Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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NOV44. LA MÁS TIERNA HISTORIA DE AMOR Y SEXO JAMÁS CONTADA, de Cándido Macarro

Doblé la esquina, ensimismado como iba en mis pensamientos.
Inesperadamente, la vi.
Mi corazón dio un vuelco y comenzó a latir aprisa, trastabillado. Nuestras miradas, atrayéndose la una a la otra como potentes imanes, acabaron cruzándose y entrechocando estrepitosamente como los sables de dos maestros de esgrima.
Una chispa saltó cuando me zambullí en la profundidad de sus ojos, enigmáticos, misteriosos, lascivos. Una chispa que prendió un voraz fuego que, inevitablemente, acabaría consumiéndonos entre sus llamas.
Me vino a la cabeza, húmedo y lujurioso, el recuerdo de nuestro maravilloso y tórrido encuentro. Ya había pasado un año pero continuaba grabado a fuego en mi mente. Ella, yo, solos y desnudos, cuerpo contra cuerpo, entregados al placer de la carne en una orgía animal y desenfrenada.
 Sé que ella, justo en el mismo instante que yo, también lo recordó estremeciéndose.
Sin embargo, las cosas habían cambiado. Allí estaba en lo alto de aquella escalera.
Y no estaba sola.
Yo… no acababa de comprender.
¿Qué podía ofrecerle aquel hombre que no pudiera yo entregarle con creces?
Las notas de un pasodoble se escuchaban desde algún lugar indeterminado de la calle.
Todavía de añoro, Jacinta.
 ¡Qué nombre tan extraño para una cabra!

38 Responses

  1. Cándido, me ha encantado, estaba esperando el final que me imaginaba parecido y lo he leído rápido y ansioso y no me ha defraudado.
    Tierno y romántico a la vez.
    Precioso.
    Un abrazo

  2. Anonymous

    Muy buena salida final, Candido, desconcertante y atrevida, me gusta 🙂
    Este texto, y otros mas que he leido, evidencian que deberia dedicarsele al menos un mes a la tematica erotica. Daria muchisimo juego, para futuras ediciones… 🙂
    Un abrazo y suerte
    NACHO RUBIO

  3. Paloma Casado

    ja,ja,ja ¡Cuántos recuerdos de las cabras que acompañaban a los gitanos en esos espectáculos pobres de nuestra infancia!
    No me extraña que te enamoraras,con esos ojos y esas ubres.
    Genial

  4. Anonymous

    Gracias a todos por los comentarios,
    Epi, no te ansies. El amor, como el sexo hay que disfrutarlo despacio, sin prisas, aunque sea con Jacinta, que está muy buena y es sugerente como ninguna. Ja,ja,ja
    Nacho ¿Verdad que todo encierra erotismo? Hasta Jacinta. No debió parecerle mala cosa pues sólo musitó un tierno «beeeee» durante el acto.
    Paloma,no pude evitarlo.Ya, ya sé que nuestras familias se oponen a nuestra historia. Pero el amor acabará triunfando. Siento decepcionarte, pero en la cópula trasera(unica postura posible en el «cabrasutra») mi inspiración no venía de los ojos, que no podían mirarme, ni de las ubres, que me caían a desmano. Todo tuve que ponerlo yo de mi parte.
    Juancho ¡Qué mal suenan esan palabran! ¡Zoofilia, maltrato animal! Ja,ja,ja ¿De qué vas a acusar entonces a Jacinta? ¿De Candidofilia y maltrato personal? Que no, que no, que ella me quiere… y yo le correspondo…
    Ahora en serio, me gusta ver el lado cómico de cualquier situación ¡No te enfades, please!
    Cándido

    1. Anonymous

      No. discúlpame tú a mí.
      Entendí que habías entendido… bueno, no importa.
      Necesitamos una dosis extra de humor para encarar la triste situación actual. Y eso es lo que trato de hacer. Sacar una sonrisa.
      Una vez más, gracias.
      Cándido

  5. ¡Muy bueno Cándido! Yo la verdad no me esperaba ese final y he soltado una buena carcajada, con la falta que hace la alegría nunca viene mal.

    Original e ingenioso.

    Suerte.

  6. Divertido cuanto menos, ahora te diré Candido, resulta que a tu personaje le parece extraño el nombre de Jacinta para una cabra y no le parece extraño tener un asunto tórrido con el mismo animalito, hay que ver, que cosas tiene la literatura. Me ha gustado Candido.

  7. Mercedes Jiménez

    Ja,ja a mí me ha parecido un relato muy divertido y bien escrito, toda una historia de amor y celos en la España rural profunda. Me hubiera gustado saber que pensó la cabra cuando su fogoso amante la descubrió con el gitano jaja, dfícil situación incluso para una cabra que desde luego de cuernos sabe bastante. Suerte.

