenía en mente, créeme. Sí que te respondí dentro de los comentarios a mi texto, imagino que lo verías.
    Ya las palabras se quedan cortas para expresar la opinión que me mereces; tendría que contactar con los académicos de la lengua española para que ampliasen el elenco de vocablos del diccionario. Si algo hay que valoro en esta vida es que me digan que soy buena persona. Te parecerá una tontería pero lucho a diario para intentar serlo, aunque como humana caigo en los mismos errores una y otra vez. Es lo que tiene. Soy muy de sentimiento y suelo moverme entre gente parecida, bien sea real o virtualmente. Quiero decir, hago mucha liga con las personas que se dejan guiar por esa patata que nos late bajo el pecho izquierdo. Es verdad que anteponer el corazón a la razón, en ciertos casos, puede provocar consecuencias desastrosas (que nos hagan daño, por ejemplo). Sin embargo, sobre la balanza, pesa bastante más el cariño, la amistad, el amor… Todo lo bueno, lo que al final va a quedar en esta vida de cada uno de nosotros.
    Vuelvo a insistir, gracias, gracias, gracias. Por estar ahí y por tu incondicional apoyo.
    Te lo dije y me reitero: NO CAMBIES NUNCA.
    Muchísimos besos. Mogollón de ellos. Para los tres.

  35. Eduardo Martín Zurita

    Hola, María José.
    Me abrumas con tus palabras, tan preciosas y tan sinceras; me abrumas maravillosamente, me maravillas, quiero decir. Que te hayas formado tan alta y consistente opinión de mi persona, consigue que no me aparte del camino que más me gusta tomar en la vida: el de las buenas intenciones y los buenos sentimientos. Soy feliz cuando hago felices a los demás. Sobre todo si se lo merecen. Cuando el alma (mi alma) y la razón (como cantó Hilario Camacho) se dan la mano, ya ni te cuento. En el corazón laten los pulsos seducidos, la sangre arrebatada. Soy un ser de corazón, también, como tú, como muchos comapñer@s; pero tengo muchos defectos, el principal que soy muy impulsivo, para con lo bueno y para con lo malo, y, sobre todo, con la injusticia; eso me revuelve las tripas, y sale la bestia que también habita en mí, junto con el niño y con el joven que fui. Me conmueven tus palabras y me ponen a pique de lagrimear, bueno, ya estoy llorando, como con la música, la literatura entrañable, como tu excelso relato sobre la paralítica cerebral. De esta vida nos llevaremos lo que hayamos entregado. Ni más ni menos. También yo sintonizo de veras con las personas que anteponen el corazón a la materia gris, aunque, como bien apuntas, te pudiera acarrear disgustos. Pues se soportan y a otra cosa. Somos mucho más fuertes de lo que nos creemos, no te quepa duda. No creo que vaya a cambiar a estas alturas, con bastantes primaveras a mis espaldas, pero feliz de la vida porque tengo el amor a raudales de la persona que más quiero. Espero no defraudarte el día que nos conozcamos en persona. Sé que lo has pasado mal. He leído los comentarios a tu cuento, los que hemos cruzado, y en general todos y creo recordar haber leído también por ahí que perdiste a tu padre y dos hermanos, sí, ahora recuerdo, en un cruce con Juan Pérez, y que te ayudan desde arriba: se nota, te ayudan a tener el corazón tan grande y a escribir como una diosa. Mi padre me ayuda, nos ayuda a los tres desde allí arriba, o donde quiera que esté, en todo: la nada y el todo se dan la mano. Son lo mismo. Por eso todos estamos en los demás y deberíamos estar para ellos. La dijo Arthur Rimbaud: Le moi cést ailleurs: lo mío está alrededor. Lo mío son los otros y las otras. Y tú también eres muy generosa: destacaste lo más hermoso de mi texto, a mi parecer: el buscar la palabra que asombre, que emocione sin pedantería, buscarle las vueltas a la palabra. Adjetivar sorprendentemente, juntar las palabras para que emocionen. Tú lo has conseguido conmigo, emocionarme con tus palabras de una manera radical.
    Cantidubi de besos de los tres, una verdadera colección. La que te mereces. No cambies por nada.
    .

