Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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Mnstrscp2018 – R1 – Encuentro18

Los participantes con los seudónimos :  GINGER ROGERS– EDGAR ALLAN POE- ELLA FITZGERALD

 

Esta ilustración NO entra en concurso.

 

Deberán escribir un relatazo digno de este concurso que se ajuste a estas bases

PLAZO : Antes del domingo día 16 de septiembre a las 24 horas peninsulares españolas 

Relato que TRANSCURRA en : ESTACION ESPACIAL 

Deberá contener una de estas dos frases (o las dos, si os atrevéis)

          a) Te espero a la salida de tu zona de confort

          b) Andreita, comete el pollo

EXTENSIÓN máxima de 150 palabras (frasecita(s)) no incluida(s)

TODO LO DEMÁS: estilo, época histórica, temática etc es LIBRE

 

Deja aquí tu relato

Votación de este encuentro

Votación a mejor ilustración de Arquitectura

 

 

 

 

 

6 Responses

  1. Melísima

    Mis circunstancias y yo de ELLA FITZGERALD

    “Te espero a la salida de tu zona de confort”, me dijo Kevin. Y así, sin más, me quedé sola en la MIR.

    Amo los espacios cerrados, aislarme del mundanal ruido, flotar ingrávida vigilando el universo y, especialmente, ingerir lo que quiero, como alimentos reducidos a geles o píldoras. No necesito más para nutrirme y «»vitaminarme»». Sí, han leído bien, a mí lo que me gusta es comer sin tener que masticar.

    Con estas rarezas, siempre me ha resultado difícil convivir con otras personas. Así que tenía muy claro que esto no iba a ser diferente a miles de kilómetros de la Tierra, compartiendo un espacio reducido, con un amante de las artes culinarias. Su insistencia por cocinar en la nave nos llevó a múltiples discusiones, hasta que encontré un plato guisado y lo lancé por la ventanilla. Loco por salvar su obra saltó tras ella y todo acabó. Todavía puedo escuchar el eco de sus palabras gritando: “Adreita, cómete el pollo “.

  2. Melísima

    ANDREW 86 de GINGER ROGERS

    Una alarma la despertó. Se incorporó de un salto y se colocó el traje espacial.
    Abrió la puerta mientras intentaba conectar con MADRE, la inteligencia artificial que dirigía la estación espacial, pero solo recibió ruido blanco y estática.
    Su corazón se aceleró. Había problemas. Mientras avanzaba por el pasillo pobremente iluminado, algo la lanzó contra el suelo dejándola inconsciente.

    El ruido de golpes la despertó. Aturdida, se dio cuenta de que estaba atada a su silla en la mesa de la cafetería. Lo que vio la horrorizó.

    ANDREW 86 sujetaba la cabeza de su compañero y mientras balbuceaba incoherentemente “Andreita, comete el pollo”, aplastaba el cráneo contra la mesa metálica, convirtiéndolo en una pulpa rosada y amorfa.

    El ingeniero de Aerobotic observó a través de MADRE como el prototipo acababa con la tripulación y adjuntó una grabación.

    -Versión 86, fallo catastrófico. Mañana despegará el nuevo equipo con la versión 87.

  3. Angelito

    ohh me hace mucha ilusión que una de las construcciones elegidas para esta ronda sea una espacial, cerca del cielo, las estrellas, aunque ya veo que sus moradores tienen el defectillo de la gula. Anda vaya mala baba la frasecita de «Andreita cómete el pollo», ay qué pilluelos que sois.

  4. Melísima

    Mas allá de Orion de EDGAR ALLAN POE

    No soportaba a Sergei Andropov. Odiaba su risa estridente y su físico de oso. Cuando convivimos en España, durante el entrenamiento, fuimos amigos. Disfrutaba viéndole frente al televisor, devorando boquiabierto programas de corazón. Pero la lluvia de asteroides que dejó incomunicada la estación espacial, destrozó nuestra amistad junto con el ordenador principal. Sergei pasaba horas simulando arreglarlo, mientras me espiaba. A medida que pasaban las semanas fui detestándole cada vez más. Aborrecía ver su cara a todas horas, compartir aquel habitáculo que parecía encoger cada día. Cuando anunció, sonriente, que había reparado la avería, fingí euforia. Le pedí que comprobara la antena exterior antes de emprender rumbo a casa. En cuanto salió al espacio, solté su manguera y observé, satisfecho, como se alejaba flotando. Después encendí el ordenador. Entonces fue cuando volví a escuchar aquella odiada risa por los altavoces, mientras en todas las pantallas aparecía simultáneamente un único mensaje: “¡ANDREITA, COMETE EL POLLO!».

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