Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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37. Vanguardia (La Marca Amarilla)

La noche en la trinchera es muy dura -“más que la vida”- como decía mi amigo Daniel, marcando el antagonismo entre guerra y vida.

Aquella noche nos dijeron que sería la última, que después de la batalla volveríamos a casa y nos reemplazarían. Luchamos con esa idea y aquello nos hizo ser más temerarios en el combate, deseosos de que acabara cuanto antes.

Las primeras luces del día insinuaban una sangría rebozada en barro y metralla a pesar de que una piadosa niebla intentaba disimular la barbarie. Daniel asomó y me hizo gestos de que aquello había terminado señalando el punto de encuentro de nuestro Batallón. Nos abrazamos emocionados al comprobar que nuestros cuerpos no tenían muy mal aspecto. Mientras, el Capitán hacía recuento de soldados; suspiró aliviado al comprobar que solo estábamos allí una tercera parte del total.

Entonces ordenó la partida, la vuelta al hogar. Empezamos la marcha adentrándonos en el bosque a través de una acogedora bruma carente de humedad. Fue cuando un soldado, todavía aturdido, interrogó al Capitán por los heridos y los cadáveres.

– Pronto vendrán al auxilio de los heridos – gruñó el oficial –  y por los muertos no se preocupe usted, volvemos a casa.

28 Responses

    1. La Marca Amarilla

      Dímelo a mí, Patricia, que este relato lo escribí hace ya un tiempo y míralo, ahí está!!! 😉

      Gracias por tu comentario!
      Saludos!

    1. La Marca Amarilla

      Según tu interpretación, sí, estimado JM. Pero los muertos también vuelven a casa…

      😉

      Gracias por tu comentario!
      Un saludo!

  1. Ángel Saiz Mora

    El último viaje de los hombres más entregados hacia su hogar eterno. Muy buen final con sorpresa para un relato superior.
    Un abrazo, artista.

  2. Salvador Esteve

    «Solo estábamos allí una tercera parte del total». Miguel Ángel, en un principio esta frase me desconcertó, pero al final todo cobra sentido. Buenísimo. Abrazos.

    1. La Marca Amarilla

      Gracias, Salvador! Jajajaja
      Y también «Nos abrazamos emocionados al comprobar que nuestros cuerpos no tenían muy mal aspecto.» … 😉

      Gracias por el comentario.
      Saludos!!

  3. Marca, siempre es un placer leerte, porque tus micros, a parte de estar bien escritos, siempre esconden varias historias en una. En este que comento ahora, consigues que dudemos sobre quienes están finalmente muertos y hay que releerlo para determinarlo.

    Me gustó mucho como lo has hilvanado.

    Un abrazo, microlunático.

    1. La Marca Amarilla

      Jjajajaj, amigo microlunático!
      Jarque, siempre hay que darle al lector un aliciente en nuestros relatos!! 😉

      Gracias por tu comentario!!
      Un saludo!

  4. calamanda

    Miguel Ángel, has contado tu relato de forma amena a pesar de tratar un tema tan duro como la guerra. Su final comprende distintas interpretaciones. Suerte y saludos

    1. La Marca Amarilla

      Ayy, los finales!!! Gracias por el comentario, calamanda!! 😉

      La verdad es que hay que releerlo para averiguar cual es el final apetecido!! jajajaj

      Un saludo!

  5. MªBelén

    Relato que desconcierta en la primera lectura, la segunda, con el consabido final es otra cosa, todo toma sentido. original de idea con la vuelta a casa de aquellos que han fallecido.
    Un abrazo.

  6. Isabel

    Supongo que después de una guerra el recuento de muertos debe de ser tremendo pero, cuando sabes que todo ha terminado y sigues en pie y vuelves a casa, la vida es lo único que tiene valor, tu vida, después de rozar durante tanto tiempo la muerte.

    1. La Marca Amarilla

      Y el recuento de muertos, cuando sabes que tú también eres uno de ellos, debe ser todavía más doloroso, Isabel! 😉

      Gracias por tu comentario!
      Un saludo!

  7. Ana Fúster

    Vaya pedazo de relato. Como te dicen por ahí arriba, lo del «suspiró aliviado…» descoloca bastante y a la vez da un toque de atención al lector, porque hasta ese momento parece una historia bélica de tantas. A partir de ahí la curiosidad se despierta. Y cuando llegas al final todo cobra sentido, y te hace releer el texto, ya con otros ojos, con los que encuentras las «miguitas de pan» que has ido diseminando. Y me gusta cómo la frase final refleja el comienzo del segundo párrafo. Saludos y suerte.

    1. La Marca Amarilla

      Muchas gracias por tus palabras, Ana!!! 😉

      Mi intención era exactamente esa que tú describes, la de relatar una última batalla desde alguien que no volverá a luchar por ninguna más… Tan solo queda volver con los suyos, y nada más.

      Un saludo!!!

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