NOV132. RILLANTO, de Luis Molina
Amaneciste mal, el rostro pálido y caliente, el cuerpo tembloroso. No supe que hacer, pero pedí ayuda.
Él vino, te revisó, tú estabas muy quieto. Se volvió hacia mí y con un movimiento de cabeza me dio el diagnostico. No me daba esperanzas.
Te abracé, le pedí al supremo te ayude, tu mirada triste penetró muy dentro mío, como agradeciendo. No me iba a rendir, lo intentaría todo.
Así pasaron días y noches interminables, hasta aquel amanecer en que me despertaste de un lengüetazo, tus ojos tenían otro brillo, tu cuerpo ya no estaba febril, querías levantarte, tu cola mostraba alegría y yo…
No cabía en mi gozo, con un rillanto explotó mi alegría dejando atrás el dolor, ya no te perdería.
Te abracé, elevé mis ojos al cielo y agradecí.
Muy emotivo. Me gustó.
Gracias Carmen.
Un abrazo.
Luis, describes muy bien esos momentos de espera y la casi resurrección del animal. Suerte y saludos
Gracias Calamandra, será porque he vivido momentos similares.
Un gran abrazo.
Tierno relato con una palabra muy bonita: rillanto. Me gustó!
Un saludo! 😉
Gracias Miguel Angel, mi amigo de cuatro patas y un enorme corazón me ayudó.
Un abrazo.
Hermosa amiga Ana, creo que la razón por la que participo es por llenarme de tus bellas palabras. Mi perro diría que es un hermano, por eso puede ser un familiar muy cercano.
Gracias por estar y tus bellos conceptos.
Un abrazo amiga.
Luis, como adoro a los animales, tu relato me ha llegado especialmente.
Por desgracia sé lo mal que se pasa cuando se marchan para siempre.
Me ha encantado. Un abrazo.
Gracias Belén, los mascoteros los sentimos parte de nuestra familia.
Un abrazo.