Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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9. MUTANTES (Paloma Casado)

Gabrielito nació el año siguiente de que comenzaran las lluvias. Las llamamos así, “las lluvias” como si  tuvieran algo que ver con ese regalo líquido que recibíamos oportunamente del cielo. Comenzaron, y apenas han dejado de golpear la tierra y gorgotear contra el empedrado. Mirábamos hacia arriba esperando una tregua, hasta que nos resignamos a no ver más allá de nosotros mismos. Todo es gris, y solo el resplandor de algún rayo nos devuelve por unos instantes, los colores casi olvidados del mundo.

Los campos se han convertido en lagos improductivos y las calles han sido tomadas por diferentes anfibios. Nuestra civilización se resquebraja.

A Gabrielito lo queremos a pesar de su piel lampiña y fría, quizá por ser el único niño nacido en el pueblo desde los aguaceros. Solo él disfruta fuera empapándose y  boqueando hacia el cielo como si no quisiera perderse ni una de las gotas que caen.

Han comenzado a llegar, desde otros pueblos, niños similares a él. Juegan juntos en el fango y devoran los insectos, renacuajos y pececillos que encuentran. Los contemplamos hambrientos desde las ventanas, ahora que se han acabado nuestras provisiones.

 

 

31 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Al final las microgénesis y el cambio climático han producido mutaciones, con una generación de niños resistentes a los avatares que trae consigo la nueva situación, que sobrevivirán a sus progenitores, dinosaurios de otra época. Original e inquietante, ciencia ficción sin alharacas de efectos especiales y, por ello, quizá posible.

    Me ha gustado. Un saludo

  2. Juan Antonio

    Desde luego este mes no le arriendo la ganancia al jurado. Lo estáis poniendo imposible. Enorme historia Paloma. Enhorabuena y suerte.

  3. Me encanta. Esa nueva humanidad que nace y que se adapta perfectamente al mundo que estamos creando, dominará el mundo. Además anuncias una guerra, «miramos hambrientos», que sería digna de una peli de Ciencia Ficción. Felicidades.

  4. calamanda

    Paloma, la historia ya es intrigante en si; pero ese final hambriento la adorna de una mayor e inquientante sensacion de desasosiego. Suerte y saludos

  5. Una historia apocalíptica, aunque quizá esperanzadora. Esa nueva generación de niños puede que lo resista todo.
    Me ha parecido muy original, y muy abierto a interpretaciones. Felicidades Paloma

  6. Inquietante ese final de tu relato. Ya conforme los vas leyendo, te vas dando cuenta que algo anormal pasa como así es, en el final. Me ha gustado mucho. Como dice Juan antonio, difícil lo estais poniendo.
    Besicos mucho.

  7. Salvador Esteve

    Paloma, terrorífica perspectiva de la humanidad, y niños que se van adaptando a la nueva realidad. Darwin lo firmaría. Me ha gustado. Abrazos.

  8. Paloma Casado

    Muchas gracias a todos por leer y comentar. Si, intenté contar el fin de nuestra civilización arrasada por la naturaleza, y la esperanza a través de una mutación de la especie humana, un regreso a nuestros ancestros anfibios. Pero con las última frases he querido dejar un final abierto a una nueva lucha por la supervivencia un tanto inquietante, para que el lector escoja su propio final.
    Vuelvo a reiterar mi agradecimiento a la generosidad de los comentaristas.

  9. Preciosa historia Paloma. ¡Cómo me alegro de haberte encontrado a tiempo y de que hayas puesto tu nombre junto al título!
    Gabrielito es un ser como el «ornitorrinco», que a pesar del paso del tiempo, perdurará en nuestra memoria con un toque de esperanza para la humanidad que se ahoga en el agua que la vió nacer.
    ¡Muy chulo! Y un besazo.