    1. María José Sánchez

      Eduardo, imposible que me defraude alguien con un corazón como el tuyo. Nunca. A mí me defraudan las personas que no son auténticas, transparentes. Tú eres todo lo contrario. Y puedes estar orgulloso de llevar tu carácter hasta las últimas consecuencias, con lo bueno y lo malo (el que se considere perfecto, que tire la primera piedra). “Yo soy así y así seguiré; nunca cambiaré”, como dice Alaska. Una canción que me encanta, porque reivindica la individualidad, el derecho a ser y hacer lo que te plazca.
      Respecto a mis circunstancias personales, perdí a mis padres y dos hermanos. No he conocido a mis abuelos. Soy la más pequeña. Y, bueno, lo que te va ocurriendo te marca. En mi caso, he sido siempre muy sentimental, pero después de los palos que llevo a la espalda, lo soy el doble. Llorar es lo mío. Por pena, alegría, emoción, miedo… Cualquier excusa es buena. Pienso que mis amores velan por mí desde arriba, lo siento así. Me han pasado cosas que lo demuestran. Creo que hay vida tras la vida. He leído muchos libros sobre el tema. En cada uno late la verdad: trascendemos a un mundo bastante mejor que este.
      En tu texto no se puede destacar lo más hermoso. Todo el texto es hermoso. Escribes maravillosamente. Se nota que te apasiona hacerlo, y ello conlleva que el resultado sea muy bueno. Reúnes cada una de las cualidades para ser un magnífico escritor. Y como persona, te sales. Como las dos cosas, te sales. Como autor y como ser humano.
      Besitos por millares. Gracias por millares.

      1. Eduardo Martín Zurita

        Hola, María José.
        Traes confort y consuelo a mi alma descreída y dolorida. No estoy de humor para contestarte como es debido. Bendita tú que me ves con esos ojos. La sinceridad, las más de las veces, genera al fin desconfianza. Estoy triste. Muy jodido. Soy sincero, ya ves. Parten los trenes del olvido y un corazón malherido sangra truenos. No me canso, y voy teniendo una edad, de recibir coletazos de sirenas y otros peces. Siento mucho lo de tus familiares tan cercanos, lo siento mucho. A mí me falta mi padre, y es, te lo aseguro, como si hubiera perdido una inmensa colección de mapas. Ah, también yo soy un llorón de muchísimo cuidado. Como escritora y como ser humano te sales tú. Y te copio la despedida: Besitos por millares. Gracias por millares.

        1. María José Sánchez

          No te preocupes por la contestación, Eduardo. Me doy por contestada ya. Te entiendo perfectamente porque no todos los días son iguales. Yo los vengo teniendo de la escala completa de colores, y el día que toca el gris o negro… Te deseo que los nubarrones se despejen y aparezca un sol brillante. Y te mando mucho cariño en forma, ya sabes, de infinidad de besitos.
          Somos muy parecidos de condición, por lo que me veo reflejada en ti en ciertas ocasiones. Te comprendo muy muy bien.
          Lo dicho, besitos infinitos.

  36. Me has hecho morder el anzuelo, Eduardo. Me he deslizado por tu texto, por esa descripción de la particular ciudad de Piscis, con gran placer. Como flotando, te diría. No me ha importado tanto la historia como la cadencia, las palabras. Desde ahí me has seducido. ¡Mucha suerte!

  37. Eduardo Martín Zurita

    HOla, Patricia.
    Muchas gracias por tu comentario. Seducir a una gran escritora como lo eres tú no tiene precio. La cadencia, las palabras: el arte de juntarlas, que diría Borges. Sí tú aseguras que lo he conseguido…
    Un beso muy fuerte.

  38. Enrique Mochón Romera

    Qué magnífico discurso el de esta alcaldesa, de la que parece emanar, en un lenguaje rebosante de términos y simbología marina, toda la gran sabiduría de la madre naturaleza, así como del mejor sentido común humano. Ese sorprendente final nos viene a poner a todos con los pies en el suelo al hacernos entender que un ser como ella estaba destinado, por ley natural, a cometidos infinitamente más altos que los de un político, aunque también creo que es una pena que, para un gobernante bueno que se encuentra, renuncie a su cometido.
    Alta y singular narrativa la tuya, amigo Eduardo, por la que te doy mi más sincera enhorabuena y a la que deseo toda la suerte en esta convocatoria.
    Un abrazo.

  39. Eduardo Martín Zurita

    Hola, Enrique.
    Gracias por todo cuando dices. Eres un conductor de trenes habitados por sueños. Te invito, si quieres, a que leas el comentario último que hago a María José Sánchez. Cambias Enrique por María José, los besos por abrazos y ya está. No creo en la suerte, amigo; sí en la mala. La suerte hace tiempo que está echada.

  40. J. Ignacio

    Hola, Eduardo. Es sólo para decirte que, por diversas circunstancias, dejo la página. Ha sido un placer compartir letras. Un abrazo muy grande, hasta siempre.

  41. Nuria Rubio

    Se ha tenido que eliminar comentarios desafortunados en dos ocasiones. Para evitar que esto vuelva a suceder, aclaro que la presente dedicatoria no es «In memoriam». Palabras en esta línea, además de herirme a mí profundamente, afectan a quienes me conocen y estiman.

    1. Nuria Rubio

      No sé quién eres ni de dónde sacas eso sobre mi persona.
      Este maravilloso relato lo escribió una maravillosa persona que, en su día, tuvo el hermosísimo gesto de dedicármelo. No empañes algo tan bello, por favor. Gracias.

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