Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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SEP119. LAMENTÓ LA SORPRESA, de Calamanda Nevado

Pedro, el astrónomo, decidió instalar sus vidrios en las almenas del palacio apuntando a la Bóveda Celeste; debía precisarlos observando el eclipse lunar. Esa noche ultimaría su invento, y volvería a vivir desplegadas sensaciones iguales a otra lejana velada de traslación.
El eclipse no comenzaba, y trató de estudiar mientras tanto la cola del cometa Holmes jugando con unas estrellas viejas; gracias a su luz identificó los cuerpos anillados de fulgentes planetas en abismos espeluznantes de energía oscura, donde imaginó dormían los muertos.
Incrédulo por los misterios de majestuosas olas de gas mecidas por delicadas sirenas, la constelación Cetus, “La Ballena”, y estrellas azuladas más calientes que las rojas; con piel de serpiente y luz hiperbólica; perdió serenidad para desconectarse del vacío nuclear; su caos, y de la emergente e infinita invisibilidad de la luna.
Apenas proyectó sombras huecas la tierra comenzó la efeméride lunar; rayos brillantes de continúas explosiones de supernovas cegaron al lombardo. Sin conseguir orientar, ni calibrar sus sofisticadas lentes, perdió toda posibilidad de identificar el abandono de luz antes de alinearse definitivamente los tres cuerpos celestes; pero gritó admirado “¡El espacio es esférico!, lo último desaparecido es su estela; igual que las velas en los barcos.”

34 Responses

  1. La verdad es que me has deslumbrado y casi me he perdido en esos agujeros negros, pero la luz que las sirenas movían, las estrellas jugando con las colas y todo eso, me ha fascinado, y da igual si el lombardo se perdió entre estrellas calientes y rojas o si el espacio es esférico, a mí me ha encantado lo de la vela de los barcos, las estelas y para nada lamento haberte leído. Más bien, todísimo lo contrario.
    Suerte y abrazo.

  2. Esas historias, a medio camino entre la ciencia y la mitología, son siempre un placer. El final es ya una guinda sabrosa, con esa sentencia sobre la forma del universo.
    Enhorabuena y gracis por este relato que me ha alegrado la mañana.
    Juan M

  3. Calamanda, a mí esto de astrología, de las estrellas, telescopios etc. Qué quieres que te diga me vuelven totalmente loco de placer. Gracias por meternos en un mundo que algunas personas les fascina como yo. Me gustó muchísimo la narración y la manera que lo has descrito. Te deseo mucha suerte este mes amiga, Sotirios.

  4. Sotirios, gracias por tus deseos. La atracción que ejerce el universo sobre nosotros es mucha, nos motiva a hablar de él y a leer muchas historias sobre sus astros, planetas, tantas constelaciones como existen, estrellas… En fin, sobre su mundo enigmatico y atractivo. Abrazos

  5. Calamanda, aunque no comprendo cómo llega a esa conclusión ni porqué se lamenta, la ambientación está muy conseguida. Aquellos astrónomos que sin medios eran capaces de descubrir tantas maravillas. Suerte a fin de mes.

  6. Calamanda, has sabido transportarnos a un mundo (vamos a decir a un espacio) que a muchos nos fascina, y aunque tu lombardo acabase triste por no concluir su labor, seguro que estaría igual de contento tanto por su descubrimiento como por tu relato.
    Saludos y suerte a fin de mes.

  7. Siempre he envidiado a los hombres y mujeres del Renacimiento, ¿qué sentirían al descubrir la grandeza que les rodeaba, en el arte, las ciencias, la medicina, ….? ¡Tiene que ser increíble con medios rudimentarios descubrir que la Tierra es redonda, o averiguar con un par de palos y un poco de trigonometría el radio de la tierra…..(buena esta historia si quieres ya te la cuento otro día, pero es ¡fantástica!).

    El caso es que tu relato me ha dejado ese sabor conocido de escritura que homenajes a los GRANDES astrónomos con mayúsculas. Muy bien, Calamanda, este regreso «eclipsar» me ha gustado muchísimo.

    Un besote y a seguir ¡y suerte!.

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