Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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24. RELEYENDO A MONTERROSO

Era la primera vez que realizaba un vuelo transoceánico. Me aconsejaron dormir para paliar el jet lag. Antes de subir al avión, tomé varios güisquis, acompañados de somníferos. Aquel cóctel estaba causando efecto. Le solicité a la azafata  una almohada, cogí un libro de mi mochila y me puse a leer.

La aeronave era un maremágnum. El pasaje, la torre de Babel. Por los auriculares escuchaba algo relacionado con un asteroide y las pantallas mostraban imágenes de un dinosaurio. En el hilo musical sonaba el “Pizzicato-Polka” de los Strauss. Caí en un gran sopor.

Entre la bruma de los sueños, comencé a escuchar: ¡Mayday! ¡Mayday! El estómago se me iba a salir por la boca. Parecía subido en una montaña rusa. Algo me golpeó en la cabeza. Luego un impacto, como cuando te tiras de un trampolín. Un silencio hueco… La oscuridad…

Y al despertar, el dinosaurio todavía estaba allí.

 

24 Responses

  1. Hay viajes que empiezan y terminan en el maestro. Con ingenio y pericia sobrevuelas las proezas de un Melendi ocasional y homenajeas en una pirueta para narradores equilibristas al microrrelatador universal.
    Me quedo pasmado, Javier. Un abrazo.

    1. Manuel, muchas gracias por tu comentario.
      Mi protagonista entre los güisquis, los somníferos, y el libro, vive una pesadilla o una realidad durante ese vuelo, que dejo a la interpretación del lector para que el decida el final ¿se ha estrellado o no, el avión? Monteroso y su dinosaurio me ha servido de ayuda en este relato, ya dicen que a quien buen árbol se arrima…
      Espero que ese pasmo, que te he provocado, sea porque te ha gustado mi relato, jajaja.
      Un abrazo enorme, Manuel.

  2. Ángel Saiz Mora

    La mezcla de somníferos y alcohol puede causar todo tipo de alucinaciones. Si a ello se une la lectura de un libro de cuentos de Monterroso es lógico que al final acabe por aparecer el famoso dinosaurio.
    Lo que realmente ha ocurrido no podemos saberlo con exactitud, pues la ensoñación unida a una psicodelia de los sentidos puede producir escenas surrealistas. Quizá haya habido turbulencias; tal vez un meteorito, como el que terminó con los dinosaurios, impactara con el avión; o por el contrario, fue un vuelo de lo más plácido y todo son espejismos de una mente algo intoxicada. El caso es que el segundo párrafo es un abanico de posibilidades abiertas en el que la imaginación del lector decide.
    Un relato de altura, divertido y con homenaje incluido.
    Un abrazo fuerte, Javier. Que tus palabras y tu imaginación nunca dejen de volar. Suerte

    1. Ángel, muchas gracias por tu comentario. No puedo añadir nada más ya que es muy acertado. Como tú muy bien has dicho, dejo a la interpretación del lector decidir lo que ha ocurrido. Y todo ello aderezado con la ayuda de Monterroso que ha sido esencial para escribir este relato.
      Espero que mi imaginación no deje de volar, aunque en ocasiones le cuesta despegar. Muchas gracias por tu deseo.
      Un abrazo enorme, Ángel.

  3. María José

    Javier, un compendio de ideas muy completo el que has hecho. Y finalizar con ese gran título, ni te cuento…
    Conozco algún que otro caso (no solo el de Melendi) de prepararse bien a base de algún licorcito anestésico para afrontar el vuelo. Nunca me he parado a pensar en los efectos de la mezcla alcohol-turbulencia, pero los imagino. Me ha gustado mucho. Un besito y suerte.

    1. María José, muchas gracias por tu comentario. Me alegra que te haya gustado mi relato.
      Creo, como tú, que la mezcla de alcohol y pastillas, más el vuelo en avión, no es un buen cóctel para viajar, ya que las consecuencias pueden ser imprevisibles.
      Un beso, María José.

