26. «Nosferatopon»
«En pocos he podido respirar el perfume del equilibrio, y sentir el deleite del altruismo a la sombra del árbol que creó el desapego…» [«Diálogos con Abul Beka» Cayetano Arroyo, 1983]
Virginio pilotaba su Maserati sin rumbo a las tres de la madrugada en la peor carretera de la sierra conquense. Distraído en un peralte, despeñó el coche al filo de un precipicio, desangrándose inánime.
Sólo entonces, la negrura cobró forma. Desde lo alto de un pino albar, descendió una figura robusta envuelta en un gabán. Olfateó ceremoniosamente junto al exangüe Virginio. La mirada del embozado adquirió color esmeralda y se derramó sobre la herida abierta del tórax; a continuación, la sangre se contuvo. Abrió la boca inundando la pierna derecha de Virginio de añil: su dentadura se incrustó en la femoral. El color fluyó del exuflador a Virginio, extendiéndose por todo su cuerpo; hasta que llegó un punto de fijación carmesí. Virginio despertó, repuesto en plenitud. En su pierna quedaba un tono color pistacho.
Y aunque su longevidad no tendría parangón, iba a ser por las copas de los árboles, entre los «úpiros sin lugar».
«¡La vida nace ligada
con la muerte que nos hiere!
¡Miserere!»
[ «Meditaciones» Luis Fernández Ardavín, 1913]
Un vampiro milenario, el chupasangre más clásico, nos descoloca totalmente, de ahí que la palabra atopon griega signifique desconcierto, lo que no se espera, unido a la denominación de un personaje mítico, de cine antiguo. En lugar de rematar a una víctima inesperada, a quien tenía a su merced, de limitarse a extraer lo que necesita, hace todo lo que contrario, prácticamente una transfusión de fluidos que le salvan la vida. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Consigue perdurar, que algo de él quede, pero a costa de convertirse en un ser nocturno, oscuro y vampírico, la perfección no existe.
Un relato que enseña que la vida y la muerte están en un plano más compatible y combinado de lo que pensamos; también, que todo tiene un precio, que nada es del todo malo o bueno.
Un abrazo y suerte, Juan
¡Buen Otoño , Á n g e l ! He recurrido al amado griego de mis entretelas, para matizar «sin lugar», porque como amante de la upirología que soy -y con humildad me precio de profundizar en ella siempre que puedo ¡¡¡ y escribir mucho sobre este mundo «No Muerto» de raíces valacas como ya sabes !!!-deseaba escribir algo, tal y como has acertado en pronunciar, fuera de los cauces habituales, y ¡en efecto! tal ente de mi cuentecillo, más bien sana a un tipo alocado que estaba por su descabalamiento al borde de la muerte. Y como no puede ser de otra manera, engrosa las filas de estos Nosferatu de predios boscosos de donde no salen; no residen en las ruinas arquitectónicas habituales. Son, de mi mano, Rara Avis de La Upirología. ¡Justo lo que Buscaba!
¡¡¡¡Y a Ti, Un Abrazo de hecatónquiro Vanhelsileño!!!!!!! ⚔
Pues muchas gracias a Ángel por darme la información que me faltaba para entender todo el simbolismo de este relato magistral.
Un abrazo y suerte.
¡Muchísimas Gracias por acudir a mis territorios ultrastokereños! Adoro escribir sobre Temores Decimonónicos y Clásicos. ¡¡¡ Y Radiante porque lo hayas disfrutado con tanta generosidad como muestras!!!!
Recibe Mis Consideraciones Más Distinguidas, y aquí, en mi reconditorio literario, . . . . . . «¡Bienvenida a mi casa! ¡Entre libremente y por su propia voluntad!» /. . ./. . . . 🧛♂️
Qué vería ese upyr en Virginio para reclutarlo en sus filas…
Es muy elegante como narras el proceso inverso a lo que «presiviblemente» haría un ser con acusada protoporfiría eritropoyética. Una magnífica vuelta de tuerca, Juan. Y retratas hasta el mínimo detalle, como ese verde pistacho de la pierna, ¡genial!
Abrazo
Asaz satisfecho observando cómo dominas también la patología de los «upyr» Estos confinados a bosques más que opacos tenían demasiado avanzado su síndrome de Sezary, y vino al pelo en mi angulosa mente para tratar la leyenda «desta guisa» fuera de lo habitualmente trillado en Los Entes de La Noche. Gracias por tu comentario repleto de bonanza, querida amiga.
J u a n , M u y K a r r a s , M u y M e r r i n Y M u y V a n H e l s i n g . . . . (menuda mixtura ¿Eh A u r o r a ? ¡A la postre, Todos Luchan contra El Mal, como éste servidor!
¡ ¡ ¡ ¡ ¡ S a l u d o s ! ! ! ! ! !
Sugerente micro el tuyo, Juan.
Y muchas gracias a Ángel por darnos todas las claves para comprenderlo del todo.
Sí, parece que aquí la muerte y la vida se dan la mano, eso sí a cambio de convertirlo tambien en vampiro, quizás para que le acompañe en ese mundo tan singular.
Gracias, Juan por ampliar con tu gran cultura la nuestra. Un abrazo inmenso. Gloria
Es encantador el papel que otorgas a los colores en el relato. Esmeralda, pistacho, añil, carmesí.
Felicidades, Juan, por seguir con tus escritos con los que aprendemos y nos divertimos.
Un abrazo y hasta pronto.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ A r r o p e : Queridas G l o r i a Y M a r í a , Mi Binomio Adorable :
G r a c i a s I n f i n i t a s por Vuestros Perfectos Y Acertadísimos Comentarios.
Ando atribulado y dispongo de poquito tiempo últimamente.
BESOS, BESOS, BESOS, BESOS Y MÁS BESOS
J u a n , C h i f l a d í s i m o , I g u a l Q u e S i e m p r e