  8. Jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, qué inesperado, yo me estaba esperando un rollo en plan que se casaba con otro y te dejaba devastado y resulta que no, que es una casquivana, que se vende por un pasodoble!!!!!!!!!!!!!!!!

  9. Anonymous

    Gracias de nuevo por los comentarios.
    Begoña, quízás la extrañeza no fuera por el propio nombre, sino por recordarlo. Es más práctico llamarle «cari», «churri», «corazón» o abstracciones por el estilo. En cuanto a sorprenderse por tener un tórrido romance con ella, para nada, el amor es puro y el sexo simplemente es una manifestación material del mismo, una consecuencia.
    Mercedes, la cabra, finalmente dejó los escenarios (la escalera)por amor. Jamás consintió en volver a subir a una al son de una trompeta. Nos fuimos a vivir en pareja y ahora somos felices y comemos perd…, y comemos queso de cabra. El señor que le hacía bailar con su trompeta hizo un curso de piano por correspondencia y ahora toca «Paquito el chocolatero» en un organo electrónico con unos altavoces de 200 watios. Ya no la echa de menos. Lo superó
    Cándido

    1. Anonymous

      Gracias por el comentario, Jesus. Aunque ¿Qué importan los nombres cuando este amor es puro y… ? Bueno, sólo puro, porque casto no lo es para nada.
      Cándido

  10. Cándido, una historia de amor un poco rocambolesca por el final. Desde luego, no creo que una cabra se estremezca y sea lasciva y te atraiga con su mirada… Me gusta el desarrollo del relato, pero es que lo de la cabra me ha descolocao. El final sorpresa es muy de agradecer, pero una cabra…
    Un abrazo.

  11. Anonymous

    Susana, ¡Ay si las cabras pudieran hablar…!
    Más de un pastor iba a quedar en evidencia.
    Esas tardes de verano, el campo, ni un alma a la vista…el calorcillo, el desasosiego gonadal…
    ¡Cuántos (digo cuántos en masculino por estadística aunque no haya estadísticas al respecto) no se habrán desviado de la más pura ortodoxia sexual.
    Cándido

    1. Anonymous

      Ja,ja,ja
      No, claro que no es necesaria la desviación suponiendo que realmente lo sea, porque si la desviación es consentida, como es el caso, pues ¡Viva la vida! Sólo es una pequeña licencia para provocar las risas. Si nos reimos es porque cuanto menos, nos resulta absurdo, demasiado transgresor. Lo que no estoy de acuerdo es en que el onanismo sea más saludable, a pesar de ser saludable,claro. Yo le veo un pero: el ser humano no hubiera prosperado como especie sin el componente social del sexo, que también es importante, casi básico, y no sólo por la pura procreación y continuidad de la especie, sino por el refuerzo psicológico de sentirse parte de una sociedad, de un grupo, de una pareja (sea de la especie que sea).
      ¡Vaya desparrame! Lo siento. Me toca ya la medicación y todavía no me la he tomado y no sé ni lo que digo.
      Conclusión: La masturbación está muy bien. Pero f…ando se conoce gente(o cabras)
      Cándido

    2. Desde mi posición guarrilla y también médica, os explico que onanismo está normalmente mal usado, pues es el coitus interruptus que realizó Onán con la viuda de su hermano.
      Mi padre tenía ovejas y cuando te miran con esos ojillos …….
      Un saludo

    3. Epífisis, ¿cual es la posición guarrilla? 😛
      Las ovejas son bobas, las cabras son vivaces y con personalidad. Eso sí, la lana abriga más y haces unas bufandas «cool».
      Y eso de Onán, cuenta, cuenta, quien era la cuñada…? :-P.p.d. Y la cabra no era lasciva, sino su mirada.
      Y la cabra más famosa se llama «Asunción» «Jacinta»
      es más modesta, je je .

    4. Anonymous

      Perdona Antonia, no había leido tu comentario. La verdad es que ando escaso de tiempo. Pero he de decirte que, aunque Asunción es, sin duda, la cabra más célebre, he sabido por terceros que ha acabado alcohólica ¡Tanto ser mentada en las borracheras! Ahora se encuentra en un centro de desintoxicación y no es ni la sombra de lo que era. Con respecto a Jacinta he de confesar que tras la euforia de la novedad temo que nuestra vida está comenzando a ser rutinaria. No sé, me asusta un poco.
      Cándido

  12. Cándido, Cándido, menudo desenlace nos has estampado en la cara. ¡Cómo me gusta que me sorprendan! Estaba impaciente por llegar al final, y aparece una cabra.
    Una mezcla loca entre las pinturas negras de Goya y la cabrita de Heidi: surrealismo y simbolismo. Freud te diría que es un claro signo de…
    En resumen: ¡Me ha encantado tu fuerte propuesta para este noviembre calentito!

