52 – Otros tiempos (Marta Navarro)
Tenía el gesto grave, la piel mate, muy seca, surcada por arrugas profundas como tajos de cuchillo, los párpados hinchados a causa del hambre, del frío y la falta de sueño. Apenas dormía, comía poco, mal, siempre a destiempo. Arrastraba su mirada una resignación honda y antigua, un cansancio de siglos, su corazón una dureza nacida de la mezquindad de los tiempos, de la costumbre de la miseria, de la más absoluta pobreza. Jamás nadie la vio llorar ni de sus labios escapó una queja. Seis criaturas colgaban siempre de sus faldas. Seis criaturas a las que alimentaba, vestía, cuidaba si enfermaban… Seis criaturas a las que nunca apretó fuerte contra el pecho ni sentó jamás a sus rodillas, con las que nunca bromeó al calor de la lumbre mientras pelaba judías o patatas ni enseñó a coser coloridos muñecos con retales y trapos, a las que nunca en noches de llanto consoló al dulce ritmo de una nana. Seis criaturas a las que jamás golpeó y de ningún modo maltrató pero a las que tampoco nunca abrazó y pocas, muy pocas veces, besó. Se llamaba Juana. Así la recuerdo. Mi madre. Y aquellos −ácidos, doloridos, amargos− otros tiempos.
Hola, Marta. Me ha dejado helado la lectura de tu texto. Me ha parecido un magnífico homenaje a una mujer (y a casi todas las que han vivido o sufrido su época , por extensión) que, por las las «malditas circunstancias» de esos otros tiempos, parece que solo han conocido el trabajo y las obligaciones, la mayor parte de las veces por ser mujeres y/o por ser pobres. Las distracciones y la alegrías quedaban para algún momento puntual y para los demás, y el descanso, en demasiadas ocasiones, solo llegaba tras la muerte. Buen relato. Un abrazo y suerte, Marta.
Hola Jesús. Es un relato muy duro, sí, reflejo de una época tremenda. Me alegro muchísimo de que te haya gustado. Muchas gracias!
Un relato formidable. El final abrumador y tremendo. No imaginaba para nada algo así. Me parece un relato desgarrador, y narrativamente impecable. ¡Enhorabuena!
Ay, mil gracias Rebeca. Generosísimo tu comentario. Me alegro un montón de que te haya gustado. Un beso.
Marta, un relato excelente, donde nos describes a esa madre que la vida la hizo tan dura que no le quedo ni ternura para repartir entre sus hijos.
Contado de manera impecable y desgarradora.
Mucha suerte.
Besos apretados.
Un beso grande, Pilar y muchísimas gracias. Es un relato duro pero esos tiempos existieron…
Qué dureza en esa palabras y en esa semblanza. Conocí personas más o menos así y la verdad es que da pena saber que solo tuvieron tiempo de trabajar y seguir trabajando. Muy buen relato. Suerte.
Besicos muchos.
Muchas gracias, Nani. Me alegro muchísimo de que te haya gustado.
Merecida mención. Felicidades.