  10. jeje, muy bien, Paloma. Sospecho que el tema del mes (dentro y fuera) te obliga a crear un cuento de letras katiuskas. El final, como en el aborto, decide quien tiene que decidir. Suerte y a ver si nos vemos.

  11. Amélie

    Espeluznante relato, yo no lo veo nada esperanzador. Me da que esos mutantes tendrán que alejarse definitivamente del suelo firme si no quieren acabar de alimento a los hambrientos. Además seguro que ya poseen manos y pies palmeados y unas incipientes branquias que les permitirá refugiarse bajo el agua.
    Un abrazo

  12. Modes Lobato Marcos

    Gabrielito (un hallazgo, el nombre).
    El primero de una nueva especie.
    Y no. Yo no veo ahí un final feliz.
    Más bien una inminente batalla con los humanos.
    Pues buenos somos cuando el hambre nos golpea…
    Al tiempo, pero los tambores de guerra comienzan a sonar.
    Desasosegante relato de ciencia ficción.
    Me ha encantado.
    Un besazo.

  13. Me ha gustado mucho este apocalipsis pasado por agua. Por algún motivo siempre que pensamos en el fin del mundo, es más recurrente acordarse del fuego, lo que le da todavía más orginalidad a tu micro. El final, tan inquietante que acaba de redondear la narración.
    Enhorabuena y mucha suerte. Besos.

  14. Jesús Alfonso Redondo Lavín

    Pues todo cambia con el cambio climático . cuando yo atropaba el verde en las fincas de mis tíos en Orejo sólo los gorriones y colilargos picoteaban los salta paros tras la siega. Hoy está el campo lleno de garcetas de otras latitudes.
    Mira lo de gorgotear en el RAE.
    Un beso.

  15. Antonia

    Otro que no había leído, y que por suerte leo. La verdad es que dibujas un mundo inhóspito y difícil pero lo haces tan bien, que se pueden ver todos esos niños, representados por ese Gabrielito al que no se puede dejar de querer, aunque su futuro no sea demasiado envidiable. Muy buenas descripciones y atmósfera casi casi tangible. Interesante desde principio a fin. Me recuerda «La carretera». Suerte y abrazo.

  16. nachorubio1@hotmail.com

    Relato casi PERFECTO, Paloma, el mejor del mes con diferencia. Me ha parecido maravillosa la puesta en escena, lo perturbador del asunto. Creo que cambiándole dos cosas se convertiría en un micro REDONDO, de los de antología:
    a) El título: la gran fuerza del relato está, mayoritariamente, en la intranquilidad que genera. En ese nuevo mundo que va a emerger tras el diluvio (del cual NO formaremos parte) y las nuevas criaturas que se adueñarán de él. Pero, sobre todo, está en la ocultación, en la NO verbalización del asunto. Por eso creo que deberías de cambiarlo, porque le resta buena parte de esa sensación tan poderosa.
    b) Lo otro que yo cambiaría para darle mayor fuerza al asunto es la última frase «ahora que se nos han acabado las provisiones», por un «ahora que nuestras provisiones están a punto de acabarse», porque mostraría aún más desesperanza, al saber que ellos NO podrán sobrevivir con esos alimentos, pero aún siguen vivos, sufriendo y haciéndonos sufrir por lo que se les avecina. De haberse acabado ya las provisiones, vamos, que estarían ya desfallecidos, sin ánimos para contar una historia así. Creo que el momento de la narración ideal es el JUSTO ANTES DE acabarse, le da mayor verosimilitud y transmite más perturbación…
    También cambiaría quizás el nombre Gabrielito, me suena un pelín kisch, y algunas palabras demasiado «bien escritas» (tipo el gorgotear contra el empedrado), que sacan un poco de la narración y desvían la atención hacia el autor que quiere lucirse, más que hacia la historia.
    Pero vamos, que me parece un relato increible, de veras, merecedor, como te decía, de estar en una antología de micros con esos pequeños ajustes…
    Un abrazo y mi más sincera enhorabuena.

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