    Un abrazooo.
    Amparo Martínez Alonso

    1. Amparo, que no te enteras, que la cabra ya estaba primero, lo que pasa es que nos la escondía, a pesar de que parece que la desnuda, no sé que «look» llevaba ¿ ?.
      Luego no la veías porque se había subido a una escalera, se nota que era exhibicionista.
      Y ahora te pregunto, lo de las pinturas negras es porque conoces a «Jacinta», pasa foto.
      Un beso, y fíjate más 🙂

  13. Anonymous

    Gracias a todos.
    De parte de Jacinta también, que ahora no se puede poner porque está haciendo la comida.
    Gracias por la aclaración Epi. Entonces está mal relacionado el onanismo con el enanismo (cuando éramos pequeños siempre nos decían que una cosa llevaba a la otra, que si abusábamos de la primera no íbamos a crecer y nos íbamos a quedar ciegos ¿será por eso que la talla media en España es o era demasiado bajita?
    ¡Ay, qué España aquella! ¡Y qué España ésta!
    Petra, trataba de sorprender. Me alegro de haberlo conseguido. Al que le falta calidad literaria tiene que suplirla con alguna que otra salida de tono.
    Gracias de nuevo.
    Cándido

  14. sotirios

    Estaba pensando ¡Vaya que historia de amor más tierna! y encima tan bien escrita, y de súbito salió la cabra. Mis padres eran de un pueblo y allí me contaron unas historias que comparación lo tuyo es un juego de niños. Te deseo mucha suerte, Sotirios.

  15. Sotirios.

    Cándido, eres un cambronzote. Me van a llamar pervertido. Cuento pero casi nada. Había un paisano que le llamaban maestro, pues ensenaba como jugar el parchís con las mulas. Todos se reunían y dando al juego. Voy a parar, pero te lo aseguro cuando nos encontraremos un día te lo candaré con detalles. No me extraña que estemos en el fuego me vas a quemar. Un fuerte abrazo amigo, Sotirios.

  16. Pues yo ayer estuve en un pueblo que vendían prendas hechas con lana de oveja pura virgen, pero ya no me fío, después de todo esto. ¿O era pura lana virgen de oveja, uy que enredo, entre el pastor, la oveja, la cabra, los bomberos del calendario y tanto chocolate… tengo un lío… y ¿la Duquesa, qué opina de todo esto?

  17. Anonymous

    A ver,Aurora.No es lo mismo pura lana virgen de oveja que pura lana de oveja virgen. No temas y viste la lana con toda confianza. Además, Jacinta es una cabra. Nada que ver con tus tribulaciones…
    Seguro que la Duquesa tiene algo que decir al respecto.
    Cándido

    1. Anonymous

      Aurora, Cándido, soy la duquesa de lalba habéis creído que Sotirios se iba a salir de rositas después de difamarme. Tengo muchos más palacios se les va a lambiarlos todos con la lengua. Encima ablando de animaladas, don Sotirios me la vas a pagar. Muy pronto tendrá noticias de mi bufe de abogados.

    2. Sotirios.

      Estimada duquesa, vos siempre tan generosa y educada espero que me perdona por se insolente por favor pido vuestro perdón ten clemencia a esa pobre alma. Tengo que mantener 14 hijos una tarea sumamente difícil y dificultosa. Hare lo que me pida pero por el nombre de Dios no más trabajo. Que tal un musaka griego que es mi especialidad. Un fuerte abrazo vuestro servidor y admirador, Santo varón, Sotirios.

    3. Anonymous

      Estimada señora Duquesa de lalba,
      No sá usté dura con Sotirios que no se las merece.
      ¡A lamber los palacios!¡Qué gracia tiene vuecencia(espero que el tratamiento sea el adecuado a su rango que no quiero yo de metel el cuezo ante tan ilustre personaje)
      digo que qué graciosa é ¡So jodía!
      Pero no me se enfurruñe que el tal Sotirios es un subordinado cabá ande los aiga. ¿Que no ve lo sojillo que le pone?
      Andeeeee, no me sea escuerzo y échese una sonrisica. Si lo está deseando…
      Cándido

  18. Hasta la última frase todo transcurre con un recuerdo amores y frenesí que parecen que se acaban. Los tiempos narrativos me descolocan. El giro es tan fuerte que necesita relectura. No me gusta, lo siento, problema mío, has personalizado «demasiado» a la cabra. Se libra un poco al estar en primera personas, un tipo que sin duda está como una cabra. Venga, suerte.

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