Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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Mnstrscp2018 – R2 – Encuentro15

Los participantes con el alias : GAUDÍ – TOLSTOI – NINA SIMONE

deberán escribir un relato que cumpla las siguientes bases:

PLAZO : antes de las 12 de la noche (hora peninsular española) del domingo 23 de septiembre.

CONFLICTO: Te despiertas y te han convertido en : VACA ESPACIAL

 

EXTENSIÓN : 150 palabras máximo sin incluir ni el título, ni la escultura ni el objeto

aparecer obligatoriamente este objeto : MUÑECA DE TRAPO

GÉNERO : Humorístico, simpático, gamberril … y todo que se te ocurra añadir

 

Deja tu relato aquí

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10 Responses

  1. Melísima

    «No hay mal que por bien no venga» de GAUDÍ

    Cuando desperté hace unos días y me vi ante el espejo, mi ánimo cayó hasta la altura de estas ubres siderales que me han brotado de repente. Lo que peor llevo es lo del campano cósmico, y este traje de astronauta en plena canícula resulta insoportable.
    Sobrepasada, le he espetado a Cristiano que todo es por culpa de su madre. Esa santera perturbada me ha echado mal de ojo, fijo. Llevo tiempo viéndola achuchar a una muñeca de trapo y ahora comprendo con qué fines. ¿Y qué me ha contestado el muy tunante? Pues que no me queje. Que gracias a mi nuevo look de vaca espacial me van a entrevistar en “Lactosa Semanal”, me han contratado como tertuliana en “Natacremdeluxe” y Santiago Segura me quiere para su próxima película. Además, ha añadido burlón: “Recuerda que estamos en paro, y tu leche galáctica nos va a venir de perlas, Mochina mía”.

  2. Melisima

    Ejército vacuno de NINA SIMONE

    Desperté dentro de un cohete. Estaba en un campamento militar, tenía cuatro patas y unas ubres inmensas.
    —¡Vamos, no te enfades! Imagina que, en lugar de a una misión, te envían de vacaciones. ¿Lo pillas? Vaca-ciones…
    Aquel chiste pésimo me lo gritó la vaca que ríe, que hacía aspavientos vestida de payasa mientras lamía una muñeca de trapo.
    —Todos sabemos que es un trabajo para la vaca lechera —prosiguió—, pero al capitán le encanta la leche merengada que le da, así que no la va a enviar ahí fuera.
    La puerta se cerró herméticamente, y ya no oí nada más.

    Ahora soy una vaca espacial y, de alguna forma incomprensible, sé que tengo una misión fundamental que cumplir…

    El Doctor Chester, que lloró cuando descubrió horrorizado que la Vía Láctea se estaba apagando, desapareció para siempre. Desde la Tierra, nadie le agradecería jamás que la galaxia recuperara poco a poco su color blanquecino.

  3. Melísima

    Cuando las vacas vuelen de TOLSTOI

    Empezó poco a poco: las vacas comenzamos a sentirnos rellenas como de algodón, igual que muñecas de trapo. Luego nos pusimos a flotar suavemente; parecíamos globos a medio hinchar. Días después el problema se agravó: experimentábamos un impulso irrefrenable hacia arriba. Los ganaderos intentaron atarnos a los árboles o a los pilares de las vaquerías, pero las cuerdas nos hacían daño y terminaban por romperse. Muchas salimos disparadas hacia la estratosfera, y algunas impactaron con los aviones transoceánicos, con gran riesgo para la seguridad de los pasajeros. Otras lograron escapar de la gravedad terrestre y entraron en órbita. Yo he tenido más suerte y creo que voy a ser la primera vaca en sobrevolar la Luna.
    Por otra parte, creo que el precio de la leche se ha puesto por las nubes.

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