81. Cruce de vías
Siempre ha tenido miedo a las travesías largas; pero él la convence de viajar en tren. Comprensivo, le ofrece el campo junto a la ventana. Su esposa reclina la cabeza sobre el hombro de él. Al ponerse la máquina en movimiento, el viejo rememora esos cincuenta años de matrimonio. El frac impecable. La noche de bodas. Los tres hijos. El bautizo de su primera nieta. Un terrible estruendo hace que el tren de recuerdos se descarrile. Sus brazos se desabrochan del cuerpo de ella. En ese instante, surge una memoria inédita. De un tiempo en que ni siquiera eran novios. Discutían dentro del auto. Él frenó de improviso para callarla con el latigazo del cinturón de seguridad que nunca se puso;.en su lugar, la joven chocó contra el parabrisas. El ruido de cristales rotos y el aroma a sangre lo traen de vuelta al vagón volcado. No localiza a su mujer. El revisor afirma que viajaba solo. El anciano insiste en seguir buscando hasta que encuentra, entre las esquirlas de vidrio, el recuerdo degollado de una esposa que nunca tuvo.
Malo es creer haber tenido algo y que no sea cierto, mucho peor aún es que en ese algo que recuerdas y sientes como tuyo tienes un papel y un final tan terribles.
ay, qué micro nos has escrito, ay
Muy duro este relato Patricia. Ese hombre perdió la noción, aquel día con el frenazo de coche. Suerte.
Besicos muchos.