  4. Javier, un magnífico relato, lleno de imaginación, realidad y fantasía. La acción es trepidante, para terminar con ese guiño a Monterroso.
    Te ha quedado redondo. Te felicito por tu maestría para conjugar todos estos elementos creando este gran relato.
    Te felicito y te deseo mucha suerte.
    Besos apretados.

    1. Pilar, muchas gracias por tu comentario y por tu valoración. Como bien dices es un relato lleno de imaginación, realidad y fantasía, una mezcla como la que hace mi protagonista. Y parece que el resultado, por lo menos para mí, ha sido bueno. Para mi protagonista, como ya he comentado, lo dejo a la interpretación del lector.
      En esta convocatoria de julio y agosto, he tenido la suerte que las musas me visitaran antes de irse de vacaciones. Y por ello he publicado tan pronto mi relato, siempre suelo esperar hacia el final.
      Muchas gracias por todo y muchos besos, Pìlar.

  5. Calamanda

    Javier, ambientas con minuciosidad la ansiedad del vuelo y dejas ese oscuro final a nuestro entender, y aquí me tienes interpretandolo. Suerte y saludos

    1. Muchas gracias por tu comentario, Calamanda.
      Me gusta dejar que el lector decida el final, y más en este caso, como habrá acabado este viaje, ese dinosaurio seguirá siendo el de la pantalla, es una alucinación o es el final de todo.
      un saludo y muchas gracias.

  6. Jesús Garabato Rodríguez

    Poco puedo decir a mayores de los comentarios que ya te han dejado. Me gustan las imágenes que nos muestras y la posibilidad de adaptar su interpretación a nuestra imaginación. Enhorabuena y suerte, Javier.
    Saludos.

  7. Hola, Javier.
    Aunque ha sido un viaje algo desventurado para tu protagonista, a mí me ha parecido muy divertido por el modo de narrarlo. No me extraña que el dinosaurio apareciera por allí.
    Un abrazo y mucha suerte.

    1. Muchas gracias, Towanda, por tu comentario.
      Sí, con el cóctel que se ha tomado antes de embarcar es lógico que le pasa eso y más durante el viaje. Aunque a lo mejor no todo es una pesadilla o una alucinación.
      Un abrazo y muchas gracias.

  8. Javier, escenificas la fobia a volar con este viajero que toma alcohol y somníferos para el viaje. A partir de ahí la acción es trepidante: la lectura de Monterroso, el dinosaurio de la pantalla, las posibles alucinaciones, el impacto del meteorito… Y el aterrizaje forzoso en la selva, donde el dinosaurio sigue aguardando. El final, abierto a la interpretación del lector, es redondo, conecta con el título y es un homenaje al admirado relatista.
    Me ha encantado este micro por los elementos de la historia y por el modo desenfadado en que está escrito.
    ¡Enhorabuena! Mucha suerte y besos.

    1. Carmen, muchas gracias por tu comentario. Has sabido ver perfectamente lo que he querido plasmar en mi relato. Como bien dices dejo a la interpretación del lector el final, que decida lo que realmente ha ocurrido.
      Me alegra que te haya encantado, gracias.
      Besos.

  9. Menudo viaje y menudo globo. Habrá que ver cómo se desarrolla la resaca, y el viaje, el destino al otro lado del charco, con el que empezó todo.
    Suerte, aunque no la necesitas

  10. Salvador Esteve

    Cientos de interpretaciones, pero yo me quedo con que ha viajado en el tiempo y ha llegado a la época de los dinosaurios. De hecho, él empezó su exterminio al sembrar de gérmenes un espacio virgen, ja,ja,ja. Original y sugerente relato, Javier. Abrazos y suerte.

  11. J. Ignacio

    Hace unos meses leí sobre un tipo que decía que sus personajes le hablaban. Un escritor. Lo que en realidad le hablaba, era la mezcla de medicamentos y alcohol que me metía entre pecho y espalda. Ni él mismo sabía si sus libros los escribía él, o se los dictaban sus personajes.

    En otras palabras: ¡menudo viajecito! 😉

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