Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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SEP70. EL GRAN LABERINTO, de Belén Molina Moreno

Viajo por el laberinto universal y, antes de seguir por cualquiera de los vericuetos que se abren ante mí, reposo bajo el árbol conocido como Solarsis. Ofrece frutos de varios colores y tamaños. Éste es un territorio extraño y desconozco el color de la madurez.
Los frutos más cercanos, los merkur,  son pequeños y amarillos. Cojo uno. Pica tanto que quema. Lo tiro y grito. Alcanzo otro algo más arriba, un afridta de un plácido color verde, que me alivia la quemazón. Su tacto sosiega y su aroma inunda. Presumo que aún no está maduro.
Los terre, de un bello  color azul, cuelgan de la rama superior. Los ignoro por su textura cambiante, a veces fluida y a veces rocosa. Estirándome un poco, llego a los marti  de rojo intenso,  que parecen estar en sazón. Arranco uno, su olor es áspero y su gusto erizado; un ejército de espadas ha invadido mi boca. Lo escupo y, a mordiscos salvajes, devoro todos los frutos azules. He liquidado los terre en un inútil intento de aliviarme.
Me levanto y no sé qué camino tomar, porque no tengo donde ir.

24 Responses

  1. Jo, que árboles más bonitos. Me encanta el planeta ese, tan vistoso y original.El color de la madurez depende de cada mundo, al parecer.
    Ese final es preocupante,muy preocupante. Tan grande el laberinto y tan vacío.
    El relato me gustó por imaginativo y colorista. Suerte.

    1. Anonymous

      Gracias Antonia. Esa es la idea con la que escribí el relato, que la madurez depende del mundo en que se esté y que se sepa reconocer…cuando se sepa.
      Tenía dudas de que reflejara lo que quería, así que GRACIAS por tu comentario.
      Belén

  2. Inés Zapirain

    Solarsis me ha recordado al árbol de la vida…, me han gustado los terre, cambiantes en textura.

    Muy original.
    El final, angustioso.

    Un abrazo, Belén.

  3. Pilar P

    Con tu relato me has trasladado a un paraíso donde la diversidad forma parte de la belleza. Una vivencia muy agradable poder perderse en ese laberinto.
    Muy original y repleto de sensaciones. Suerte!!!
    Un abrazo!!!

  4. Anonymous

    Hola, Belén!

    Original manera de aunar sensaciones, olores, tactos diferentes a través de otras tantas denominaciones extrañas, curiosas y a veces inquietantes.

    Me ha gustado… sí… me ha parecido un lienzo salpicado de texturas diferentes, un universo particular, extraño, silencioso, en el que sólo se oyen estos colores, sabores…

    Que tengas muuuucha suerte!!

    Un abrazo de
    Marta

  5. Utilizas la metáfora del laberinto que es uno de mis fetiches preferidos y además lo aderezas con un árbol que es pura imaginación. Lamentablemente al final, hay que elegir un camino, o no elegir, que también es un camino. Al menos, con tu relato podemos disfrutar de sensaciones inesperadas. Igual que a Inés, las texturas cambiantes de los frutos azules me motivan.

    1. Belén Molina

      Hola Jesús:
      Me gusta lo que dices en tu comentario, acerca de que ya que hay que elegir camino, por lo menos, hacerlo disfrutando.
      Gracias,
      Belén

  6. kistila

    me gusto mucho tu relato porque bien diferente de los demás, con este árbol extraño con diferentes frutas a punto de maduración diferentes…

    como el árbol de las familias adonde las generaciones se codean… como el árbol humano con sus diferentes razas, sus diferentes criterios, lo mismo para ritos de la pubertad como para la madurez…

    Jesus haciendo hincapié en el laberinto amplia todavía mas tu relato con esta frase:
    «Lamentablemente al final, hay que elegir un camino, o no elegir, que también es un camino.»
    porque en la vida hay tantos caminos posibles como frutas diferentes en este árbol… y demasiado a menudo no sabemos cual es el camino adecuado…

    1. Belén Molina

      Gracias Kistila. Me gustan mucho las comparaciones que haces con el árbol de la vida y me halaga que te las haya inspirado mi relato.
      Un beso,
      Belén

  7. Hola Belén tu relato me ha gustado porque es muy original. Tienes razon la vida es un laberinto en el que nunca sabemos que decisión tomar. A veces pensamos que estamos tomando el camino correcto pero el tiempo nos enseña que nos equivocamos muchas veces.

    Te deseo suerte.

    Saludos

  8. María Elejoste

    Ja ja que original!!!!, me encanta el comentario de Antonia de que cada uno tiene o encuentra su propia madurez.
    Solarsis, merku, terre, marti… cuidado con los jupis que producen gases, a los satur hay que pelarles los anillos antes de nada, de los uris y neptis poco se la verdad, ah y
    ojo con los lunis que ahora menguan y se quedan en nada…
    Super original y con metáfora.
    ¿Cómo que «no sé qué camino tomar, porque no tengo donde ir.?». El universo es tuyo está a tus pies.

    1. Belén Molina

      ¡Me has pillado María! :)))), con los satur no me atreví, por si se caían los anillos y con los jupi tampoco por si algún gas era inflamable.
      Un beso,
      Belén

  9. Felicidades, Belén. Ha sido un placer perderse en tu laberinto. No sé si debo salir de tu imaginación. Igual me espero hasta que los merkur estén bien maduros: grandes y verdes. En la otra mitad del árbol es verano y aún hay muchas ramas con terres escondidos entre las hojas del Solarsis. ¡Suerte! Saludos. 🙂

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