Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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40. Carta a un agujero negro

Amor, el duelo es cosa de vivos. El duelo fue mío, yo lo pasé; por tanto, deberemos concluir que moriste tú.

Las cenizas desvalidas de un sol que se apagó, eso eres, el vacío dejado por una estrella muy grande, una gigante roja, una supernova, la UY Scuti. Nada más aconteces sino esa oscuridad, esa nebulosa, esa brecha de vulgaridad en el espacio-tiempo. No eres un mal recuerdo, amor, solo el recuerdo de un mal recuerdo. La carcasa de quien ni siquiera se tiene a uno mismo. Dejaste de existir de la forma inmaculada en que hasta entonces habías existido y yo, solitario y probo, único superviviente entre nosotros dos, hube de superar el dolor de tu fallecimiento.

De tu súbita desaparición.

De tu TRAICIÓN.

El duelo, míralo, acontece un páramo muerto, un estrato sin alma por el que debemos transitar los vivos.

Supongo, ¡ay!, que el difícil camino hacia las estrellas está plagado de agujeros negros.

4 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    El camino a las estrellas está plagado de agujeros negros, sin duda, de ilusiones malogradas, de cosas que comienzan y finalizan dejando vacíos que no dejan de sorprendernos y dolernos, pues con cada pérdida dejamos mucho por el camino. Un proceso que nos recuerda que hasta la estrella más fulgurante se apaga.
    Tu protagonista sufre, sabe e intenta cubrirse de dureza como defensa ante una ausencia que tal vez le duele más de lo que quiere reconocer.
    Un relato cuajado de metáforas cósmicas y poesía.
    Un saludo y suerte, David.

  2. Hay que estar preparados para todo, incluso para los imprevisto donde todo se vuelve oscuro, saber manejarse en el duelo y ante la pérdida es siempre un agujero negro que atravesar, pero hay que seguir caminando para dar sentido a esa estrella que se perdió.

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