60 La mujer de piedra (Elena Bethencourt))
Después tuvo muchachas de fuego, de nieve, de arena… Todas lo amaron y se deshacían por él en el sentido más literal de la palabra. Sin embargo, se obsesionó con la mujer de piedra, a sabiendas de que era como una rueda de molino, capaz de pulverizar a cualquiera. Iba de dura y le excitaba su fortaleza. Pasaba las horas cincel en mano, moldeándola, pero ella no podía ir contra natura y lo hizo trizas antes de que él terminase de esculpirle un corazón que le quisiera.
No pudo olvidarla. Recompuso sus trozos y volvió con ella. Dicen que desde entonces lo oyen gemir de dolor cuando lo desmenuza, lo fracciona, lo tritura, lo desmiembra…
Desde entonces también dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.
A partir de una idea en apariencia sencilla, comparar relaciones con mujeres con elementos cotidianos y de la naturaleza, cada una diferente y con sus propias características, compones una historia singular, muy bien llevada, además de creíble. Raro es el hombre (al igual que la mujer) que en algún momento no ha encontrado a alguien de quien encapricharse y que no le corresponde, a quien por ello siente de piedra, capaz de triturarle, pero a quien vuelve una y otra vez sin remedio, como la polilla a la luz, aunque se queme, dando la razón al famoso refrán con el que termina esta buena historia, que llega y transmite, tanto por lo que cuentas como por cómo lo haces.
Un abrazo y suerte, Elena
Gracias, Ángel. Me siento afortunada de que comentes mis relatos.
Es cierto que a la gente muchas veces le atrae lo difícil y a sabiendas del peligro, no pueden evitar caer una y otra vez.
Precioso! Me parece alucinante cómo consigues que visualicemos un mundo hecho de lirismo y fantasía. En tus relatos no hay fronteras entre lo real y lo irreal. Eso es muy tuyo. Me ha encantado.
Gracias, María, que tú me lo digas me hace feliz. Me gusta la fantasía porque es donde más temas nuevos puedes sacar. No hay límites para la imaginación.
Un abrazo grande en estos tiempos de confinamiento:-)
Lo has vuelto a hacer. Precioso
Hola, Lucas, ¡qué sorpresa! Gracias, qué bueno que te guste. Un abrazo.
¡ESPECTACULAR!
Vaya, gracias, Modes. No me has puesto nota hoy?. Gracias por leerme. Un abrazo.
Una mujer de pedernal tu personaje. No como tú, que eres pura inspiración.
¡Colosal!
Suerte y abrazo.
Tu visto bueno, Rafa, es un premio en sí mismo. Gracias. Un abrazo.
¡Qué bonitooooo! 🙂
Suerte con él.
Besosss
Gracias, Nuria, qué ilusión que te guste. Un abrazo.
Bellísimo, Elena. Total y tuyo.
Desde la isla del frente.
Gracias, María, qué bueno que te guste. Cuídate mucho. Un abrazo.
Fantástico Elena, genial en la forma y en el fondo.
Un abrazo, y suerte.
Gracias, Álvaro. Siempre hay una mujer de piedra por ahí? o un hombre de piedra.
Un abrazo
Haces en el relato un recorrido por mujeres hechas de distintos materiales hasta llegar a la mujer de piedra. Pero si hay una mujer hecha de talento para escribir, esa se llama, como has vuelto a demostrar, Elena Bethencourt.
Ja, ja, gracias, no sé yo si soy la mujer talento, la de piedra, papel o tijera, pero tú sí que eres un crack. Un abrazo.
Fantástico relato, Elena. La última pieza de una colección siemrpe es la más difícil de conseguir.
Suerte y un abrazo,
Ay, Anna, qué alegría que hayas pasado por aquí a leer mi relato y que te guste, doble alegría.
Gracias. Un abrazo.
Creo que a él le va el sexo duro.Buen relato Elena
Puede ser, Manuel. No se sabe si gime de dolor o placer o de las dos cosas, jaja. Un abrazo.