101. ΕΞΟΔΟΣ
Mira el monstruo en la dirección que le señala la espada desnuda de Teseo. Incapaz de encontrar la salida por sí mismo durante todos estos años, vagando a tientas por los estrechos –húmedos, fétidos– pasadizos del dédalo en cuyo interior se consume, quebrando a su paso las calaveras de enemigos antiguos, es el rey de Atenas quien ha tenido que llegar por mar para mostrársela.
Comprueba ahora la veracidad de las palabras de aquellos desventurados que entraron para darle muerte. Y el Minotauro suspira, se desvanece y cae sobre los huesos de los guerreros olvidados, extrañamente sereno, extrañamente feliz, al distinguir, al otro extremo de la hoja manchada de sangre, esa luz tantas veces anunciada al final del túnel.
Comienzo los comentarios con una buena impresión de tu relato.
Te deso mucha suerte para tu laberinto.
Gracias, María Jesús. Será complicado, hay varios (y buenos) Minotauros acechando en este laberíntico mes. Y los que no son Minotauros.
Suerte a ti también,
D.
David, ese final del tunel tanto libera como se convierte en la espada de Damocles. Has llevado con buen ritmo y fuerza el relato. Suerte y saludos
O en la espada de Teseo… La mitología es tan rica que te permite jugar con los personajes y asociarlos entre sí de la manera más caprichosa, la verdad.
Gracias por tus palabras. Suerte a ti también.
Saludos,
D.
David, en tu relato muestras la triste existencia del minotauro en busca de una salida, como indicas con tu logrado título, un éxodo imposible hasta la llegada de esa espada liberadora. Muy bueno. Abrazos.
La única salida del, digamos, laberinto vital. Eso es. Gracias por tu comentario, Salvador.
Abrazos para ti también,
D.
Esa espada que le muestra la salida, al tiempo le da muerte. O es la propia muerte, la salida. Da que pensar.
Suerte y saludos,
Con esos elementos he jugado, sí. Pensemos en ello… ¡pero tampoco demasiado!
Suerte y saludos y ¡enhorabuena por la Microbiblioteca de mayo!,
D.
Cómo me gustan las versiones de mitos clásicos, sobre todo cuando están tan bien narradas como esta. Me traído a la memoria el final de de «La casa de Asterión», esa liberación que solo puede consumarse a través de la muerte. Enhorabuena.
Y cambiando de tema, ¿qué pasa con los títulos este mes? Uno en chino, cuatro o cinco en inglés, y ahora uno en griego clásico, (muy adecuado, por cierto). Qué políglotas estáis.
Ups, no he leído La casa de Asterión. Pero prometo hacerlo. Yo también disfruto como lector, lógico, de los textos que retoman cuentos o leyendas conocidos y acaban reinventándose. Si el mío acabó agradando a alguien, pues mejor que mejor.
A la hora de poner el título admito que me inspiró ese otro en chino que también a ti te ha venido a la mente. Susana tiene mucha culpa, jejeje.
Gracias por tus amables líneas, Ana,
D.
Las tragedias clásicas interpretadas por autores modernos con gran acierto.Enhorabuena. Gloría
Muchas gracias, Gloria, celebro que te haya gustado. Me gusta, me gusta jugar con textos conocidos. Con Ahab, con Pinocho, con Strogoff… esta vez le tocó a Teseo y al Minotauro.
D.
Desde el título al final, un micro narrado con originalidad y valentía. Muy, muy bueno, Vivancos. Mucha suerte.
Besos desde el aire
Una relato valiente y bien contado. Le has imprimido mucha singularidad y no creo que vadeando temas tan ampliamente tratados sea fácil. Enhorabuena y suerte 🙂
Gracias, Juan Antonio. En verdad que al Minotauro se le ha dejado descansar poco. Ojalá, como dices, haya conseguido ser algo original en su tratamiento.
Y… para valientes… ¡Teseo!
Suerte para ti también,
D.
Gracias, Ana. El tema de este mes es ciertamente sugerente.
Suerta y saludos para ti también,
D.
Martínez, muchas gracias pero… tu Minotauro eclipsa al mío. Pero lo he pasado muy bien escribiéndolo, para qué negarlo.
Muchas suerte para ti también y… besos desde el bancal,
D.
Hola, David, has cumplido una norma básica de los micros: un inicio que engancha y un final que te remata, como
a tu Asterión. Buen micro.
Gracias, Lorenzo. Ahora sólo me queda cumplir el resto de normas básicas, jejeje.
Un abrazo, amigo,
D.